DROGAS-CUBA: Capacitación masiva para la prevención

El gobierno de Cuba se dispone a impedir la propagación de la droga mediante un programa de capacitación masiva de profesionales y funcionarios en materia de prevención y lucha contra el consumo de estupefacientes.

Sin embargo, fuentes oficiales insisten en que la isla no está en este caso ante un «fenómeno social», pues que no consume ni produce droga, y tampoco es un «país de tránsito», pese a «esfuerzos» por incluirla en la ruta internacional del narcotráfico.

De acuerdo con los planes de la Comisión Nacional de Droga (CND), el pasado año fueron entrenados en cuestiones de prevención del consumo de drogas unos 80.000 funcionarios de las áreas de educación, salud y turismo, así como dirigentes de organizaciones sociales.

Por su parte, el Ministerio del Interior preparó a unos 21.000 funcionarios de la cartera y de la Aduana en las técnicas más avanzadas para impedir el ingreso de droga en el país.

De ese total, 250 policías de aduana recibieron instrucción impartida por expertos de los servicios antidrogas de Canadá, España, Francia y Gran Bretaña.

Centenares de fiscales participaron también de los programas de entrenamiento y algunos de ellos asistieron en República Dominicana a un curso auspiciado por el Programa de Naciones Unidas para la Fiscalización Internacional de Drogas (PNUFID).

Esa agencia de la Organización de las Naciones Unidas aprobó el año pasado un proyecto de ayuda a Cuba por casi 1,3 millones de dólares.

La colaboración del PNUFID «permitió potenciar nuestra capacidad de respuesta en las esferas de capacitación y adiestramiento especializado y en la adquisición de medios técnicos», dijo Jorge Reyes Vega, director de la Secretaría Ejecutiva de la CND.

En declaraciones a la prensa estatal cubana, el funcionario definió esta semana como «una batalla por el presente y (por) el futuro» los esfuerzos por impedir el ingreso de Cuba al circuito del narcotráfico y para que la droga «se instaure en el país como un fenómeno social».

A su vez, el Ministro de Justicia y presidente de la CND, Roberto Díaz Sotolongo, informó en marzo que en 2000 fueron atendidos en los servicios de salud 280 casos de uso indebido de drogas.

El consumo se considera un problema de salud y no es tipificado como delito por el código penal que, en cambio, sanciona severamente el comercio de drogas y su introducción en el país.

«El problema no se resuelve con cárcel, pero el mensaje es que serán aplicadas las más fuertes sanciones, incluida la pena máxima» (de muerte) a los narcotraficantes, advirtió Díaz Sotolongo, quien aseguró que la juventud cubana no es consumidora de estupefacientes, «aunque sí hay casos».

Las drogas en Cuba quedaron reducidas durante décadas a una presencia marginal de marihuana y al uso de psicofármacos.

Sin embargo, la cocaína ha ido penetrando en los últimos años de forma lenta, en muchos casos para satisfacer la demanda de turistas extranjeros.

Cuba está ubicada en la ruta entre los principales productores de droga y Estados Unidos, el mayor mercado consumidor. «Es una situación geográfica comprometida para el país», observó Díaz Sotolongo.

Por otra parte, la apertura al turismo internacional y a la inversión extranjera, así como la libre circulación de dólares, aumentaron el riesgo de penetración del fenómeno en la sociedad cubana.

Versiones sobre el aumento del consumo y venta de cocaína y crack en La Habana surgieron a inicios de la década del 90 y aumentaron en los últimos años, pero se carece de información especializada u oficial al respecto.

Una variedad cubana del crack, denominada «cambolo», llegó a cotizarse a 80 y 90 dólares cada dosis, precio similar al del gramo de cocaína (50 dólares más que en 1995).

Esos precios circunscriben el consumo de tales drogas a sectores de altos ingresos, necesariamente con acceso a dólares. «La marihuana se consigue mucho más barata, lo mismo que las pastillas», admitió un joven que evitó dar su nombre.

De acuerdo con informes oficiales, en 2000 se incautaron cerca de 12.000 toneladas de drogas no especificadas en aguas territoriales cubanas, casi 4.000 más que en 1999.

Sólo entre julio y octubre del mismo año, las autoridades se incautaron de 1.719 kilogramos de cocaína y 4.165 de marihuana.

La isla mantiene acuerdos de colaboración en la materia con 29 países y vínculos con 12 servicios antidrogas de naciones con las cuales no existe convenio.

Con Estados Unidos no existe acuerdo, aunque sí colaboración «caso a caso», considerada insuficiente por las autoridades cubanas. «No se puede luchar contra el tráfico en el Caribe sin la participación de Cuba», comentó Díaz Sotolongo.

En su informe de este año sobre la cooperación en la lucha contra las droga, Washington elogió al gobierno de Fidel Castro por aumentar el intercambio de información sobre las redes del narcotráfico, que frecuentemente usan los cayos cubanos para transferir su mercancía a lanchas veloces. (FIN/IPS/pg/mj/ip/01

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