(Arte y Cultura) ARQUEOLOGIA-CUBA: El mayor asentamiento de una vieja cultura

Arqueólogos cubanos y canadienses hallaron más de 1.000 piezas a 460 kilómetros de La Habana, en un sitio que se presume fue uno de los mayores asentamientos en el Caribe de los taínos, un pueblo amerindio que había alcanzado alto desarrollo al momento de la llegada de los españoles.

Los taínos, pertenecientes al grupo de los arawaks, que habitaron el norte de América del Sur, se extendieron principalmente por Puerto Rico, Republica Dominicana, Haití y Cuba.

El grupo de especialistas que trabaja desde 1994 también encontró vestigios de viviendas en el sitio conocido como Los Buchilones, que tiene una antigüedad de 1.700 años y está parcialmente cubierto por las aguas del mar y de una laguna.

«La pieza más prominente es un hacha petaloide en madera, primera de su tipo hallada en el área antillana, que se supone tenía un valor ceremonial», explicó Jorge Calvera, investigador del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba.

Calvera resaltó, además, que hasta ahora nunca habían sido hallados en Cuba restos de viviendas de este tipo y tampoco en las zonas del norte de Brasil, en Venezuela, Haití y República Dominicana, donde se cree vivieron los taínos antes de llegar a la isla que hoy es Cuba.

Los Buchilones, situado en la costa norte de la provincia de Ciego de Avila, al este de La Habana, fue descubierto en 1940 por un grupo de aficionados a la arqueología, pero las investigaciones científicas rigurosas se iniciaron sólo la pasada década.

Las excavaciones se realizan bajo el mar, en una laguna interior y en una amplia porción de las dunas costeras.

Entre los últimos hallazgos se encuentra un bastón de mando, cerámicas, guano y horcones (materiales para el techo y para sostener las paredes de las viviendas), además de un pequeño asiento de madera que era usado por los jefes en las ceremonias.

Los estudios de las piezas encontradas, para lo cual se han utilizado las más avanzadas pruebas de laboratorio, confirman la existencia de un grupo agricultor ceramista en esa zona, con una permanencia de unos 400 años, entre 1220 y 1620.

Mientras, Los Buchilones ha sido propuesto para ser declarado monumento nacional. El proyecto de desarrollo del lugar incluye la construcción de un museo temático para preservar y exponer los descubrimientos.

El equipo cubano-canadiense planea iniciar una nueva fase de investigación en 2002, que les permita realizar un análisis más integral de la vida de los primeros pobladores de la isla.

Los taínos constituían el grupo aborigen más desarrollado que habitaba lo que hoy es Cuba en 1942, cuando llega Cristóbal Colón y comienza la colonización española.

Los taínos, además de agricultores y ceramistas, eran expertos navegantes, pescaban con anzuelos hechos del propio pescado y agrupaban sus casas alrededor de un espacio abierto, al que llamaban batey y que aún se conoce así en la isla.

Los especialistas consideran que la expansión taína al resto de Cuba fue frustrada por la llegada de los españoles y el inicio de la represión contra las comunidades aborígenes, con el fin de utilizar a sus habitantes como mano de obra esclava.

Hasta las evidencias encontradas en Los Buchilones, la provincia oriental de Guantánamo, a 970 kilómetros de La Habana, era considerada reservorio exclusivo de la cultura taína en la mayor de las islas caribeñas.

En esa región se habían descubierto unos 300 sitios arqueológicos hasta abril de 2000. Además, Guantánamo es uno de los pocos lugares de Cuba donde la mayoría de los habitantes conservan aún los rasgos físicos de sus ancestros aborígenes.

En Managua, una playa situada al extremo oriental de Cuba, fue encontrada el año pasado una pieza sin precedentes en la colección taína. Se trata de un ídolo tallado en piedra, que representa un hombre en cuclillas.

Diego Bosh Ferrer, director del Centro Provincial de Patrimonio de Guantánamo, informó que esa institución realiza gestiones para rescatar algunas piezas taínas que fueron sustraídas de ese territorio.

El caso más relevante fue el del estadounidense Mark Harrington, quien en la primera mitad del siglo XX realizó excavaciones por encargo del Museo del Indio Americano de Nueva York.

Harrington se llevó 36 cajas repletas de objetos de gran valor arqueológico, entre ellos el Petroglifo (piedra con dibujos rupestres) de la Cueva de la Patana, de un metro de alto y 400 kilogramos de peso, que fuera aserrado y sustraído del lugar, situado al extremo oriental de la isla.

Especialistas aseguran que tras Harrington llegó una verdadera plaga de excavadores clandestinos en busca de objetos para vender a coleccionistas privados, tanto cubanos como extranjeros, los cuales destruyeron importantes yacimientos arqueológicos. (FIN/IPS/da/dm/cr/01

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