(Arte y Cultura) CINE: Creadores sudafricanos irrumpen en Londres

El cine sudafricano, desconocido para el público mundial, tiene un mes de fiesta en el Teatro Nacional de Londres, donde 30 obras mostrarán un país que no es el del superado apartheid ni el de la euforia de los años 90.

El Teatro Nacional de Londres es anfitrión del primer festival de cine sudafricano, financiado por la embajada de ese país como un tributo a las personas y organizaciones británicas que colaboraron con la lucha contra el apartheid.

Las pocas películas sudafricanas conocidas en el exterior fueron producidas justamente en el período de segregación racial prolongado desde la década de 1930 hasta las primeras elecciones libres de 1994, ganadas por Nelson Mandela.

La selección de 29 filmes incluye largometrajes, documentales y películas para televisión, entre las cuales hay obras de artistas debutantes y de realizadores consagrados.

Esta amplia programación sorprenderá a quienes tienen un conocimiento limitado de la industria fílmica sudafricana.

«Durante los años del apartheid, y como resultado del bloqueo internacional, las pocas películas que se presentaban en el exterior eran reconocidas por su contenido político, no porque fueran buenas», dijo el organizador de la muestra, Trevor Steele Taylor.

«Ahora, la situación es más saludable. La mayoría de las películas del festival no tienen nada en común, excepto que son buenas y que sus directores nacieron en el mismo país», afirmó Taylor.

Entre las obras de la muestra se destaca el angustioso documental «Hill Brow Kids», que describe la situación de los niños y niñas que viven en las calles de Johannesburgo.

El filme no es complaciente ni incurre en discursos. La emoción que despierta se debe a que los niños y adolescentes hablan por sí mismos y expresan una inquebrantable esperanza en el futuro.

«Pure Blood» («Sangre pura») es otro punto alto de la muestra. «Es un filme maravilloso, a la vez reflexivo y muy divertido», según Taylor.

La película cuenta la vida de los vampiros que habitan Sudáfrica. «Pero el giro interesante es que sólo pueden alimentarse de sangre europea, una analogía interesante», dijo el organizador del festival.

Como el cine de otros países del continente, el sudafricano siempre luchó por lograr su propio público.

«Los realizadores africanos se enfrentan con más obstáculos que los del resto del mundo. Uno de ellos es la diversidad de idiomas. Muchos países de habla francesa han tenido éxito local con películas en esa lengua, pero no entre el público africano de habla inglesa», dijo Taylor.

A su vez los países africanos anglófonos afrontan la competencia del cine de Hollywood. «Los espectadores (sudafricanos) prefieren filmes estadounidenses o afroestadounidenses, como los del cineasta Spike Lee, en lugar de películas africanas», sostuvo Taylor.

Esto no se aplica a los directores Teboho Mahlatsi y Angus Gibson, quienes realizaron juntos «Yizo Yizo», una serie de televisión sobre la vida en los distritos estudiantiles sudafricanos que despertó una adhesión masiva y entusiasta en su país.

La serie recibió muchas críticas del público adulto, pero para los jóvenes resultó una descripción realista de sus dificultades cotidianas.

«Esta serie se podría emitir sin problemas en Estados Unidos, pues los problemas de los adolescentes, la violencia y las drogas, son los mismos en todas partes. Me enorgullece haber incluido 'Yizo Yizo' en la muestra», dijo Taylor.

La obra más esperada en el rubro documental es «The Great Dance» («La gran danza»), un sorprendente relato sobre la diaria lucha de los bosquimanos por conseguir alimentos.

Estos cazadores y recolectores habitan el desierto de Kalahari, uno de los territorios más áridos y pobres del mundo, pero la imagen de sus vidas en el filme muestra dignidad y belleza.

La película adquirió mayor impacto al conocerse la decisión del gobierno sudafricano de revocar la licencia de varias etnias para cazar libremente en sus tierras.

El festival, que se extenderá durante todo junio, permitirá apreciar la fuerza del cine sudafricano y la visión de un país muy distinto al de la era del apartheid y al de la euforia de las primeras elecciones. (FIN/IPS/tra-en/ba/mn/dc/ff-mj/cr/01

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