MEXICO: Zapata vuelve al camino

México conmemoró hoy 82 años del asesinato de Emiliano Zapata, cuyo rostro cubre desde el domingo 3.750 metros cuadrados del Zócalo, la principal plaza de la capital del país.

La figura del héroe de la revolución mexicana de principios del siglo XX, muerto el 10 de abril de 1919 en una emboscada planeada por el coronel Jesús Guajardo, deambuló en estos días en actos de organizaciones sociales y artísticas.

El defensor de los campesinos del México de hace un siglo armó a sus temibles tropas del sur para unirse al llamado lanzado en 1910 por Francisco I. Madero en contra del dictador Porfirio Díaz, en el poder desde 1876.

Pero Zapata, ante lo que entendió incumplimiento de Madero a sus compromisos una vez que se convirtió en presidente en 1911, prosiguió con la lucha enarbolando la bandera agrarista.

Con el lema de «tierra y libertad», el líder revolucionario emitió su Plan de Ayala el 25 de noviembre de 1911, en el que desconoció a Madero y reclamó la devolución de parcelas, montes y aguas a los pueblos que habían sido despojados por los grandes hacendados.

La posición incorruptible de Zapata también representó un desafío enorme para el gobierno de Venustiano Carranza, quien había asumido en 1917.

Para aniquilar esa amenaza fue comisionado el coronel Guajardo, quien preparó una trampa que concluyó con Zapata acribillado a balazos en la hacienda de Chinameca, hecho que marcó el fin de la revolución que costó la vida a un millón de mexicanos.

Los actos en honor del jefe que combatió el poder desde el sur, mientras peleaban en el norte los «Dorados» del ejército de Pancho Villa, comenzaron el 12 de marzo pasado, al día siguiente de que Marcos y sus comandantes del rebelde Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) «tomaran» el zócalo capitalino.

Los jefes del EZLN ocuparon por unas horas el centro político de México, en un acto que rememoró la entrada de las tropas de Villa y de Zapata a esta capital en noviembre de 1914.

El grupo insurgente, nacido en Chiapas, en el sur del país, hace siete años y que clama justicia tras el nombre del mayor rebelde en la historia del país, recorrió 12 estados del país durante 40 días.

La caravana encabezada por 34 comandantes y el subcomandante Marcos convocó a masivos mítines de corte mayoritariamente indígena y campesino desde que partió de las selvas del sur mexicano el 24 de febrero.

La ruta de la larga marcha siguió las huelles de la resistencia que han marcado la historia nacional. Así, los jefes rebeldes pararon en el sitio donde nació el jefe del Ejército Libertador del Sur, Anenecuilco, en el estado de Morelos, lindante al sur con la capital mexicana.

Emotivas ceremonias formaron la agenda de la caravana zapatista en el estado natal del hombre cuya máxima «la tierra es de quien la trabaja» quedó plasmada en su Plan de Ayala.

Pero también Zapata se ha mantenido presente en la memoria de los mexicanos en la obra de escritores, ensayistas y poetas que ensalzan la figura del campesino guerrillero.

«Zapata en el corazón» fue el título de un concierto de rock, realizado en el Zócalo capitalino como parte del homenaje y que encabezaron el español Miguel Ríos y la banda mexicana Maldita Vecindad.

En tanto, Unos 300 artistas participaron en la pintura del rostro de Zapata en la principal plaza de México, siguiendo un diseño del dibujante y grabador Mauricio Gómez Morín.

La obra inaugurada el domingo pasado fue realizada con pintura de agua, en un gesto anónimo y colectivo para recordar, entre el color y el júbilo, la fecha en que murió Zapata. No como un acto luctuoso.

Ese «gesto efímero se suma a la revuelta a favor de los derechos de los pueblos indígenas, la paz, la justicia y la dignidad. Zapata es ahora imagen de la dignidad rebelde», señalaron algunos de los autores de la obra.

Sin embargo, el popular corrido mexicano es el género musical que más promueve el recuerdo del rebelde.

«Escuchen, señores, oigan el corrido/ De un triste acontecimiento;/ Pues en Chinameca fue muerto a mansalva/ Zapata, el gran insurrecto..», entona uno de las muchas canciones anónimas con las que el pueblo mexicano evoca el asesinato del héroe revolucionario.

La vida y hazañas de las figuras consentidas de los mexicanos son cantadas hasta la actualidad en historias narradas en famosos corridos.

«El buen Emiliano que amaba a los pobres/ Quiso darles libertad;/ Por eso los indios de todos los pueblos/ Con él fueron a luchar./ De Cuautla hasta Amecameca/ Matamoros y el Ajusco/ Con los pelones (soldados) del viejo/ Don Porfirio se dio gusto…»

Aderezada con alegría, llanto o rabia, la voz del pueblo hizo del general uno de sus personajes favoritos: «Campanas de Villa Ayala./ ¿Porqué tocan tan dolientes?/ Es que ya murió Zapata/ y era Zapata un valiente…»

«Señores, ya me despido/ Que no tengo novedad/ Cual héroe murió Zapata/ Por dar tierra y libertad…»

A diferencia de los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional, durante los últimos 71 años, la actual administración de Vicente Fox, del conservador Partido Acción Nacional, no organizó actos oficiales en memoria de Zapata.

En marchas y ceremonias celebradas en varias ciudades del país, los zapatistas del siglo XXI rindieron homenaje al general, cuya muerte, según el mito, no aconteció hace 82 años. (FIN/IPS/pf/dm/cr ip/01

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