La Asamblea Mundial de la Salud adoptó enérgicas resoluciones en materia de lactancia materna y control del consumo de tabaco, pero sólo textos diluidos en el crítico asunto de precios accesibles para medicamentos esenciales y contra el sida.
La reunión anual de los ministros de salud, que finalizó este martes en Ginebra, zanjó una antigua controversia al recomendar de manera explícita que los bebés deben ser alimentados con leche materna durante los primeros seis meses de vida.
Las recomendaciones anteriores de la Organización Mundial de la Salud (OMS) instaban a las madres a amamantar a sus hijos durante un período extendido hasta los cuatro o seis meses.
La Red Mundial de Grupos pro Alimentación Infantil (IBFAN), organización no gubernamental que promueve la lactancia materna, saludó la decisión de los ministros como «un triunfo de la ciencia sobre los intereses creados de la industria de alimentos para niños».
La resolución, que fue presentada por la delegación de Brasil, detendrá la comercialización de productos sucedáneos de la leche materna para bebés de cuatro meses, anticipó IBFAN.
La organización estimó que, con la venta de esos sucedáneos a partir de los cuatro meses, en lugar de los seis meses, la industria embolsaba ingresos anuales de 1.000 millones de dólares.
También aseguró que la Asociación Internacional de Fabricantes de Alimentos Infantiles trató infructuosamente de debilitar el proyecto brasileño.
Cesar Victora, profesor de epidemiología de la Universidad de Pelotas, Brasil, manifestó su satisfacción por la medida y recordó que desde hacía 15 años los científicos venían acumulando pruebas sobre los beneficios de la lactancia materna.
Otra resolución de la Asamblea, realizada entre el día 14 y este martes, desafió la influencia indebida de las empresas transnacionales del tabaco sobre los gobiernos y la OMS.
El texto aprobado alerta a los 191 estados miembros de la OMS ante los esfuerzos desplegados durante años por la industria del tabaco para «subvertir el papel de los gobiernos y de la OMS» en su combate contra la epidemia del tabaco.
La resolución pide también a los estados que tomen conciencia de las relaciones políticas entre la industria del tabaco y los miembros de sus delegaciones.
INFACT, una organización que denuncia abusos de las firmas transnacionales del tabaco, dijo que para aprobar la resolución fue necesario superar la resistencia de Estados Unidos y de otros países.
La decisión de la Asamblea es «una gran victoria» y constituye un paso importante hacia el Convenio Marco sobre el Control del Tabaco, que negocian desde hace un año los estados miembros de la OMS, dijo INFACT.
Las resoluciones sobre el acceso a los medicamentos en los países pobres, presentadas por Brasil, tropezaron también con la oposición de Estados Unidos.
La Unión Europea promovió un compromiso, finalmente aprobado, con un texto que excluye toda referencia al monopolio de las firmas transnacionales farmacéuticas, consagrado por el acuerdo sobre Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC).
Brasil aspiraba a obtener un respaldo de la Asamblea a su política nacional de medicamentos contra el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), que consiste en el suministro gratuito de fármacos antirretrovirales a los 536.000 pacientes de esa enfermedad.
El programa de acceso libre y universal a los antirretrovirales estabilizó desde hace cinco años la tasa de incidencia del sida en Brasil, en 14 casos por 100.000 habitantes.
Sin embargo, ese programa le costó a Brasil un juicio, actualmente en trámite, incoado por Estados Unidos ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), por supuesta violación de las normas del ADPIC.
La resolución aprobada por la Asamblea Mundial de la Salud precisa que las políticas sobre acceso a los medicamentos deben atenerse «al derecho internacional», en referencia a la OMC y a su polémico acuerdo ADPIC.
En otra resolución, la Asamblea aprobó para la OMS gastos para 2002 por un total de 421,3 millones de dólares. Pero el presupuesto de la organización se cerrará con un déficit de 20,7 millones de dólares debido a una reducción de los ingresos.
Las contribuciones de Estados Unidos a la OMS disminuyeron de 25 a 22 por ciento del total, pero en desacuerdo con el recorte los países en desarrollo se negaron a aprobar nuevos fondos para cubrir esa diferencia de 20,7 millones de dólares. (FIN/IPS/pc/he/01
