ESTADOS UNIDOS: Bush contrario a tomar represalias contra la ONU

El gobierno de George W. Bush se opone a que el Congreso legislativo retenga los fondos adeudados por Estados Unidos a la ONU como represalia por la expulsión de Washington de dos importantes comisiones del foro mundial.

Pero colaboradores del Congreso dijeron a IPS que la Cámara de Representantes está a punto de aprobar una enmienda a un proyecto de ayuda al exterior para 2002 que retendría 244 millones de dólares debidos a la ONU hasta que Washington recupere su banca en la Comisión de Derechos Humanos del foro mundial.

«Creo que tendremos más de 300 votos», dijo a IPS un portavoz del Comité de Relaciones Internacionales de la cámara baja este miércoles. Sólo hacen falta 218 votos para obtener la mayoría necesaria que permita aprobar la enmienda.

Si el Senado aprueba la enmienda socavará el acuerdo alcanzado el año pasado entre el gobierno de Bill Clinton y el Congreso para pagar las deudas contraídas con la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

«La ONU saldrá perdiendo, y a la larga, nosotros también», sostuvo el embajador retirado William Luers, director de la organización UN-USA que favorece vínculos más estrechos entre Washington y el foro mundial.

El gobierno fue tomado por sorpresa la semana pasada cuando los miembros del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (Ecosoc) excluyeron a Washington de la Comisión de Derechos Humanos y de la Junta Internacional de Control de Narcóticos, hechos sin precedentes en la historia de la ONU.

La exclusión de la Comisión de Derechos Humanos causó estupor en Washington, sobre todo porque algunos países que fueron elegidos al organismo, incluso Sudán, son considerados por el gobierno como algunos de los peores violadores de derechos humanos en el mundo.

«Es absurdo que estados delincuentes y violadores crónicos de los derechos humanos como Libia, Sudán y Cuba sigan en la comisión y juzguen las prácticas… de otros mientras Estados Unidos queda afuera», declaró el representante del opositor partido Demócrata Tom Lantos.

Lantos es uno de los legisladores que presentó la enmienda para retener los pagos a la ONU, junto con el presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la cámara baja, Henry Hyde.

La enmienda, presentada el martes, estipula que 244 millones de dólares, del total de 900 millones que Washington debe a la ONU, serán retenidos hasta que Estados Unidos recupere su lugar en la Comisión de Derechos Humanos.

La cantidad a retener fue acordada entre los republicanos de derecha, que pretendían retener más de 500 millones de dólares, y otros más moderados.

Este miércoles, el gobierno de Bush se pronunció contra la enmienda. «Aunque el resultado de la elección para la Comisión de Derechos Humanos decepcionó a Estados Unidos, el presidente siente que este tema no debe vincularse al pago de nuestras deudas con la ONU», declaró el portavoz de la Casa Blanca Ari Fleisher.

Esa opinión fue reflejada por el portavoz del Departamento de Estado (cancillería) Richard Boucher, quien habló poco después de Fleischer. Vincular ambos temas «sería sumamente dañino para nuestra capacidad de cooperar en las organizaciones multilaterales», agregó.

El gobierno también recibió el apoyo de algunos derechistas, incluso de la ex embajadora ante la ONU Jeane Kirkpatrick, quien dijo que retener lo adeudado es «una declaración muy inadecuada de oposición o estupor».

«No es la ONU la que vota, son los estados miembros los que votan», argumentó Kirkpatrick, embajadora durante el gobierno de Ronald Reagan.

No obstante, colaboradores del Congreso aseguraban este miércoles que persiste una fuerte mayoría a favor de la enmienda Hyde-Lantos.

De ser aprobada, la enmienda aún debe ser confirmada por el Senado, y no es probable que éste la discuta hasta junio, por lo menos. Para entonces, podría ser que el estupor por la exclusión se haya aplacado, según algunas fuentes.

El gobierno podría llegar a un arreglo con la Unión Europea (UE), que entonces tendría tres miembros en la Comisión de Derechos Humanos, suficientes para asegurar la vuelta de Washington.

Si la cámara baja aprueba la enmienda, entonces el senador derechista Jesse Helms, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, desempeñará un papel clave.

Helms «no está a favor de adoptar cambios (en el paquete sobre las deudas), pero también está muy preocupado sobre la legitimidad de la Comisión de Derechos Humanos», señaló un ayudante.

Las razones de la derrota de Washington en la Comisión son muy discutidas en este país. Algunas de las explicaciones refieren a la mala diplomacia, a un contragolpe de los países en desarrollo y la UE a la demora de Estados Unidos en pagar lo adeudado a la ONU y al rumbo unilateralista que asumió el gobierno de Bush sobre el recalentamiento planetario y el desarme.

Para el ex embajador Luers, los tres factores tienen que ver, pero el elemento más importante es que aún no haya un embajador estadounidense en funciones ante la ONU. La opción de Bush para el cargo, John Negroponte, no fue nominado formalmente todavía.

Cuba, China y Sudán también fueron mencionados como líderes de la ofensiva diplomática para excluir a Washington, pero varios legisladores de derecha se quejaron de que la exclusión fue posible gracias al apoyo de la UE.

«Si la UE está tan interesada en la solidaridad (en su votación), quizá sea hora de que tenga una (sola) banca permanente en el Consejo de Seguridad (en lugar de Francia y Gran Bretaña), y darle la otra a Japón», dijo un ayudante de Helms. (FIN/IPS/tra-en/jl/aq/ip/01

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