México será en 2025 un país feliz, próspero, justo y democrático, según el plan de desarrollo 2001-2006 presentado hoy por el gobierno, un compendio de buenas intenciones que podría terminar como los anteriores: olvidado en alguna biblioteca.
El presidente Vicente Fox presentó el plan antes del fin de mayo de su primer año de gobierno. Al igual que sus antecesores, fue en un acto público en el que prometió «que ahora sí», por fin, se cumplirá con lo planificado.
Durante muchos años, estos planes fueron un catálogo de buenas intenciones, una rutina, pero éste es un diagnóstico y un programa concreto, aseguró el mandatario, el primero ajeno al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en los últimos 71 años.
Fox señaló que hasta 2006, cuando concluya su periodo, el gobierno hará todo lo necesario «para poner al día» a México, sentar las bases de la justicia, consolidar la transición democrática y asegurar un desarrollo sustentable.
Si el plan se cumple y se adapta a las circunstancias, en 2025 «México será una nación con calidad de vida», que habrá «logrado reducir los desequilibrios sociales» y que ofrecerá «oportunidades de desarrollo humano integral y convivencia, basados en respeto a las garantías individuales», apunta el documento.
«México será (en 2025) una nación dinámica, integrada a la globalidad y con un crecimiento estable, dinámico, incluyente y en equilibrio con el ambiente, sustentada orgullosamente en sus raíces, pluriétnica y multicultural con un profundo sentido de unidad nacional», añade.
La mitad de los 100 millones de habitantes de México son pobres, 10 por ciento son analfabetos, lo indígenas sufren discriminación y el gobierno gasta menos de seis por ciento del producto interno bruto en salud, 8,1 puntos porcentuales menos que su vecino Estados Unidos.
El plan es un conjunto de buenas intenciones y no se sabe cómo se cumplirá si el gobierno mantiene hasta ahora intactas las políticas neoliberales que aplicaron los últimos gobiernos del PRI, comentó Martí Batres, coordinador de los legisladores del izquierdista Partido de la Revolución Democrática.
En el documento del gobierno se destaca, entre otros objetivos, los compromisos de mejorar el sistema educativo, incentivar a los pequeños productores, apoyar al campo, estabilizar la democracia participativa y la economía estable.
Una novedad anunciada por Fox, sin precedentes, es que el plan será evaluado, y por dos vías.
El presidente informó que en las próximas semanas presentará «un sistema nacional de indicadores» y propondrá la formación de consejos ciudadanos en que representantes de la población analizarán el cumplimiento de las metas del plan.
Con el tiempo se sabrá si este plan cambia la situación imperante o si, como lo anteriores, queda olvidado en alguna biblioteca, expresó el analista del diario Reforma, Enrique Quintana.
El plan de desarrollo será la norma, la guía que regirá al gobierno. Cada medida y política que se tome tendrá en cuenta sus objetivos, declaró Fox.
Planificar es organizarse, es gobernar bajo una conducción de largo aliento, pero la planificación solo es válida si toma en cuenta el consenso de la ciudadanía, señaló.
El documento se nutrió de más de 400.000 propuestas recibidas por correo postal y electrónico, en reuniones de trabajo y en diversos foros organizado por las autoridades.
El plan no tiene la última palabra, porque aún puede enriquecerse con el análisis, la crítica y las propuestas de los partidos políticos, dijo Fox.
En el documento se repiten innumerables veces palabras como humanismo, equidad, inclusión, sustentabilidad, competitividad, legalidad, gobernabilidad, transparencia, educación y federalismo.
«Hasta ahora el famoso plan sólo es un cúmulo de palabras. Con el tiempo comprobaremos si hay algo detrás», opinó Agustín Rodríguez, del sindicato de la Universidad Nacional Autónoma de México.
«Este debe ser el plan de todo el país, no sólo del gobierno. Debe ser un documento vivo, por eso ya se entregó al Congreso y estamos dispuestos a retomar sus sugerencias», declaró Carlos Flores, coordinador de la elaboración del plan nacional de desarrollo.
Para darlo a conocer en detalle en todo el territorio nacional, el gobierno ordenó a ministros y otros altos funcionarios visitar diversos puntos de los 31 estados del país. (FIN/IPS/dc/mj/dv ip/01
