América Central y México darán este viernes un paso al frente hacia su integración comercial, con la firma en la capital salvadoreña del Plan Puebla-Panamá (PPP), que contempla obras de infraestructura y el estímulo de la economía regional.
A la reunión de San Salvador asistirán los presidentes Miguel Angel Rodríguez, de Costa Rica, Francisco Flores, de El Salvador, Carlos Flores, de Honduras, Alfonso Portillo, de Guatemala, Arnoldo Alemán, de Nicaragua, Mireya Moscoso, de Panamá, y Vicente Fox, de México, además del primer ministro de Belice, Said Musa.
El PPP contempla 16 proyectos de infraestructura vial, el mejoramiento de puertos, aeropuertos y aduanas, inversión en áreas turísticas y en conexiones eléctricas y de telecomunicaciones.
El programa, propuesto al istmo por Fox en septiembre, tres meses antes de asumir el gobierno, beneficiará a los estados mexicanos de Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán, y a los siete países vecinos.
En la cumbre de este viernes, el PPP quedará incluido formalmente en el llamado Mecanismo de Diálogo y Concertación de Tuxtla, un acuerdo que estipula reuniones periódicas de los mandatarios de México y de América Central para trazar planes de desarrollo en conjunto.
Sin embargo, el proyecto de desarrollo regional es criticado por algunos expertos.
«Creo que este plan simplemente es una manera para facilitar la competitividad comercial de México en América Central», dijo a IPS Luis Guillermo Solís, politólogo de la Universidad de Costa Rica.
Solís sostuvo que este programa es meramente económico y que es poco lo que hará por las poblaciones pobres de la región.
En cambio, los gobernantes centroamericanos ven al PPP como una gran oportunidad para mejorar las condiciones de acceso a México, con casi 100 millones de habitantes.
El intercambio comercial entre México y América Central alcanzó el año pasado a 1.689,7 millones de dólares. De esa cantidad, las exportaciones mexicanas prácticamente triplican a las del istmo.
El presidente salvadoreño Francisco Flores consideró que el Plan Puebla Panamá demuestra el nuevo orden internacional, en el que México y Estados Unidos serán aliados estratégicos fundamentales para el istmo.
«Yo diría que México se está comportando como un hermano mayor de la región centroamericana», expresó Flores.
Destacó que por primera vez en la historia México y de Estados Unidos, a quienes calificó de los «dos hermanos mayores», se conjugan en un interés por el istmo.
Flores confía en que el PPP pueda «despegar rápidamente» en áreas como en el tránsito de personas, aduanas, leyes consulares, protección de migrantes y modernización de fronteras.
Añadió que esta estrategia tiene muy buenas posibilidades para desarrollar el comercio regional, dado que ya existen avances en la materia como el hecho de que 90 por ciento de los aranceles ya están homologados.
El territorio donde se aplicará el programa cuenta con una población de unos 65 millones de personas, lo cual lo hace comercialmente muy atractivo para empresarios e inversionistas.
Los mandatarios centroamericanos esperan también que el PPP sirva de precedente para luego pedir a México la concesión de facilidades y protección a sus emigrantes, con la instalación de consulados centroamericanos conjuntos.
El primer consulado regional será instalado en la ciudad mexicana de Veracruz, donde las autoridades locales ya ofrecieron un edificio al efecto.
Mientras, los primeros proyectos del PPP pondrán en marcha la modernización de las aduanas y la armonización de los trámites, desarrollo de zonas turísticas, la interconexión eléctrica, la construcción de carreteras.
Entre los planes referidos al turismo se cuenta la promoción mundial del sur de México y del istmo como una sola franja, en la que el atractivo es la herencia de la cultura maya.
Los gobernantes centroamericanos han hecho un llamado al Banco Interamericano de Desarrollo para que los apoye en esta iniciativa, a través de una cartera de créditos.
Los planes de Fox hacia América Central son tan ambiciosos que algunos expertos han comenzado a compararlos con el Plan Marshall, implementado por Estados Unidos para ayudar a la reconstrucción de Europa después de la segunda guerra mundial.
Sin embargo, este no es un programa asistencialista, sino una estrategia que ofrecerá estímulos para la inversión a los empresarios mexicanos y a las multinacionales, comentan los defensores mexicanos del programa, que esperan atraer inversiones iniciales por 3.600 millones de dólares.
En tanto, el PPP encontró la oposición de movimientos sociales y políticos del sur de México, entre ellos el insurgente Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que lo consideran una estrategia para la globalización y un pretexto para entregarle a los intereses capitalistas una rica y preservada región.
Parlamentarios de El Salvador también han dicho esta semana que los únicos beneficiados con el plan serán los empresarios e inversionistas mexicanos. (FIN/IPS/nms/dm/if ip/01