(Arte y Cultura) HISTORIETAS-INDONESIA: Shin-chan, el travieso

Shin-chan, un personaje japonés de historietas travieso y obsesionado con el sexo, preocupa a muchos padres de familia en Indonesia, mientras aumenta su popularidad entre los niños y niñas.

La imagen del protagonista de la revista de historietas japonesa «Crayon Shin-chan», adorado por la mayoría de los niños indonesios, está en todas partes: supermercados, librerías, puestos callejeros y aun en la televisión.

«'Crayon Shin-chan' es interesante», opinó Sohan, de ocho años, que pagó 2,5 dólares por cuatro revistas del personaje en un kiosco. Sohan, además, es fanático de la versión animada traducida al indonesio, transmitido por la estación privada RCTI.

«Es sucio», sostuvo Christine, madre de tres niños a los que prohíbe leer las historietas de Shin-chan o ver su programa televisivo.

En Japón, la historieta está dirigida a adolescentes y adultos. La creación de Yoshito Usui es considerada una acertada descripción de una típica familia japonesa de clase media.

La Comunidad Indonesia de Amantes de los Libros, asociación de jóvenes dibujantes de historietas de varias provincias de Indonesia, entre ellas Yakarta, Malang y Bandung, admitió estar preocupada por el comportamiento del personaje, un niño de cinco años, en especial por sus actitudes frente al sexo.

Quizás los padres tendrían menos objeciones si sus hijos se limitaran a ver la versión animada en televisión sin leer las revistas de historetas, considerados más obscenos.

RCTI cortó las partes más cuestionables de la serie y extremó más controles para calmar a los indignados padres, que escribieron cartas o llamaron al canal para quejarse desde la salida al aire de los dibujos animados en julio de 2000.

En la serie animada, Shin-chan hace traversuras infantiles típicas. Se lo puede ver molestando a su padre mientras éste conduce el automóvil o pasándole una aspiradora sobre el cuerpo para ayudarlo a bañarse.

Pero los niños indonesios saben que para conocer mejor a su personaje favorito deben estudiar a fondo la revista de historietas.

«La revista es mucho más 'completa' que el dibujo animado para televisión», dijo Christopher, alumno de segundo año de escuela, que recibió dos revistas de «Crayon Shin-chan» como regalo de cumpleaños.

En el libro, Shin-chan lee revistas para adultos e incluso memoriza los nombres de las mujeres que posan desnudas. Los padres acusan a la historieta de presentar la sexualidad de una manera que no es propia de la imaginación de un niño de su edad.

En uno de los primeros episodios de la revista, Shin-chan descubre a sus padres haciendo el amor, y pregunta con inocencia: «¿Por qué no me dijeron que iban a practicar lucha?».

Los críticos sostienen que el comportamiento de Shin-chan no es el propio de un niño normal de cinco años. Es desobediente sin razón y sus travesuras cruzan el límite.

Por ejemplo, en un paseo con sus maestros y compañeros de escuela le tapó los ojos al conductor del ómnibus. «Si nuestros hijos lo imitaran sería muy peligoso», advirtió preocupada Huffs Susan, madre de dos niños.

Pero el pequeño travieso no se detiene allí. Con frecuencia se burla de sus padres. Se ríe de su madre por tener senos pequeños y, si no accede a sus pedidos, y le levanta la falda cuando hay otras personas presentes. Shin-chan también se burla de su padre, que no deja de mirar a las mujeres hermosas que pasan a su lado.

«'Crayon Shin-chan' no es para niños», insistió otra madre, Ida, quien manifestó su temor de que los niños indonesios puedan copiar el «mal comportamiento» del personaje japonés.

La historieta aborda cuestiones que con frecuencia responden a problemas de la vida diaria de una familia joven. Los juegos de palabras en el diálogo son frecuentes.

Observadores señalan que la controversia sobre «Crayon Shin- chan» en Indonesia es, en parte, resposabilidad de la editora local, PT Indorestu Pacific, que no estableció una categoría de edad recomendada de los lectores.

Las críticas obligaron a los editores a recomendar la historieta a personas mayores de 15 años. Pero para entonces, Shin- chan ya tenía legiones de niños seguidores, y aun hoy es vendida a los más pequeños.

Ade Armando, conferencista sobre comunicaciones en la estatal Universidad de Indonesia, dijo que la revista no tendría un impacto negativo en los niños si se eliminaran los elementos que él calificó de obscenos.

«El escritor es creativo al observar las formas extremas de travesura en los niños», destacó.

«Las historietas japonesas siempren tienen mucho sexo. No tenemos por qué imitarlas», dijo el dibujante malasio Lat, conocido por su serie «Kampung Boy», entrevistado por la revista Tempo.

«Cada región tiene su propio gusto. Lo que es divertido para un país no lo es necesariamente para nosotros. Por ejemplo, para los habitantes de Hong Kong engañar en el póquer es gracioso, pero para los indonesios o malasios no», explicó.

Tempo publicó un informe sobre cómo el sexo apareció en las historietas japonesas en los años 60, y recordó un libro muy popular de 1974, sobre un policía vestido sólo con su sombrero, una corbata y ropa interior, la que con frecuencia se sacaba.

Shin-chan también tiene el hábito de mostrar sus nalgas. A los niños les gusta. Jason, de siete años de edad, tiene sus razones: «Me gusta leer «Crayon Shin-chan» porque a mi madre también le gusta. Es en verdad divertido». (FIN/IPS/rd/ccb/cr/rp/mj/cr/01

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