ECONOMIA-JAPON: Depreciación del yen sacude a la región

La depreciación de la moneda de Japón implica graves riesgos para otros países de la región y perjuicios para los importadores japoneses, pero crea grandes expectativas de una reactivación económica de Japón basada en exportaciones.

Por otra parte, la caída del valor del yen benefició al sistema bancario japonés, cargados de deudas incobrables que no se han registrado como pérdidas desde la crisis financiera de hace una década, para evitar una cadena de quiebras.

El dólar se cotizó en Japón a 124,78 yenes en la mañana de este jueves, con un leve descenso en relación con los 126,65 yenes de la mañana del miércoles, pero aún en niveles que representan una depreciación de 30 por ciento del yen, en relación con los promedios de los dos últimos años.

Algunos especialistas prevén que el dólar llegará pronto a valer 140 yenes.

El acontecimiento causó un fuerte impacto en compañías que durante los últimos años pasaron a depender en forma creciente de importaciones baratas de productos terminados o componentes, a menudo producidos por filiales de empresas japonesas instaladas en otros países de la región para reducir costos.

Muchas firmas basaban sus actividades en la importación o en la contratación de servicios fuera del país, señaló Akira Kadota, portavoz de la gran firma de productos electrónicos Matsushita.

Por lo tanto, la depreciación del yen ha hecho temblar a economías del resto de Asia que dependen mucho de sus exportaciones a Japón.

Las monedas de Indonesia, Singapur y Tailandia se depreciaron en las últimas semanas hasta llegar a los niveles más bajos en dos o tres años.

Durante los últimos años, la creciente tendencia de las firmas japonesas a contratar servicios en el extranjero estimuló en forma muy importante la economía regional, apuntó Isamu Wakamatsu, de la Organización de Comercio Exterior de Japón.

Las importaciones japonesas, en su mayoría provenientes de China, Corea del Sur, Taiwan y otros países asiáticos, alcanzaron en 2000 un valor sin precedentes de casi 151.000 millones de dólares, con un incremento de 29,4 por ciento en relación con 1999, según datos oficiales.

Los principales productos importados fueron semiconductores para computadoras y teléfonos celulares, con 12 por ciento del total, seguidos de vestimentas y accesorios, con 11 por ciento.

Wakamatsu piensa que el actual nivel de depreciación del yen no revertirá la tendencia de las firmas japonesas a instalar filiales en la región o importar insumos de otros países asiáticos para reducir sus costos.

Sin embargo, advirtió que si el proceso continúa, causará una disminución del comercio regional con consecuencias negativas para Japón y el conjunto de Asia.

Kadota opinó que el mantenimiento del yen en valores bajos determinará que más empresas de tecnología avanzada opten por producir en Japón.

Tomohiro Shimoyama, director de la compañía Tomo, dedicada a la venta al por mayor de vestimenta y bolsas de mano provenientes de China, dijo que la depreciación de la moneda lo puso al borde del suicidio.

«Estoy aterrorizado», aseguró el hombre de negocios, quien prevé que el descenso de sus ventas lo eliminará del mercado si los actuales precios del dólar no caen en forma significativa.

«La competencia es tan dura que perderé mis clientes si aumento los precios de mis mercancías un solo yen, así que esperaré que el mercado cambiario se estabilice antes de decidir si realizo nuevas importaciones», explicó.

Especialistas señalaron que la depreciación de la moneda será un factor muy positivo para los exportadores, de los cuales depende en gran medida la economía del país, que es la segunda del mundo y ha sufrido un prolongado período de estancamiento.

El producto interno bruto (PIB) ha crecido en promedio apenas uno por ciento anual desde 1992 y la inestabilidad de los mercados bursátiles se agravó el mes pasado, cuando una oleada de pánico entre los inversores causó un descenso del valor de las acciones sin antecedentes en los últimos 16 años.

En ese momento las autoridades afirmaron que las finanzas del gobierno estaban «muy cerca del colapso».

El Banco de Japón anunció que reduciría a cero las tasas de interés hasta que se produjera una reactivación de la economía, para desalentar el ahorro, estimular el consumo y superar el grave problema de la deflación.

La deflación es una caída generalizada del precio de bienes y servicios, no debida a la disminución de costos locales de producción, que causa la contracción del PIB en términos monetarios y hace que la población posponga gastos, porque espera que el valor de su dinero siga en aumento.

En los últimos dos años los precios de bienes y servicios han caído uno por ciento anual.

La deflación fue impulsado por un sostenido ingreso al país de bienes importados baratos, y la depreciación del yen revertirá el proceso, indicó el comentarista económico Koichi Ishiyama.

Durante la reunión mantenida hace dos semanas en Washington por el primer ministro de Japón, Yoshiro Mori, y el presidente estadounidense, George Bush, se discutió la posibilidad de que Estados Unidos aceptara una depreciación del yen, declaró el ministro de Economía y Finanzas, Taro Aso.

Un gran aumento de las exportaciones japonesas a Estados Unidos, a precios menores en dólares, crearía problemas a las firmas de ese país, cuyo ritmo de crecimiento económico se ha desacelerado desde mediados de 2000, y Tokio no desea introducir factores de irritación en sus relaciones con Washington.

«Es indeseable que el yen se deprecie en forma abrupta», dijo a periodistas Zembei Mizoguchi, director de la oficina internacional del ministerio de Finanzas japonés.

El diario estadounidense Wall Street Journal informó esta semana que Bush estaba dispuesto a tolerar esa depreciación para que la economía japonesa pudiera recuperarse, pero con la condición de que Tokio resolviera su crisis bancaria.

En los últimos años, los bancos extendieron los plazos de pago de los préstamos incobrables en vez de reconocerlos como pérdidas. El valor en yenes de esos préstamos llegó este año a un monto equivalente a 16 por ciento del PIB, y a superar el total de capital en manos del sistema bancario, según datos oficiales.

En los últimos tiempos, políticos conservadores habían propuesto aumentar la emisión de yenes por parte del Banco de Japón, para depreciar la moneda en forma drástica y reducir el valor de los préstamos incobrables.

La semana pasada, las autoridades anunciaron su intención de lanzar este viernes medidas de reactivación que incluirán establecer un fondo de inversión privada destinado a a la compra de carteras de acciones bancarias, y reducir impuestos para estimular los mercados bursátiles. (FIN/IPS/tra-eng/sk-js/js/mp if/01

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