ECONOMIA-MEXICO: Más dura puede ser la caída

El aumento de valor de la moneda mexicana empalidece al poderoso dólar de Estados Unidos, pero su fortaleza esconde riesgos y trae a memoria escenarios de crisis, advierten expertos.

Las preocupaciones por la apreciación del peso, que fue de casi seis por ciento este año y 36,5 por ciento de 1997 a la fecha, crecieron cuando Citigroup de Estados Unidos anunció que invertirá en México 12.500 millones de dólares, un récord en América Latina.

La inversión del Citigroup, destinada a la fusión de su filial Citibank con Banamex, un banco mexicano, inundará de dólares la plaza local, que ya en el primer trimestre recibió 10.000 millones, 60 por ciento en los mercados financieros.

El volumen de dólares ingresados entre enero y marzo es semejante al que se registró en los 12 meses de 2000.

El peso mexicano gana terreno frente al dólar, mientras que monedas de referencia internacional, como el euro, el yen japonés y el marco alemán, lo han perdido. Los expertos explican que la apreciación se debe al aumento de la oferta de dólares, frente a una baja demanda.

El gobierno de Vicente Fox, en funciones desde diciembre, y la mayoría de los inversionistas, sostienen que la situación es el reflejo de la fortaleza económica de México, pero algunos lo dudan.

El vigor del peso no es signo de solidez de la economía mexicana, por el contrario es un indicador «cíclicamente típico de su vulnerabilidad», advirtió José Luis Calva, analista financiero y columnista de varios medios de comunicación.

Un peso alto perjudica a los exportadores, desequilibra la balanza comercial y aumenta el riesgo financiero en el caso de que la preocupación por el futuro económico condujera los dólares fuera del país, dijo Calva.

México es hoy el principal imán de las inversiones extranjeras en los mercados emergentes.

Gracias a los dólares, que llegan atraídos por tasas de interés superiores a otros mercados, a la mano de obra barata, a leyes que no imponen impuestos a los capitales, a la relativa estabilidad política y económica y al aumento del consumo de bienes importados, México puede mantener sus cuentas internas balanceadas.

Calva observó que las pérdidas de los exportadores y su consiguiente impacto en la balanza comercial y en la cuenta corriente se cubre con inversiones extranjeras, una situación similar a la víspera de la crisis de 1994, que fue formalizada con una devaluación.

El comentarista indicó que la balanza comercial, sin incluir las ventas de las maquiladoras (que representan 40 por ciento de las exportaciones, aunque sólo usan cuatro por ciento de insumos nacionales), presenta este año un déficit de 6.930 millones de dólares.

Si a las exportaciones contabilizadas se descuentan además los ingresos extraordinarios por la venta de petróleo, el déficit se dispara a 33.860 millones de dólares, equivalentes a 5,7 por ciento del producto interno, agregó.

El precio del petróleo mexicano, cuya venta aporta al Estado la tercera parte de sus ingresos, se ubicó en 19,6 dólares por barril en el primer trimestre, frente a una previsión presupuestaria de 18 dólares.

No hay ningún problema con la economía o la moneda, insisten las autoridades. El peso se mueve de acuerdo con el mercado y refleja sólo el prestigio que tiene hoy México en el mundo, apuntan.

El gobierno tmbién sostiene que el escenario no es igual al que se tenía a fines de 1994, el momento del estallido de la crisis, cuando el peso estaba fuerte gracias al ingreso masivo de capitales extranjeros.

México no tiene hoy acumuladas deudas a corto plazo, existe mayor control y orden en las finanzas, hay estabilidad política, los organismos financieros respaldan a las autoridades y hay inversiones de largo plazo y estables, como la que anunció el Citigroup, señalan las autoridades.

Los capitales extranjeros abandonaron súbitamente México en diciembre de 1994, la moneda se devaluó 61 por ciento y el país sufrió la peor crisis financiera en 50 años.

Fox pidió la semana pasada confianza en la fortaleza de la economía y dejar de lado ciertas visiones de «almas timoratas que todo lo ven con pesimismo».

Aunque la inversión del Citigroup, que apuntaló la fama de México como un atractivo y seguro mercado, aún no se ha concretado, los mercados reaccionaron con tal entusiasmo que el precio del peso pasó de 9,15 unidades por dólar el lunes a 8,85 este viernes.

Si existía preocupación respecto de cómo manejar el «superpeso», el arribo de los capitales para la compra de Banamex puede aumentar la magnitud del problema, expresó Enrique Quintana, columnista del diario Reforma.

Cuando en el segundo semestre llegue efectivamente el dinero del Citgroup y otros capitales atraídos como efecto secundario de esa operación, el dólar podría caer a 8,7 pesos, incluso a una cotización inferior, y «los exportadores estarán al borde del suicidio», señaló Quintana.

Las asociaciones de exportadores solicitaron al gobierno buscar alternativas a lo que llaman la «sobrevaluación» del peso, pues el tipo de cambio actual los excluye de la competencia y se encaminan al colapso, según han advertido. (FIN/IPS/dc/ff/if/01

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