AMBIENTE-CUBA: Contaminación amenaza cuencas hidrográficas

La mano depredadora del hombre y la propia naturaleza continúan amenazando las riquezas naturales de las principales cuencas hidrográficas de Cuba, pese a los programas de rescate puestos en práctica.

Medios oficiales admitieron el fin de semana pasado que 17.949 toneladas de desechos son volcados en el río Zaza, que con sus nueve afluentes riega buena parte de la región central de la isla.

Entre las fuentes contaminantes del Zaza, que desemboca en el mar Caribe, figuran industrias y asentamientos humanos carentes de un sistema de tratamiento efectivo y eficiente de residuos.

El ecosistema de la cuenca del río Zaza abarca las provincias de Villa Clara y Sancti Spíritus, distantes entre 300 y 400 kilómetros de La Habana, y es el segundo de mayor importancia después del Cauto, en el oriente cubano.

Un programa de saneamiento logró, después de cuatro años de aplicación, reducir en 4.000 toneladas la cantidad de residuos contaminantes vertidos sobre un afluente de 155 kilómetros de longitud.

Ese resultado, aunque mínimo, se obtuvo gracias a la puesta en funcionamiento de tres nuevas plantas de tratamiento de residuos, la reparación de otros dos y el cese de algunas actividades contaminantes, comentó la prensa estatal.

Esa área de 2.413 kilómetros cuadrados figura entre las más afectadas por la deforestación en Cuba, un mal incrementado por el uso inadecuado de las márgenes de los ríos y las fajas protectoras de las represas, indicaron expertos.

El Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente señaló que sólo tres por ciento de la cuenca del río Zaza se encuentra cubierta de bosques.

En tanto, 93 por ciento del terreno sufren erosión y 60 por ciento está cubierto de cultivos no recomendados.

Los bosques tienen particular importancia para la protección de la diversidad biológica y del hábitat de numerosas especies, para permitir la continuidad del ciclo hídrico, cuidar los suelos de la erosión y absorber los gases que causan el llamado efecto invernadero.

Especialistas ambientales explicaron que la flora de la cuenca del río Zaza está compuesta por más de 100 tipos diferentes, mientras que la fauna, menos conocida, cuenta con unas 163 especies, 25 de las cuales son endémicas y cinco se hallan en peligro de extinción.

La creación en 1997 del Consejo Nacional de Cuencas Hidrográficas dio paso a un enfoque más integral del trabajo ambiental en el país. Así, ocho de las 632 cuencas que posee la isla pasaron a considerarse de interés nacional.

Las cuencas Cuyaguateje, Almendares-Vento, Ariguanabo, Hanabanilla, Zaza, Cauto, Guantánamo-Guaso y Toa abarcan territorios de 11 provincias de occidente a oriente del país, donde vive 40 por ciento de los más de 11 millones de cubanos.

Un estudio identificó a la deforestación, la degradación de los suelos y la contaminación de las aguas fluviales y marinas entre los mayores problemas ambientales de esos ecosistemas.

El último informe sobre Cuba elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) indicó que a fines de 1997 se había documentado la existencia de 2.355 fuentes de contaminación de aguas.

Alrededor de 46 por ciento de esas fuentes carecían de sistema de tratamiento y la mayoría de las existentes en el resto funcionaban de manera deficiente.

No obstante, Cepal reportó que varias medidas adoptadas por el gobierno de Fidel Castro permitieron atender totalmente a 18 por ciento de las fuentes de contaminación y, de modo parcial, a otro 30 por ciento.

«En el futuro, la reducción paulatina de la carga contaminante está asociada con la difusión de prácticas de producción más limpia, y con el aprovechamiento de los residuos», resaltó la agencia de la Organización de las Naciones Unidas para la región.

Una importante contribución a ese objetivo es la medida que impuso la obligatoriedad de una licencia ambiental para el establecimiento de nuevas empresas, ya sean de inversión nacional o extranjera.

El fortalecimiento de ese sistema de licencia y de las inspecciones sobre los recursos hídricos y forestales, así como de los suelos, permitió en 1999 que la carga contaminante se redujera 6,9 por ciento en el país.

Según datos oficiales, esa disminución equivale a una disminución de 24.000 toneladas de materia orgánica biodegradable promedio al año, del total de casi 400.000 toneladas. En las cuencas, la reducción fue de 10 por ciento en 1999.

Cepal apuntó que en Cuba existen 42 tipos de ecosistemas, a los cuales se asocia una gran cantidad de especies, que comprenden básicamente 6.500 tipos de plantas (la mitad endémicas) y 16.000 especies de fauna.

La agencia advirtió que la fragilidad de estos ecosistemas, unido al modo de explotación de los recursos naturales ha dañado severamente el hábitat.

Esa situación, común a los demás países latinoamericanos, fue agravada en algunos aspectos por la crisis económica de los años 90, concluyó Cepal en la última edición de «La economía cubana. Reformas estructurales y desempeño en los 90».

El gobierno cubano creó en la última década un marco jurídico, institucional, económico y social que le permita corregir, en la medida de los recursos disponibles, los problemas que influyen en forma negativa sobre el ambiente. (FIN/IPS/pg/dm/en/01

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