/Integración y Desarrollo/ EEUU: ALCA en riesgo por deserción de senador republicano

El pasaje esta semana de la mayoría del Senado estadounidense de manos del Partido Republicano al Demócrata pone en riesgo los planes del presidente George W. Bush de negociar el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) con la potestad de la «vía rápida» (fast track).

El senador James Jeffords anunció el jueves que modificaría su afiliación política de republicana a independiente. Así, el Partido Demócrata contará con 50 escaños en la cámara y los republicanos, con 49. Esta es la primera vez en seis años que los demócratas contarán con mayoría en el órgano.

Jeffords se convirtió en el único independiente del Senado. «No vivimos en un sistema parlamentarista, aunque es natural que se espere que personas como yo, honradas con posiciones de liderazgo, apoyen la agenda del presidente. Creo que yo no podré hacerlo más», dijo el legislador.

Bush, que en sus primeros cuatro meses en la Casa Blanca ha impulsado una agenda conservadora, se mostró desilusionado con la renuncia, aunque sostuvo que continuará tratando de imponer su posición a través de mecanismos bipartidarios en el Congreso legislativo.

«Respeto al senador Jeffords, pero, respetuosamente, no podría estar más en desacuerdo. Nuestra agenda consiste en reformar las escuelas públicas y promover la reducción de impuestos para todos, y representa las esperanzas y los sueños de la mayoría de los estadounidenses», dijo Bush.

Analistas pronostican que la renuncia de Jeffords podría causar dificultades en la aprobación del nuevo plan de energía de Bush, quien propone ampliar el uso de los combustibles y la generación de energía nuclear.

Bush también procurará este año la aprobación en el Congreso de la vía rápida, potestad que le permitirá al gobierno negociar acuerdos comerciales, en especial el ALCA, que deberán luego de firmados por los países ser aprobados o rechazados en bloque por el Poder Legislativo, sin posibilidad de enmienda.

Legisladores demócratas insisten en que los nuevos acuerdos comerciales deben incluir cláusulas sociales y ambientales, a lo que se niegan los republicanos. El presidente deberá negociar más con los demócratas para lograr su cometido en el Congreso.

En el plano nacional, Bush también tendrá dificultades para la proyectada privatización parcial de los servicios de seguridad social y en sus planes de reducción de impuestos. Antes del anuncio de Jeffords, el Senado aprobó un recorte de 1,3 billones de dólares, 1,6 billones menos que el pedido original de Bush.

El presidente también puede verse limitado en la elección de nombres para los cargos que aún están pendientes en su gobierno.

Por ejemplo, los senadores demócratas podrían impedir el nombramiento de más jueces conservadores para integrar los tribunales federales.

«Al mirar hacia adelante puedo prever muchas instancias de desacuerdo con el presidente en asuntos muy importantes», dijo Jeffords.

Entre ellos mencionó «la conducción judicial, las decisiones sobre gastos e impuestos, el sistema de defensa misilístico, la política energética y el ambiente, y una cantidad de otras cuestiones, grandes y pequeñas», explicó.

La nueva situación en el Congreso legislativo permitiría a los demócratas tomar el control de los poderosos comités del Senado.

De hecho, se espera que los legisladores demócratas ofrezcan a Jeffords la jefatura del Comité de Ambiente.

El líder de la mayoría en el Senado —que pasará de los republicanos a los demócratas— tiene un considerable poder sobre la agenda legislativa y sobre los tiempos para que los proyectos lleguen a la instancia de votación.

«Será muy complicado que la oposición organice el Senado. No es un caso único en la historia del país, pero será difícil y Bush tendrá que asumir algunos compromisos para poder gobernar», dijo Helmut Sonnenfeldt, investigador del centro académico Brookings Institution.

Sin embargo, Sonnenfeldt dijo que es demasiado pronto para hacer predicciones, porque todos los movimientos para el cambio de control partidario en el Senado están abiertos a la negociación.

Los republicanos intentaron restar importancia al tema, cuando el actual líder de la mayoría en el Senado, Trent Lott, dijo que la decisión de Jeffords no cambiaría la agenda.

Además de controlar la Casa Blanca, los republicanos cuentan con la mayoría de la Cámara de Representantes, donde, al contrario que en los sistemas parlamentaristas, los miembros no necesariamente votan de acuerdo a las líneas de su partido.

«Trabajaremos junto con los demócratas. La agenda del pueblo es la misma y nuestras prioridades también lo son», dijo Lott.

Jeffords votó frecuentemente junto a los demócratas en los asuntos más polémicos, y se pronunció a favor del derecho al aborto, así como de aumentar los gastos en la educación.

Pero el senador dijo que no se uniría al Partido Demócrata, sino que votaría con éste en los temas centrales.

Desde 1950 se produjeron nueve cambios de partido en el Senado, la mayoría de demócratas que pasaron a filas republicanas. (FIN/IPS/gm/da/mj-dc/ip/01

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