Científicos cubanos suponen que la flor de majagua puede ser un buen remedio alternativo para el asma, una enfermedad crónica que en el mundo afecta a más de 150 millones de personas y es una de las 10 primeras causas de muerte.
Estudios científicos realizados en Cuba demostraron que la flor de majagua, voz antillana que identifica a este árbol americano perteneciente a la familia de las malváceas, reúne propiedades antioxidantes que pueden servir para combatir las causas del asma.
«Esas sustancias antioxidantes tienen una incidencia de casi 50 por ciento en los procesos clínicos» que causan la enfermedad, afirmó Armando Cuellar, jefe de un grupo químico-farmacéutico de la Universidad de La Habana.
El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias y los tratamientos deben dirigirse a aliviar ese padecimiento, causante de los cuadros clínicos, explicó el científico a la prensa.
Las investigaciones cubanas confirman la existencia de una célula denominada eoxinofilo, que libera sustancias dañinas para el organismo, sobre todo «especies reactivas de oxigeno» que afectan la función bronquial.
Cuellar indicó que el asma incrementa la cantidad de ácido nítrico en el organismo, que, a su vez, reacciona con las especies reactivas de oxigeno, provocando la inyección de una mayor cantidad de eoxinofilo hacia las vías aéreas.
Precisamente, la composición química de algunas sustancias que se encuentran en la flor de majagua interfiere en la formación de las especies reactivas al oxigeno y, por ende, pueden contribuir al tratamiento de la enfermedad, aseguró el especialista.
El estudio intenta atacar directamente la causa de este padecimiento crónico, en lugar de sólo mitigar los síntomas.
«Uno puede contar lo que se siente, pero si no se ha pasado por eso es muy difícil llegar a imaginárselo realmente», comentó Roberto Gómez, jubilado de 69 años, que ha padecido toda su vida de «esa falta de aire, que no te deja ni subir tres escalones».
«Me preocupa. Vivir así cansa mucho. Y yo lo veo cada día más cansado», dice la hija de Roberto, Alina Gómez, quien recuerda que sólo lo vio «bien los tres años que trabajó en la desaparecida Unión Soviética, porque allí el clima es seco que es bueno para los asmáticos».
Entre los síntomas del asma se encuentran la falta de aire, la presencia de sonidos en los bronquios y la tos seca.
Las crisis llega tras ataques catarrales y manifestaciones alérgicas, como la coriza o la picazón en los ojos. En algunas personas los problemas se suceden día tras día y pueden sobrevenir hasta sólo por reírse.
Los asmáticos son sensibles a unos 200 elementos causantes de alergias, como polvo, polen, pelo, excreciones y la caspa de los animales, las esporas de los hongos, las plumas, la ceniza y el humo del tabaco.
Los ataques se desencadenan también por el efecto de sustancias químicas, el ejercicio físico e, incluso, por causas sicológicas. En un país como Cuba, con altas concentraciones de humedad, el clima es también un factor determinante.
Estudios científicos han descubierto que cada crisis de asma puede ocasionar daños en los pulmones. Por otra parte, la desaparición de sus manifestaciones por varios años no significa que el paciente se haya curado.
Para el caso de las mujeres, el retorno de los síntomas es usual cuando llega la primera menstruación, durante el embarazo y en el climaterio.
Fuentes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicaron que el asma causa 180.000 muertes cada año, 80 por ciento de las cuales son evitables.
La OMS también informó que la tercera parte de las 150 millones de personas que padecen la enfermedad en el mundo son menores de edad.
La tendencia al aumento de las personas enfermas es «uno de los mayores misterios de la medicina moderna», según la OMS, la cual precisó que los casos de asma y el número de personas hospitalizadas crecieron 40 por ciento en los últimos 10 años.
Además del asma, se registran aumentos considerables de la incidencia de otras enfermedades respiratorias agudas, como la bronquitis crónica y el enfisema pulmonar, que provocan la muerte de casi tres millones de personas en el mundo.
En Cuba, alrededor de 25 por ciento de los pacientes que ingresan en centros hospitalarios presentan afecciones neumológicas.
El último Anuario Estadístico del Ministerio de Salud Pública indicó que los centros de atención del país registraron en 1998 más de 4,9 millones de casos de enfermedades respiratorias agudas, que equivale a 441,6 por 1.000 habitantes.
La tasa de pacientes atendidos por asma en ese mismo año fue de 66 por cada 1000 habitantes, cuyo detalle por sexo es 67,8 mujeres por cada mil y 64,1 hombres por cada mil.
En Cuba, además de recetar medicamentos como los esteroides (cortidelton y prednisona), se aconseja a los asmáticos asistir a terapias especializadas de relajación y concentración, practicar yoga e incorporar la llamada medicina verde a los tratamientos.
La flor de majagua, que ahora se aconseja para el asma, ha sido utilizada por la población cubana con éxito como analgésico y anticatarros, recordó Cuellar.
El estudio forma parte de una línea de investigación del gubernamental Centro de Química Farmacéutica para buscar propiedades antivirales en plantas endémicas de Cuba, que podrían convertirse en nuevos productos farmacéuticos.
Sin embargo, especialistas de la Universidad de Exeter, de Gran Bretaña, sostienen que los beneficios de la medicina verde en el combate contra el asma aún no se ha comprobado.
«La mayoría de los estudios revisados tienen errores o no utilizaron productos de calidad estandarizada, por lo cual es difícil saber que tan efectivos son», afirmó un reporte de ese colectivo científico sobre 17 experiencias de este tipo.
Por su parte, investigadores del Hospital General de Southampton, también de Gran Bretaña, aseguraron el año pasado que el asma podría erradicarse en 10 años, pese a ser la única enfermedad crónica tratable cuyo índice de mortalidad aumenta cada día.
Aseguran que la solución sería encontrar una vacuna que permita inyectar en el cuerpo bacterias naturales que contengan una molécula llamada CD14, la cual acciona en el intestino, regula la inmunidad y previene las reacciones alérgicas. (FIN/IPS/da/dm/he sc/01
