ARGENTINA: Roto el puente aéreo con España

La crisis de Aerolíneas Argentinas, propiedad del estado español, derivó en trabas impuestas por los sindicatos para la salida de pasajeros del aeropuerto internacional de esta capital, mientras una nueva misión gubernamental intenta negociar una solución en Madrid.

El presidente argentino Fernando de la Rúa respondió a la decisión sindical señalando que «las protestas tendrían sentido en Barajas», en referencia a la terminal aérea de Madrid, donde está la sede de SEPI, el consorcio estatal español dueño de la mayoría del paquete accionario de la compañía aérea.

El problema es que para seguir el consejo de De la Rúa se debe abordar un avión y eso es algo improbable hoy en Argentina.

Uno de los afectados fue precisamente el ministro de Infraestructura, Carlos Bastos, quien debió postergar el martes su viaje a España para negociar con SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales).

Por su parte, su par de Economía, Domingo Cavallo, debió recurrir a un avión de alquiler para cumplir el martes con una visita prevista a Brasil

El conflicto sindical por el posible cierre de Aerolíneas Argentinas cobró fuerza hace 35 días, luego de que SEPI aceptara negociar una solución a la crisis financiera de la empresa y diera marcha atrás con el repentino despido de varios centenares de trabajadores del área técnica.

Los representantes de los distintos sindicatos de trabajadores del sector aeronáutico reclaman que, además de compromisos de estabilidad laboral, la empresa demuestre que tiene un plan para sanear Aerolíneas, que debe salarios, combustible y otros servicios básicos como el de catering (alimentos a bordo).

La aerolínea estatal de bandera argentina fue vendida hace 10 años por el gobierno de Carlos Menem (1989-1999) a la firma española Iberia.

Esta privatización de Aerolíneas, en ese entonces sin pasivo, fue cuestionada desde el comienzo, pues Iberia hipotecó todas los aviones de la firma argentina para obtener el crédito necesario para hacer frente a la compra.

En 2000, antes de que España a su vez privatizara Iberia, SEPI se quedó con 95 por ciento de las acciones de la compañía.

Sin embargo, ahora el gobierno español de José María Aznar dice que no tiene sentido mantener una empresa deficitaria, y menos cuando ya se vendió Iberia.

Las protestas de los sindicatos se llevan a cabo en forma intermitente desde el martes por la noche, tras la decisión de Aerolíneas Argentinas de suspender los vuelos diarios a Madrid, la última ruta con destino a Europa que mantenía.

La empresa ya había resuelto el lunes no volar más a Estados Unidos, a Brasil y a países de Oceanía, argumentando falta de crédito para pagar el combustible.

La inmediata intimación del gobierno de De la Rúa para que la empresa retome esos vuelos motivó al parecer la posterior suspensión de vuelos a Madrid y los trasbordos a Italia.

La ocupación del aeropuerto internacional de Ezeiza por parte de los trabajadores para tratar de impedir el martes la salida de un vuelo de Iberia fue la consecuencia a esa sucesión de decisiones.

Luego colocaron una nave de Aerolíneas Argentinas cruzada en la pista principal de aterrizaje, por lo cual las operaciones de vuelo prácticamente se paralizaron.

La protesta, que fue reprimida por la policía, se repitió en menor medida este miércoles, cuando se impidió el embarque de pasajeros a un avión de Iberia, aunque igual partió. Los frustrados pasajeros fueron invitados a volar con otra empresa algunas horas mas tarde.

También este miércoles la policía impidió a muchos de los funcionarios de Aerolíneas Argentinas llegar hasta sus lugares de trabajo en el aeropuerto.

El presidente De la Rúa admitió que el problema «preocupa sustancial y vitalmente» al gobierno, porque esta empresa emplea a 7.000 trabajadores, es la aerolínea de bandera del país y su crisis afecta las relaciones con España.

Sin embargo, la expectativa de los sindicalistas de que De la Rúa negocie directamente una solución con Aznar se frustraron al confirmarse el viaje a Madrid del ministro Bastos.

«Este es un problema entra una empresa y sus trabajadores, y el estado solo puede propiciar una solución», aclaró De la Rúa.

Agregó que Bastos no lleva ningún planteo sino que viaja para «escuchar» la propuesta de SEPI para salvar a Aerolínas Argentinas.

Fuentes sindicales señalan que una de las alternativas posibles es la compra de Aerolíneas por otra empresa privada, pero para eso se requiere el saneamiento de una deuda de alrededor de 900 millones de dólares, que creció en este último mes por la caída en las ventas de pasajes. (FIN/IPS/mv/dm/if/01

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