/BOLETIN-AMBIENTE/ EE UU: Rechazo de Protocolo de Kyoto afecta al Sur

El rechazo de Estados Unidos al Protocolo de Kyoto para la reducción de los gases invernadero es uno de los mayores retrocesos ambientales y perjudica al Sur en desarrollo, advirtió el director para América Latina del Pnuma, Ricardo Sánchez.

El alto funcionario del Pnuma (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente) finalizó el viernes una breve visita a la capital de Chile, en el marco de los preparativos de la segunda Cumbre de la Tierra, que se celebrará en Johannesburgo, Sudáfrica, en septiembre de 2002.

La reunión de Johannesburgo, denominada oficialmente Cumbre del Desarrollo Sostenible y «Río más 10», hará un balance del cumplimiento de los acuerdos adoptados en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Ambiente y Desarrollo, celebrada en 1992 en Río de Janeiro.

Sobre la base de esa evaluación, la comunidad internacional deberá adoptar en Sudáfrica acuerdos para afrontar el deterioro ambiental del planeta y garantizar un desarrollo sustentable orientado, sobre todo, a derrotar la pobreza.

Casi 10 años después de la Cumbre de Río, América Latina y el Caribe exhiben un alto nivel de vulnerabilidad ambiental, agravada por el hecho de que no se ha logrado reducir la pobreza, que afecta actualmente a 224 millones de sus habitantes, indicó Sánchez.

Los 33 países de la región sufren en diverso grado el impacto de fenómenos mundiales, como el recalentamiento del planeta atribuido a los gases invernadero, además del deterioro de la capa de ozono, añadió el director regional del Pnuma.

Estos fenómenos han estado vinculados con grandes desastres naturales, como huracanes, deslizamientos de tierras, inundaciones y sequías que azotaron a varios países en la última década.

El impacto de estos desastres se ha visto magnificado por la acción del hombre, que contribuye a la deforestación y la erosión de las tierras, así como a la contaminación de los cursos de agua dulce y los océanos.

En la región se pierden cada año 4,5 millones de hectáreas de bosques, hay más de 250 millones de hectáreas de tierras degradadas en América del Sur y otros 65 millones de hectáreas en Mesoamérica (México y América Central), recordó Sánchez.

La vulnerabilidad ambiental de América Latina y el Caribe se acentúa como consecuencia de que el modelo de crecimiento económico basado en las exportaciones plantea una presión permanente para la explotación de recursos naturales, añadió el director regional del Pnuma, de nacionalidad cubana.

Sánchez consideró posible combinar adecuadamente el crecimiento económico y el desarrollo sustentable, incluso a través de los acuerdos y tratados comerciales.

El funcionario internacional recomendó ampliar y desarrollar los mercados internacionales para los productos latinoamericanos con mayor valor agregado, dando más espacio a los bienes industriales y a los servicios.

Del mismo modo, la comunidad internacional debe adoptar medidas que contrarresten la alta volatilidad de los capitales financieros para impedir así crisis que redundan en aumentos de la pobreza en los países del Sur, indicó Sánchez.

Para el director regional del Pnuma, uno de los logros fundamentales de la Cumbre de Río es el aumento de la conciencia ambiental en la sociedad civil latinoamericana, así como el fortalecimiento de la institucionalidad vinculada con el sector en los países de la región.

Los avances en el cumplimiento del Protocolo de Montreal, que según Sánchez permitirán revertir el deterioro de la capa de ozono en los próximos 50 años, es otro de los logros con que se llegará a la cumbre de Johannesburgo el año próximo.

Pero no ocurre lo mismo con la Convención sobre Cambio Climático, cuyo eje fundamental es el Protocolo de Kyoto, suscrito en 1997 para la reducción de las emisiones de gases invernadero, liberados a la atmósfera por la quema de combustibles fósiles como derivados del petróleo, carbón y gas.

La mayoría de los estudios científicos en la materia atribuyen a estos gases el recalentamiento del planeta.

Sánchez señaló que la negativa del gobierno de George W. Bush a ratificar el Protocolo de Kyoto significa un gran retroceso, ya que Estados Unidos es responsable de 25 por ciento de las emisiones de los gases invernadero.

Esto es altamente perjudicial para los países en desarrollo, que seguirán sufriendo el impacto de fenómenos como el aumento del nivel de las aguas marinas y de desastres naturales provocados por el recalentamiento atmosférico, indicó.

El proceso de preparativos regionales para la II Cumbre de la Tierra incluye una reunión de expertos para la actualización del panorama ambiental general latinoamericano, que se realizará del lunes al jueves próximos en Heredia, Costa Rica.

Entre el 14 y 15 de junio se realizará en Santiago de Chile la reunión preparatoria de los países del Cono Sur, que incluye a Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.

Luego habrá reuniones para el área andina y para Mesoamérica y el Caribe, para culminar el 23 y 24 de octubre con la conferencia regional en Río de Janeiro, a nivel de ministros de Ambiente y Desarrollo.

Sánchez recalcó que en todas estas reuniones participarán tanto representantes de gobiernos, como del mundo académico, así como organizaciones no gubernamentales y otras expresiones de la sociedad civil. (FIN/IPS/ggr/mj/en/01

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