La cumbre de la Organización por la Unidad Africana (OUA), a celebrarse del 2 al 11 de julio, puede ser punto de partida de la unión política de Africa, si al menos 36 de los estados miembros, dos tercios del total, apoyan una propuesta del líder libio Muamar Gadafi.
Gadafi propuso la unión africana en septiembre de 1999, en una cumbre de la OUA en la ciudad libia de Sirte, y obtuvo el respaldo de los 53 estados miembros de la organización. Pero hasta el momento la iniciativa, conocida como la Declaración de Sirte, sólo fue ratificada por 31 estados.
Hace 40 años, el primer presidente de Ghana, Kwame Nkrumah, figura destacada del movimiento anticolonialista, intentó junto a un puñado de fundadores de la OUA lograr la unión política y económica de Africa. Desde entonces, una combinación de conflictos, enfrentamientos y celos personales impidieron que se realizara el sueño de Nkrumah.
El canciller Ahmed Maher encabezará la delegación de Egipto a la cumbre de la OUA, que se celebrará en Lusaka. En los años 50 y 60, el gobierno egipcio de Gamel Abdel Nasser estuvo a la vanguardia de la unidad africana y árabe.
Ahora, la actitud oficial hacia la propuesta de Gadafi no es tan clara. El Cairo apoya la cooperación económica continental, pero manifiesta cautela en lo que tiene que ver con la unión política.
«Seamos realistas. Esta propuesta no triunfará hasta dentro de cinco o siete años, dado que la experiencia democrática y la ideología política varían mucho en el continente», comentó un alto funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores egipcio.
La OUA, símbolo del sueño de los líderes de la independencia africana, nació en 1963 en Addis Abeba. La Declaración de Sirte pide a los líderes africanos que trabajen para lograr la unión política a más tardar en 2010.
La idea es forjar los Estados Unidos de Africa, o al menos una Unión Africana similar, pero no idéntica, a la Unión Europea.
«La unidad ha sido una meta esquiva, y los numerosos conflictos de Africa perdurarán al menos durante la presente década en el continente», aseguró Ahmed Fathy, profesor de ciencia política de la Universidad de El Cairo.
Los detractores de la propuesta sostienen que algunos obstáculos infranqueables son la ausencia de un plan de acción concreto y las numerosas guerras que azotan a Africa.
«La unión política del continente sencillamente no es realista, sobre todo en un momento cuando, como ocurre tan a menudo, la mayoría de los países africanos están envueltos en disputas civiles o fronterizas», dijo Dia' Rashwan, investigador del Centro Al Ahram de Estudios Políticos y Estratégicos.
Otro obstáculo sería lo que algunos consideran la contradicción entre la unión africana y la identidad y cultura árabe. Sin embargo, el ex secretario general de la Liga Arabe Esmat Abdel Meguid, discrepa con esta postura.
«Creo que la realidad actual africana empuja a los africanos a diseñar formas y medios de buscar soluciones continentales a los muchos problemas de Africa», dijo.
Abdel-Meguid agregó que existen fuertes lazos entre los estados africanos y árabes en distintos foros políticos a nivel internacional, lo cual debería fomentar la unidad continental.
«Los países africanos estuvieron junto a sus hermanos africanos para poner fin al apartheid y la segración racial en la mitad austral del continente. Los africanos también estuvieron junto a sus hermanos árabes durante las guerras entre árabes e israelíes, y siempre apoyan los derechos palestinos», agregó.
Amr Moussa, el actual secretario general de la Liga Arabe, se refirió a la estrecha colaboración existente al «nivel más alto» entre la Liga Arabe y la Organización de Unidad Africana.
La Liga Arabe coopera con Africa en distintos niveles, incluso con el Fondo Arabe para la Asistencia Técnica a Africa. La organización también envía equipos de investigación, expertos técnicos, médicos, maestros y otros profesionales a los países africanos, agregó.
Al analista político Mohamed Safar no le preocupan las diferencias geográficas. «No deberíamos hacer distinciones entre Africa al norte y al sur del Sahara. Todos somos africanos y todos aspiramos a un futuro mejor para nuestro continente», sostuvo.
Sin embargo, advierte que no se deben esperar resultados inmediatos. «A la Unión Europea le llevó 40 años llegar a la actual circunstancia histórica», dijo.
Salama Ahmed Salama, columnista del diario Al Ahram, argumenta que la unidad fue esencial para el progreso económico de la economía mundializada.
«Los países industrializados no tienen intención de abandonar voluntariamente los privilegios y poderes que tienen en el presente orden económico y político mundial. Incluso ahora están cementando su poder formidable uniéndose para crear aun mayores bloques económicos regionales», explicó.
En este nuevo orden, «Africa será empujada inevitablemente hacia la periferia, reducida a un apéndice de Europa y Estados Unidos, a menos que esté unida», advirtió Salama. (FIN/IPS/tra- en/hs/cr/ip/aq/01