(Arte y Cultura) CULTURA-VENEZUELA: Cuando los católicos se visten de diablo

El sol abrasador le recuerda a los habitantes de San Francisco de Yare, Venezuela, que el diablo anda suelto por las calles, mientras el comercio y las artesanías les permiten sobrevivir e intentar reconciliarse con Dios en el día de Corpus Christi.

Unos 1.500 vecinos de los 40.000 que habitan esta localidad del estado de Mirando, ubicado 70 kilómetros al sur de Caracas, se visten cada 14 de junio de rojo, con máscaras y cuernos, para «pagar una promesa» en la celebración de Corpus Christi.

Este tradicional ritual de San Francisco de Yare parece haber nacido en 1747, cuando un grupo de negros esclavos decidió vestirse de rojo y taparse la cara para llamar la atención de sus amos, los colonos españoles, y romper así con la prohibición que se les imponía de concurrir a la iglesia los domingos.

La leyenda cuenta que ese acto de rebeldía provocó un terremoto que arrasó con la parroquia y con gran parte de los habitantes del lugar.

Sin embargo, otra versión asegura que la costumbre de celebrar Corpus Christi con disfraz de diablo surge del ruego de un sacerdote para atraer a los fieles a la iglesia.

Varios habitantes narran que el sacerdote, al ver que no había nadie en el tempo al momento de comenzar la misa, exclamó: «Si no hay fieles, pues que vengan los propios demonios». Su reclamo fue respondido. La iglesia se pobló de demonios y fuertes lluvias cayeron sobre la zona durante varios días.

La particular forma de estos venezolanos de agradecer a Dios por los beneficios recibidos ha sido aceptada por la Iglesia Católica.

Los yarenses recuerdan que regalaron una máscara de diablo al propio papa Juan Pablo II, mientras que el presidente de China, Jiang Zemin, recibió otra de manos de su par venezolano Hugo Chávez.

En la actualidad, la celebración de Corpus Christi en San Francisco de Yare comienza con una misa oficiada por el prelado principal del territorio mirandino. Luego se realiza el llamado baile de los diablos, en el que los participantes inclinan la cabeza ante Dios como señal de rendición de las fuerzas del mal.

Pero la actividad en torno de esta festividad cristiana comienza un mes antes, cuando el pueblo encara el arduo trabajo de hacer las máscaras, que más que diablos parecen coloridos dragones chinos.

Es que no hay una casa en San Francisco de Yare que no esté este mes adornada por una emblemática máscara y los cuernos.

Los niños y jóvenes quieren incorporarse al selecto grupo de baile denominado la Cofradía, asociación religiosa integrada por los Diablos Danzantes de Yare y tutelada por el obispado del Miranda.

Los Diablos Danzantes se mueven al son de las maracas y de las canciones religiosas. Algunos historiadores sostienen que el baile de los esclavos, origen de la danza de la celebración católica, provenía de la religión africana yoruba.

La mezcla de culturas en América contribuyeron a que en la ceremonia actual cohabiten vestigios de las antiguas religiones yoruba y otras africanas con los ritos católicos.

La organización de la Cofradía establece que el primer capataz lleva una máscara con cuatro cuernos, el segundo junto con el arreador una de tres cuernos y los demás acompañantes lucen dos cuernos, todos por supuesto vestidos de rojo.

Manuel Sanoja, artesano y miembro de la Cofradía, confesó a IPS que lleva más de 40 años bailando como diablo porque «todos los que estamos en esto pagamos una promesa a Dios».

Explicó que las máscaras se hacen con papel reciclado de bolsas de alimentos y almidón y sus figuras asemejan a animales mitológicos cargados de vivos colores.

Sanoja es uno de los más reconocidos artesanos del lugar y su trabajo ha merecido reconocimientos internacionales. Comentó que ha participado en exposiciones en Alemania, Cuba y Panamá, donde ha obtenido el primer lugar en su género.

A pocos metros de la vivienda de Sanoja se encuentra el taller del pintor Carlos Morgado, cuyas obras exaltan las festividades de los diablos.

Morgado, presidente de la Fundación Artistas de Yare, dijo a IPS que su taller alberga a otros 16 artistas, la mayoría «pintores de diablos».

También enseña pintura a los jóvenes del pueblo, ya que con ello está «contribuyendo para que vean en el arte el buen camino y no vayan por las drogas o la delincuencia.»

Para el alcalde de San Francisco de Yare, Armando Vargas los casos de Sanoja y Morgado son una muestra de un «pueblo que vive principalmente de la cultura y de la artesanía.»

Vargas destacó además la contribución de la agricultura en la economía local, ya que sirve de sustento a cientos de familias en la región.

Aseguró que las festividades de Corpus Christi permite atraer al municipio a «muchos turistas extranjeros», ante lo cual se han puesto en marcha planes para mejorar la infraestructura hotelera. (FIN/IPS/mp/dm/cr/01

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