DERECHOS HUMANOS-INDIA: Gobierno rechaza debate sobre castas

La comunidad de «intocables» de India, considerada así por la casta superior de los hindúes, exige ser escuchada en la Conferencia Mundial de la ONU contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y la Intolerancia.

El gobierno considera que el fenómeno de las castas —forma de estratificación social única de India, Nepal y parte del sur de Asia— no corresponde a la temática de la conferencia que se realizará en Durban, Sudáfrica, entre el 31 de agosto y el 7 de setiembre.

India tiene unos 160 millones de personas pertenecientes a la casta de los intocables, en un total de 1.000 millones de habitantes.

Se calcula que en toda la región del sur de Asia hay unos 240 millones de intocables, que son víctimas de diversas formas de exclusión social y violación de sus derechos elementales.

«La conferencia será una oportunidad única para que la comunidad internacional encare la situación de cientos de millones de intocables del sur de Asia», destacó Smita Narula, investigadora de Human Rights Watch, grupo de derechos humanos con sede en Nueva York.

Según Narula, el gobierno indio sostiene «erróneamente» que la conferencia es sobre racismo y no sobre otras formas de discriminación. «El propio nombre de la conferencia termina con esta argumentación», señaló Narula.

También el Comité para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial se manifestó en contra del gobierno indio, al concluir que la situación de los intocables está dentro de los temas de la convención y de su terminología.

La Campaña Nacional para los Derechos Humanos de los Intocables (NCDHR), un frente que reúne a 35 organizaciones no gubernamentales (ONG) que trabajan con esta población, acusó al gobierno de obstruir intencionalmente los intentos de llamar la atención internacional sobre la situación de los intocables.

Entre otras dificultades, los intocables son excluidos de las oportunidades laborales y son encarcelados por casarse con integrantes de otras castas.

«Es posible que las autoridades nieguen los pasaportes a los activistas intocables que quieran asistir a la conferencia en Durban», aseguró Paul Divakar, integrante de la NCDHR.

Divakar informó que el Foro de Coordinación Regional de ONG de Asia y del Pacífico, reunido la semana pasada en Nepal, acordó presionar a las agencias de la ONU para que presten atención a la violencia contra los grupos que representan a las castas más bajas.

«Queremos que los programas apoyados por la ONU tengan información sobre las castas, y que se desarrollen estrategias para terminar con las violaciones y promover la identificación de las responsabilidades», dijo Divakar.

En India, mientras tanto, la discusión acerca de la discriminación en castas como forma de racismo adquirió tono de polémicas airadas en artículos escritos por sociólogos y especialistas en la prensa local.

Según André Beteille, de la Unviersidad de Nueva Dehli, «tratar el tema de las castas como una forma de racismo es una política malintencionada».

El académico acusó a la ONU de intentar «revivir y expandir la idea de racismo con el fin ostensible de combatir muchas formas de discriminación social y política imperan en el mundo».

Beteille consideró que hay sectores interesados que quieren incluir el régimen de castas en general y la práctica de la intocabilidad en particular dentro del concepto de discriminación racial.

«No podemos arrojar el concepto de raza por la puerta del frente cuando es mal empleado para afirmar la superioridad social, y traerlo de nuevo por la puerta de atrás para emplearlo, mal otra vez, en la defensa de los oprimidos», afirmó Beteille.

Otro columnista, Gail Omvedt, sostuvo que es un gran paso para el movimiento de los intocables —que ha sobrevivido a décadas de obstruccionismo «de la elite y los gobiernos de India»— lograr que su situación sea debatida en un foro internacional.

«Los indios pueden considerar degradante recibir una condena por practicar formas de racismo, pero lo realmente degradante es el esfuerzo por impedir la discusión, el rechazo a la transparencia ante el mundo», sostuvo Omvedt, activista de derechos humanos.

Pero el testimonio más destacado fue el de Vimla Thora, integrante de la NCDHR y profesora de literatura intocable en la Universidad Nacional Abierta Indira Gandhi, quien sostuvo, más allá de la polémica, que la situación de los intocables y en especial de las mujeres es realmente deplorable.

De las 40.000 denuncias anuales sobre violaciones que tiene India, 90 por ciento son de mujeres intocables, un grupo que Thorat calificó como el más pobre y discriminado de todo el mundo.

«Las encuestas han demostrado que las mujeres intocables son sistemáticamente rechazadas para trabajos dignos, por lo cual se ven forzadas a acarrear basura e incluso excrementos humanos en sus cabezas, a pesar de que está prohibido por la ley», explicó Thorat.

Incluso en las más modernas zonas urbanas de India se prohíbe que las mujeres intocables entren a las cocinas y toquen los utensilios para preparar los alimentos.

Thorat citó un estudio realizado en el campus universitario Jawharalal Nehru, en Nueva Delhi, donde se comprobó que ni una sola familia había contratado a una mujer intocable para tareas domésticas, lo cual confirma por qué son obligadas a vivir del acarreo y la clasificación de basura.

Thorat consideró una ironía que India, que fue activa defensora de la lucha contra el régimen racista de Sudáfrica, ratificó todas las convenciones sobre derechos humanos y puso en vigor leyes contra el trabajo esclavizante y humillante, prefiera no discutir sobre el sistema de las castas. (FIN/IPS/tra-en/rdr/js/dc/aq/hd/01

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