LIBERIA: Pacificadores africanos dejaron 6.600 hijos e hijas

Una organización no gubernamental (ONG) de Liberia trata de que soldados africanos de fuerzas de mantenimiento de la paz desplegadas en el país de 1990 a 1998 se hagan responsables de 6.600 niños y niñas que engendraron y abandonaron.

La situación de esos niños y niñas se destaca entre los numerosos problemas sociales, económicos y políticos del país, de 2,5 millones de habitantes, luego de que la intervención de unos 17.000 pacificadores provenientes de otras naciones de Africa Occidental contribuyó a que cesara la guerra civil.

La Organización para los Niños de la UNOMIL-ECOMOG (UNECO) brinda refugio, asistencia médica y educación a hijos e hijas de soldados, e intenta que otras instituciones humanitarias y el gobierno liberiano compartan esa tarea, indicó el clérigo Abraham Anderson Cole, fundador y presidente de la ONG.

UNOMIL fue la sigla de la Misión de Observadores de las Naciones Unidas en Liberia, y ECOMOG es el acrónimo del Grupo de Supervisión de la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental, integrada por 16 países, que garantizó el cese del fuego.

La guerra civil comenzó en 1989, cuando el Frente Patriótico Nacional de Liberia, encabezado por Charles Taylor, se rebeló contra el régimen autoritario de Samuel Doe, y terminó el 19 de julio de 1997, tras la realización de elecciones generales en las cuales Taylor fue elegido presidente.

Las consecuencias del conflicto incluyeron la muerte de más de 150.000 personas y masiva destrucción de propiedades.

Nigeria aportó la mayor parte de las fuerzas pacificadoras, y soldados de ese país engendraron a la mitad de los niños y niñas de los cuales se ocupa la UNECO. La otra mitad son hijos e hijas de soldados de Ghana, Gambia, Guinea y Sierra Leona, según datos recolectados por esa ONG.

Liberia fue creada entre 1841 y 1847 por esclavos liberados en Estados Unidos, y antes de la guerra civil algunos de los apellidos más comunes en Monrovia eran Dennis, Gibson, Browne, Henry, Jones y Graham.

En la actualidad, muchos niños y niñas llevan los apellidos Dongoyaro, Babangida y Ogandare, típicos de Nigeria, Doubaye y Toure, comunes en Guinea, o Kwesi y Kwame, habituales en Ghana.

La UNECO trabaja con las madres de los hijos e hijas de soldados extranjeros, y ha comenzado a tomar contacto con sus padres para que asuman sus responsabilidades.

Algunos de los niños y niñas viven con sus madres o con familias adoptivas, y trabajan para aportar ingreso a sus hogares. La Misión Católica en Liberia estableció instituciones llamadas Hogares Don Bosco para brindar alimentación a los que se encuentran en situación de calle.

«La paz retornó al país, pero los niños y niñas abandonados son un grave problema debido al crítico estado de la economía y al desempleo de sus madres», señaló Cole.

La Constitución liberiana otorga la ciudadanía a todas las personas nacidas en el país y a las que tienen padre o madre liberianos, pero el gobierno no ha adoptado hasta ahora medidas para garantizar el bienestar de los hijos e hijas de soldados extranjeros. (FIN/IPS/tra-eng/ag/mn/mp/hd/01

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