AFGANISTAN: ONU considera aumentar su presión sobre Talibán

El Consejo de Seguridad de la ONU considera aumentar la presión sobre el movimiento fundamentalista islámico Talibán, que domina la mayor parte del territorio de Afganistán, para que entregue al saudita Osama bin Laden, acusado de terrorismo por Estados Unidos.

Expertos convocados por el Consejo propusieron un mayor control del embargo de armas impuesto por el Consejo de Seguridad a Talibán hasta que cumpla con las condiciones resueltas por el órgano en 1999: la entrega de Bin Laden a alguno de los países que lo buscan por terrorismo y el desmantelamiento de los centros de entrenamiento de guerrilleros.

Estados Unidos ha ofrecido una recompensa de cinco millones de dólares por informaciones que conduzcan a la detención de Bin Laden, uno de los diez hombres más buscados por el FBI (Oficina Federal de Investigaciones) y que al parecer reside en Afganistán.

Washington lo acusa de participación en los atentados contra sus embajadas en Tanzania y Kenia, en agosto de 1998, que causaron la muerte a más de 200 personas.

El sistema propuesto por el grupo de expertos incluye la instalación de una oficina de control de la ONU (Organización de Naciones Unidas) así como equipos especiales en los seis países que tienen frontera con Afganistán para asegurar el cumplimiento del embargo.

Este plan cuenta con el apoyo de Estados Unidos y de Rusia, pero Pakistán, uno de los vecinos de Afganistán, ya declaró su oposición. El resto de los países fronterizos que se verían involucrados en este sistema de control son China, Irán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán.

Unos 100.000 efectivos de los seis países están a cargo de controlar la frontera con Afganistán, pero, según el grupo de expertos, no existe coordinación entre ellos. La eficacia del plan depende del compromiso de estas naciones.

El Consejo de Seguridad ya había ordenado en otras ocasiones estudios para mejorar la efectividad de diversos embargos de armamento, pero nunca adoptó las recomendaciones resultantes.

El cuerpo de la ONU comenzó a discutir este plan el martes, sin imponerse un plazo para decidir al respecto.

El régimen de Talibán es acusado de graves violaciones de derechos humanos, entre ellas la marginación de las mujeres, a quienes niega el derecho al trabajo y a la educación, y de quienes discrepan de su visión del Islam, basada en una interpretación literal del Corán, el libro sagrado musulmán.

Desde octubre de 1999, cuando el Consejo de Seguridad planteó sus demandas, «el régimen talibán no hizo nada por cumplirlas, tanto en lo que respecta a Osama bin Laden como al refugio y entrenamiento de organizaciones terroristas internacionales», dijeron los expertos.

El año pasado el Consejo reiteró sus reclamos e instaló el grupo de estudio.

Sus propuestas son «novedosas e interesantes», sobre todo la creación de cuerpos de control en todos los países fronterizos, dijo el embajador colombiano Alfonso Valdivieso, presidente del comité de sanciones contra Afganistán del Consejo. Su posición dista de ser unánime.

«No nos gusta este informe ni la creación de un mecanismo de control que involucre injustamente a Pakistán. No se debería permitir que (las resoluciones del Consejo de Seguridad) sirvan a los estrechos fines de unos pocos», dijo, por su parte, el embajador paquistaní Shamshad Ahmad.

Según Ahmad, «el aislamiento del Talibán no ha ayudado y no ayudará. Las sanciones deben ser remplazadas por un sistema dirigido a resolver todos los problemas de Afganistán teniendo en cuenta la situación general».

Pakistán es uno de los pocos países que reconoce el régimen de Talibán. La ONU, en cambio, reconoce al gobierno del Frente Unido, una coalición de partidos islámicos y grupos que controlan el norte del territorio, encabezados por Ahmed Shah Massoud.

El movimiento Talibán fue creado durante la ocupación soviética de Afganistán (1980-1989) por estudiantes islámicos en Pakistán, hijos de exiliados. En 1996, cinco años después del fin de la ocupación, el grupo islámico tomó el poder.

El embajador Ravan Farhadi, representante del Frente Unido ante la ONU, reclamó la implementación de las recomendaciones del panel y calificó a Talibán de «infame vástago y títere» de Pakistán.

Fahradi agregó que el Consejo de Seguridad se ha mostrado indiferente ante las «agresivas políticas» pakistaníes.

Según el informe a estudio del Consejo, las escuelas religiosas de Pakistán son «una importante fuente de defensores de la causa talibán».

«Funcionarios del gobierno pakistaní han admitido conocer las actividades paramilitares que existen en esos centros religiosos, pero se les permite seguir con sus actividades», dice el informe. (FIN/IPS/tra-en/jw/aa/dc/mj/ip/01

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