DERECHOS HUMANOS-ARGELIA: La prensa también protesta

La prensa de Argelia se sumó a la actual oposición al gobierno militar, junto con los bereberes y los estudiantes universitarios, con protestas por la imposición de normas contra la libertad de expresión.

Los diarios argelinos no se publicaron el lunes en protesta por las leyes que prevén penas de prisión y multas contra los periodistas y medios que publiquen informaciones contrarias al régimen.

Según esas normas, los diarios que publiquen «artículos contrarios al presidente de la República» afrontarán multas de hasta 17.000 dólares y los periodistas considerados críticos del gobierno podrán ser castigados por un año de cárcel.

La conmoción política que sufre Argelia desde el mes pasado tiene su raíz en la corrupción y las violaciones de derechos humanos a manos del régimen, pero también en la crisis que arrasó con la economía nacional en los últimos 10 años, afirmaron analistas.

«El gobierno argelino es corrupto y brutal. No hay duda sobre eso, pero la crisis económica fue lo que provocó el levantamiento político actual», dijo a IPS la economista bereber Fatiha Talahite, exiliada en Francia.

«Los reclamos y protestas de los bereberes (iniciadas en abril) incluyen demandas por trabajo y seguros de desempleo y una educación acorde con las exigencias del mercado laboral», agregó Talahite.

Los bereberes son un pueblo no árabe, de arraigo ancestral en la región, que habitan mayoritariamente en la provincia de Gran Kabilia, en el este del país.

Este pueblo defendió tradicionalmente su autonomía cultural, y exige el reconocimiento oficial de su lengua, el tamazight, y resistió el régimen de partido único que gobernó Argelia desde su independencia de Francia, en 1962.

El 18 de abril estallaron los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes bereberes, al cumplirse el 21 aniversario de la «primavera de Kabilia», levantamiento de abril de 1980 que dio origen al Movimiento Cultural Bereber.

En seis semanas de protestas ya murieron 90 personas y resultaron heridas 800, la mayoría bereberes.

La revuelta se inició cuando la policía mató a un joven de 18 años. Si bien las autoridades alegaron que fue un accidente, el hecho desató una oleada de manifestaciones violentas en Kabilia, a las que se sumaron las protestas de estudiantes universitarios en Argel a raíz de la crisis económica.

En 1990, Argelia inició una reforma que puso fin a la centralización económica, característica del país desde 1962.

En 1992, un golpe de Estado instauró un régimen militar que ilegalizó al Frente Islámico de Salvación, partido fundamentalista que había obtenido la mayoría de los votos en las elecciones parlamentarias del año anterior. Se abrió así una cruenta guerra civil.

Unas 200.000 personas, la mayoría no combatientes, murieron en el conflicto, según organizaciones de derechos humanos. Otras 30.000 desaparecieron y 500.000 abandonaron Argelia.

Las reformas económicas recibieron nuevo impulso en 1999 con el ascenso al poder del actual presidente Abdelaziz Bouteflika, pero la anunciada prosperidad no llegó.

«El país perdió su vigor. Todas esas reformas no fueron más que un espejismo», dijo a IPS el periodista Djillali Hadjadj en una entrevista telefónica.

«Si el precio internacional del petróleo volviera a caer, el país estaría al borde de una explosión social», dijo Hadjadj. El petróleo representa la mayor fuente de ingresos de Argelia.

«El gobierno habla como si estuviéramos en un país industrializado. Crecimiento, déficit del presupuesto, desequilibrio de la balanza de pagos…», dijo un estudiante de economía citado por el economista argelino Akram Allyas, del diario Le Monde Diplomatique.

«Todo es muy abstracto para mí y para mis compañerosLo que quiero es saber si tendré trabajo cuando termine mis estudios», dijo el joven.

Según Talahite, el desempleo juvenil en Argelia es superior a 50 por ciento.

«Trabajo, buena educación y vivienda son tan importantes para los adolescentes bereberes como el derecho a hablar nuestra lengua y a honrar las tradiciones de nuestros ancestros», sostuvo Nadia Yaachai, maestra bereber que reside en París.

Las mujeres también participan en las manifestaciones usando ropas negras. «El negro es el color de Kabilia», dijo una mujer ante un canal de la televisión francesa la semana pasada.

Kabilia se ha convertido en un símbolo nacional de resistencia contra el régimen. «La Gran Kabilia es para Argelia lo que fue Chiapas para México en los años 90», dijo el diario argelino El Watan. (FIN/IPS/tra-en/jg/mn/dc-mj/ip hd/01

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe