Una comisión de la Unión Europea (UE) presentó una propuesta para coordinar con mayor eficacia la ayuda de emergencia a países pobres, los programas de rehabilitación y las políticas de desarrollo a largo plazo.
Las medidas propuestas representan «un paso adelante hacia un enfoque coherente y eficaz para vincular la ayuda, la rehabilitación y el desarrollo», destacó Poul Nielson, comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria.
El propósito de las medidas es guiar a los 15 países miembros de la UE en su asistencia a países pobres en situaciones posteriores a crisis.
«Los mecanismos de ayuda a corto plazo no toman en cuenta sistemáticamente -y en algunos casos no pueden tomar en cuenta- problemas de desarrollo a largo plazo, y a su vez la política de desarrollo no siempre es capaz de hacer frente a desastres naturales, guerras y otras crisis», declaró Nielson.
Las circunstancias varían, reconoció el comisario, pero hay tres tipos de situaciones en que surge claramente el problema de la falta de coordinación: desastres naturales, conflictos bélicos y otros casos que requieren ayuda humanitaria pese a la ausencia de una emergencia general.
«Uno de los puntos débiles de la ayuda administrada por la Comisión Europea ha sido la carencia de una buena coordinación con las acciones de otros donantes», había dicho Nielson a la prensa antes de la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Países Menos Adelantados (PMA), en Bruselas.
Ahora, señaló, deberá procurarse más flexibilidad en la forma de financiación de proyectos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por parte de la UE, para permitir que el bloque europeo sustituya la financiación de proyectos específicos por el apoyo a programas de desarrollo de largo plazo.
La Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la UE, emitió este mes una declaración específica sobre las relaciones con la ONU, destinada a poner fin a la «guerra de contadores» entre ambas instituciones que debilita los esfuerzos de desarrollo, explicó el comisario.
«El problema básico es que sólo podemos contribuir con organismos de la ONU financiando proyectos específicos, y también debemos realizar informes, auditorías, etc. según nuestras propias normas», dijo.
Esto «nos convierte en un socio muy inadecuado para una agencia de la ONU», porque «se agrega a la burocracia del foro mundial», añadió Nielson.
La ONU se queja desde hace mucho tiempo de la falta de coordinación entre los donantes, que la obliga a atender las necesidades administrativas de éstas a expensas de los servicios a los beneficiarios de los proyectos.
Para poder recibir fondos, las agencias de la ONU deben preparar múltiples proyectos, presupuestos e informes.
La declaración del miércoles propone un enfoque más sistemático, que involucre «al mayor número posible de donantes internacionales coordinando sus propias acciones en un país dado».
La Comisión Europea impulsa una estrategia más activa «para mejorar la coordinación entre los donantes, cuya falta reduce el impacto y la eficacia de las intervenciones externas».
«Se debe impulsar a organizaciones no gubernamentales locales e internacionales, así como a otros grupos de la sociedad civil, a participar en los mecanismos de coordinación», instó la Comisión.
La UE también considera medidas para reestructurar sus propios instrumentos, métodos de trabajo y mecanismos institucionales para que sean más flexibles, rápidos y faciliten la transición de la ayuda de emergencia a los esfuerzos de desarrollo de más largo plazo.
Una ventaja sería que la oficina de ayuda humanitaria de la UE ahorraría dinero que de otra forma gastaría en programas de largo plazo más allá de su mandato de ayuda de emergencia, y como resultado dispondría de más fondos para combatir otras crisis, señalaron funcionarios.
La UE reconoció también que, para que su ayuda sea más eficaz, debe transferir poder de decisión a delegaciones en el terreno, en lugar de tratar de dirigir todo desde su sede de Bruselas. (FIN/IPS/tra-en/bk/aa/mlm/dv/01