DESARME: Escudo antimisiles de EEUU viola derecho internacional

El propuesto escudo antimisiles de Estados Unidos no sólo viola el Tratado de Misiles Antibalísticos, sino que pone en peligro un régimen de control de armas que ha durado 40 años, advirtieron funcionarios de la ONU y expertos en control de armas.

El resultado será una mayor inseguridad, causada por una nueva carrera armamentista, ya que Rusia y China incrementarán sus propios arsenales y más países adquirirán armas nucleares, señalaron los expertos.

Están en riesgo dos de los más importantes acuerdos sobre control de armas, el Tratado de No Proliferación Nuclear y las conversaciones entre Rusia y Estados Unidos para la reducción estratégica de armas (START).

En el caso del primero de ellos, los países sin armas nucleares prometieron no adquirirlas a cambio del compromiso de las potencias nucleares de negociar la eliminación de sus propias armas atómicas.

En el segundo, Moscú y Washington se comprometieron a negociar una reducción del número de misiles nucleares de largo alcance en una serie de tratados con fuerza vinculante.

La confirmación esta semana por el presidente estadounidense George W. Bush del plan de desplegar un sistema nacional antimisiles constituye «una actitud preocupante hacia sus obligaciones legales internacionales», comentó Merav Datan, abogado y especialista en desarme.

«Los tratados son abandonados y saboteados por Estados Unidos… y en consecuencia sólo puede crecer el resentimiento», agregó Datan, director de la oficina en la ONU del grupo Médicos del Mundo por la Prevención de Guerras Nucleares y su filial estadounidense, Médicos por la Reponsabilidad Social.

«Para defender el imperio internacional de la ley, es preciso consolidar los pactos ya existentes sobre desarme y no proliferación, específicamente para prevenir una nueva carrera armamentista y mantener el espacio exterior libre de armas nucleares», exhortó el secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Kofi Annan.

Bush esbozó el martes el plan antimisiles y reiteró que el Tratado de Misiles Antibalísticos celebrado en 1972 entre Estados Unidos y la Unión Soviética es obsoleto.

«Deberíamos trabajar juntos para sustituir este tratado por un nuevo marco que refleje una clara ruptura con el pasado, en especial con el legado de la guerra fría», dijo el mandatario, apelando directamente a Rusia, el estado sucesor de la Unión Soviética.

El contraargumento de muchos expertos es que ese tratado no es un acuerdo aislado, sino apenas un bloque en la estructura del control de armas.

«El proceso START precisa del Tratado de Misiles Antibalísticos, porque reconoce que para reducir las armas ofensivas se deben limitar los sistemas defensivos. Es por eso que lo consideramos valioso para la reducción de armas nucleares», dijo Datan.

Jayantha Dhanapala, subsecretario general de la ONU para Desarme, defendió el Tratado de Misiles Antibalísticos y el proceso START.

«Es sorprendente esta aparente aversión a la norma jurídica en un campo donde los estados deberían procurar lógicamente los sistemas más estrictos de cumplimiento y verificación», dijo.

«La eliminación total de armas nucleares es la única garantía contra el uso o la amenaza de uso de esas armas. Es una garantía que ni la disuasión nuclear ni la defensa de misiles pueden igualar», destacó Dhanapala.

La teoría de la disuasión nuclear plantea que un país determinado se abstendrá de usar sus armas atómicas si sabe que el país blanco de su ataque utilizará las propias.

Bush consideró «inmoral» la disuasión nuclear y además inadecuada, en vista de que cada vez hay más potenciales adversarios nucleares.

«La defensa puede fortalecer la disuasión al reducir el incentivo a la proliferación», dijo el presidente.

Esta posición de Bush «sostiene una relación hostil y de desconfianza… y no atiende las causas profundas de la inseguridad que lleva a los rivales a amenazar con ataques», opinó Robert Green, autor de «El emperador nuclear desnudo», una crítica a la disuasión nuclear.

«Hasta que Estados Unidos afronte este hecho, estimulará una carrera armamentista como respuesta y el riesgo de llenar el espacio de armas. Como resultado, estará todavía más inseguro», advirtió Green, comandante retirado de la marina real británica.

Además, también está en riesgo el Tratado de No Proliferación Nuclear. «Esta nueva política de Washington debilita ese proceso al demostrar que Estados Unidos está dispuesto a violar el derecho internacional y considerar el uso de armas nucleares», dijo Green.

No menos importante es el riesgo de que el espacio se transforme en un nuevo escenario para la carrera armamentista.

Donald Rumsfeld, en su último acto público antes de convertirse en secretario de Defensa de Estados Unidos, presidió una comisión de evaluación de la política nacional sobre el espacio.

Aunque la comisión no aprobó expresamente el despliegue de armas en el espacio, arguyó que Estados Unidos debería «procurar que el Presidente tenga la opción de desplegar armas en el espacio para disuadir amenazas y, si es necesario, para defender los intereses nacionales».

El Tratado de Misiles Antibalísticos también prohíbe el despliegue de armas en el espacio exterior.

«La vaguedad de Bush sobre ese tema fue muy reveladora… El enfoque 'multidimensional' del presidente y sus asesores prepara el terreno para el uso del espacio para propósitos militares», previno Datan. (FIN/IPS/tra-en/jw/da/mlm/ip/01

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