PERU: El voto escondido decide la Presidencia

El desconcierto y la desmoralización causados en Perú por el cúmulo de denuncias de corrupción contra el depuesto presidente Alberto Fujimori, determinan una alta proporción de indecisos con vistas a las elecciones del próximo domingo.

Las encuestas ubican en primer lugar al economista Alejandro Toledo, pero nadie se atreve a asegurar si superará el 50 por ciento de los sufragios para ganar en la primera vuelta ni quién será su competidor en una eventual segunda ronda.

Los informes finales de las cuatro empresas encuestadoras más importantes del país presentan grandes diferencias sobre la cantidad de votantes indecisos, en un marco que va de 16 a 36 por ciento del padrón electoral.

En los comicios de este domingo también se eligen los 120 escaños del Congreso legislativo, para lo cual tampoco aparece un sector con fuerza suficiente para obtener una mayoría absoluta.

Augusto Alegre, directivo del Instituto Peruano de Opinión Pública (POP), señaló que el porcentaje de indefinición en este proceso electoral es anormal, además de que numerosos entrevistados rechazaron responder a las preguntas de los encuestadores.

«La mayoría de las empresas, ante la resistencia a responder, reemplazaron a los renuentes por otros del mismo perfil social, pero esa solución enmascara la realidad pues el rechazo original no aparece en las estadísticas y, por lo tanto, no se analiza», explicó.

«La negativa a contestar puede significar varias cosas: que ninguno de los candidatos les parece bueno o que tiene vergüenza o temor de revelar su preferencia, generando lo que técnicamente se llama voto escondido, que al aparecer en el momento del escrutinio real puede provocar sorpresas», agregó Alegre.

Manuel Torrado, de la empresa Datum, explica el fenómeno indicando que «la sociedad peruana no se repone aún del trauma originado por el nivel de corrupción descubierto en el gobierno de Fujimori».

«Esa desconfianza es, aparentemente, la principal característica de este momento político», comentó.

Por su parte, Alfredo Torres, del instituto independiente Apoyo, entiende que «el elevado porcentaje de indefinición refleja una alta dosis de desconfianza de los electores», por eso «un gran sector asigna a la honestidad personal de los candidatos mayor importancia que a sus programas de gobierno».

Así, Toledo es criticado por sus adversarios por negarse a reconocer a una presunta hija suya, nacida de una relación extramatrimonial hace 13 años.

También fue acusado de fingir un secuestro político, para ocultar su supuesta presencia en una fiesta con prostitutas en la que se habría consumido cocaína.

La socialcristiana Lourdes Flores tampoco se libró de la «guerra sucia» electoral.

Flores amenazó con emprender acciones judiciales contra un sector de la prensa que manejaba una versión que la sindicaba de ser lesbiana.

También el ex presidente Alan García, candidato del socialdemócrata Partido Aprista, fue señalado de recibir un tratamiento antidepresivo.

Toledo, Flores y García, los tres candidatos a la Presidencia que encabezan las consultas, son además acusados de haber tenido algún tipo de compromiso con Fujimori o con su ex jefe de Inteligencia Vladimiro Montesinos.

«Las acusaciones personales han perdido efecto para desacreditar a los candidatos entre los electores que ya tomaron partido, pero aumentan el desconcierto de aquellos que no han definido su voto», puntualizó Luis Benavente, directivo del instituto de encuestas de la Universidad de Lima.

Algunas de las respuestas de intelectuales y de artísticas sobre su intención de voto, difundidas este jueves por el semanario Caretas, reflejan los matices del desconcierto, repudio y escepticismo existentes en un amplio sector sobre las distintas propuestas electorales.

La actriz de televisión Mónica Sánchez expresó que «no es el momento adecuado para elegir un nuevo presidente. La falta de credibilidad de los candidatos es evidente».

Por su parte, el psicoanalista Augusto Escribens manifestó su preocupación de que «la contienda política se centre en peleas triviales por cuestiones anecdóticas».

«Perú viene de un régimen corrupto y devastador de las instituciones democráticas, dirigido por una mafia que corrompió y asesinó de manera brutal y generalizada», aseguró.

«Estoy asqueado», dijo a su vez el periodista Gonzalo Quijandría. «La andanada de ataques entre los principales candidatos me parece detestable y no encuentro transparencia en ninguna de las candidaturas», añadió.

La indefinición del voto de un importante segmento del electorado genera mucha incertidumbre sobre los resultados de las elecciones.

Las últimas consultas de opinión de voto promedian 34 por ciento de adhesiones para Toledo, 26 por ciento para Flores y 22 por ciento para García, lo cual indicaría que habrá una segunda vuelta presidencial antes de los 30 días contados desde este domingo.

Las encuestan tienen un margen de error de dos por ciento, pero ese cálculo no es posible con el porcentaje de votos indecisos tan amplio que aparece.

Este es un fenómeno político que afecta la contienda política en los últimos días de campaña, y que podría comprometer la gobernabilidad futura de este país.

«Las elecciones se presentan muy reñidas, nadie tendrá mayoría suficiente en el Congreso, y la virulencia que alcanzaron los ataques personales hará difícil que quién gane pueda concertar alianzas y frentes para gobernar», estimó Alegre.

Ante ese escenario, el presidente del Congreso, Carlos Ferrero, pidió a las empresas encuestadoras que traten de evitar un margen de error superior a cinco por ciento en los resultados de las consultas que harán el mismo día de las elecciones.

«Hay mucha tensión, el clima político está enrarecido y algunas informaciones precipitadas ese día podrían provocar mayor inestabilidad», explicó. (FIN/IPS/al/dm/ip/01

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