PETROLEO: Plan de Bush no resuelve problemas de EEUU, según OPEP

Los problemas energéticos de Estados Unidos no se resolverán con el nuevo plan gubernamental en la materia, que prevé, entre otras medidas, sanciones para los países que pongan en peligro su abastecimiento de petróleo, sostuvo hoy la OPEP.

El gobierno de George W. Bush debería preocuparse en afianzar las relaciones con los países exportadores de petróleo en lugar de insistir con el plan que presentó esta jueves, sostuvo Alí Rodríguez, secretario general de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo).

Rodríguez aseveró este viernes a la prensa venezolana que el plan «no va a resolver el problema» energético de Estados Unidos.

Estados Unidos, el mayor productor y consumidor de energía del mundo, afronta una coyuntura difícil semejante, según analistas, a la registrada en los años 70, y a la que se relacionó con un aumento de precios por la actuación coordinada de la OPEP.

A juicio de Rodríguez, la solución del problema de energía en Estados Unidos pasa por una mejor relación con los países de la OPEP.

La organización, con sede en Viena, recuperó el año pasado su incidencia en los precios, mediante la implementación de recortes o de sobreproducción, según sea el caso de escasez o abundancia de crudo en el mercado internacional.

Este jueves, el presidente Bush dijo: «Si no actuamos, este país (Estados Unidos) puede enfrentar un futuro de oscuridad». El mandatario presentó un informe en materia energética preparado por un equipo especial de la Casa Blanca encabezado por el vicepresidente Dick Cheney.

El informe recomienda considerar la energía como factor de seguridad interna y dejar abierta la posibilidad de que Estados Unidos decida, de manera unilateral, la imposición de sanciones a los países que pongan en peligro su abastecimiento.

«Si no actuamos nuestro país dependerá cada vez más del petróleo extranjero, poniendo nuestra seguridad energética nacional en manos de naciones extranjeras, que no siempre comparten nuestros intereses», señaló Bush.

El mandatario estadounidense agregó: «La excesiva dependencia de cualquier fuente de energía, en especial de una fuente extranjera, nos hace vulnerables a los vaivenes de los precios, a las interrupciones de suministro, y, en el peor de los casos, al chantaje».

Rodríguez sostuvo que el nuevo programa de Bush tiene puntos de contacto con el Plan Independencia, ejecutado durante la Presidencia de Richard Nixon (1969-1974) y que no rindió los resultados esperados.

Para el secretario general de la OPEP, el plan de Bush significa un esfuerzo considerable para reducir las importaciones de petróleo. Estados Unidos «importa bastante más de 50 por ciento de los 20 millones de barriles diarios que consume», precisó.

Rodríguez, ex ministro de Energía venezolano cercano al presidente Hugo Chávez, aseveró que el problema de Estados Unidos no es de suministro de crudo, sino de productos derivados del petróleo.

A su juicio, países de la OPEP, como Venezuela, podrían incrementar «significativamente» su capacidad de refinación y así ser capaces de abastecer al mercado estadounidense, «con acuerdos de largo plazo que den seguridad a ambas partes».

El ministro de Energía venezolano, Alvaro Silva Calderón, coincidió con esa posición.

«Problemas como el déficit de energía eléctrica en California y de gasolina no están vinculados con la oferta de crudo», aseguró Silva Calderón, para quien las exigencias ambientales impuestas a distintas actividades económicas en Estados Unidos distorsionaron el mercado.

El plan de Bush, que podría fomentar inversiones por 10.000 millones de dólares en los próximos años, incluye la perforación petrolera y gasífera en terrenos fiscales, el impulso de avances técnicos en el sector de la energía nuclear y una flexibilización de las normas ambientales estadounidenses.

El anuncio de Bush se registró en momentos en que el mercado petrolero internacional vive una etapa de estabilidad en sus cotizaciones.

El Ministerio de Energía de Venezuela informó este viernes que los principales precios de referencia cerraron una semana con muy ligeras variaciones, en comparación con la anterior.

La cesta de siete crudos de la OPEP se cotizó a 26,55 dólares por barril, 50 centavos de dólar más que la semana anterior. El estadounidense West Texas Intermediate se elevó 71 centavos de dólar y concluyó a 28,81 dólares por barril, mientras el Brent del Mar del Norte subió 52 centavos y cerró a 28,37 dólares.

La cesta OPEP se ubica en el marco de la banda establecida como objetivo desde septiembre pasado, de entre 22 y 28 dólares por barril.

La organización está constituida por Arabia Saudita, Argelia, Emiratos Arabes Unidos, Indonesia, Iraq, Irán, Kuwait, Libia, Nigeria, Qatar y Venezuela.

La organización coloca en el mercado mundial 24,2 millones de barriles diarios de crudo, alrededor de 35 por ciento del total. Esa cifra excluye la producción iraquí, sometida a un embargo dispuesto en 1990 por la Organización de las Naciones Unidas. (FIN/IPS/ac/mj/if/01

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