Medidas proteccionistas de la Unión Europea (UE) podrían socavar la iniciativa «Todo salvo las Armas», que pretende mejorar el acceso al mercado europeo de los productos de países en desarrollo, advirtió un experto.
Paul Goodison, director de la Oficina de Investigación Europea, una organización de Bruselas dedicada al estudio del comercio entre la UE y Africa, advirtió esta semana que aspectos negativos de los acuerdos regionales de libre comercio podrían atentar contra los limitados beneficios de la iniciativa.
«Mientras la Unión Europea anuncia con bombos y platillos el acceso otorgado a los Países Menos Adelantados, la realidad es que pocos de ellos pudieron aprovecharlo», dijo en Bruselas en un seminario organizado por la Red Europea de Información y Acción para Africa Austral.
Los 49 Países Menos Adelantados (PMA) reciben un tratamiento especial de la UE, pero las normas sanitarias, y no los aranceles, «son un obstáculo cada vez mayor para el comercio de los países más pequeños y de menor desarrollo», aseguró.
La UE proporciona gran apoyo a los mataderos europeos, por ejemplo, para que puedan cumplir las nuevas normas adoptadas para combatir la encefalopatía espongiforme bovina, también conocida como el mal de la vaca loca, y el virus aftósico. Pero los productores de los PMA carecen de ese apoyo.
«Los europeos pueden hablar de 'abrir' sus mercados porque saben que la letra chica sobre las normas sanitarias excluirán a muchos productos», afirmó Goodison.
La UE concede preferencias comerciales no recíprocas por las Convenciones de Lomé y de Cotonou, los tratados que rigen las relaciones comerciales y de ayuda entre Europa y los 77 países de Africa, el Caribe y el Pacífico.
Pero en Africa austral, la UE se inclina por los acuerdos comerciales bilaterales, como el acordado con Sudáfrica, que le ofrecen al bloque europeo ventajas arancelarias frente a competidores como Canadá, Estados Unidos y Nueva Zelanda.
«El problema es que Africa austral está dividida por igual entre PMA y aquellos que no son PMA», señaló Goodison.
«La iniciativa Todo salvo las Armas será relevante recién después de 2008», cuando estarán en vigor los acuerdos comerciales recíprocos negociados con, por ejemplo, la Comunidad de Desarrollo de Africa Austral.
Botswana, Namibia y Swazilandia, junto al PMA Lesotho, integran de hecho la zona de libre comercio acordada entre Sudáfrica y la UE, dado que tienen una unión aduanera con Sudáfrica.
Aun más preocupante para los PMA es la actual reforma de la Política Agrícola Común de la UE, que abarca casi la mitad del presupuesto anual de la Unión, y que está dirigida a reducir el precio de los productos europeos para hacerlos más competitivos a nivel mundial.
La iniciativa Todo salvo las Armas es un intento para persuadir a los países en desarrollo de sumarse a la postura de la UE en la Organización Mundial de Comercio, ante la profundización de las negociaciones sobre temas agrícolas en Ginebra.
«Cuando se miran los datos fríos, no ofrecen beneficios inmediatos a los PMA», dijo.
Un estudio de la organización humanitaria Oxfam citado por Goodison señala que, de las 3.000 líneas arancelarias que al menos un PMA exporta a Europa, sólo 500 generan ingresos superiores a los 450.000 dólares.
De ese grupo, la iniciativa Todo salvo las Armas tendrá consecuencias importantes en sólo 11 líneas arancelarias, centradas en seis productos: carne, queso, maíz, azúcar, arroz y banano.
Aunque la iniciativa tiene buenas intenciones, según Goodison, no es una panacea y aún falta ver cuál será su resultado en la práctica.
La iniciativa otorga acceso especial a los productos originarios de los PMA. Pero para los pobres de los países más pobres, las normas de origen «pueden ser bastante onerosas y difíciles de aplicar», porque muchos PMA tienen una variedad limitada de producción.
Con frecuencia deben combinar distintos insumos de otros países «antes de poder vender un producto que sea atractivo al mercado europeo», señaló Goodison. (FIN/IPS/tra-en/bk/mn/aq/if/01