DERECHOS HUMANOS: Muere Leon Sullivan, defensor de los negros

El reverendo Leon Sullivan, un activista de los derechos civiles de Estados Unidos cuya doctrina ética guió a las empresas con actividades en Sudáfrica en la era del apartheid, murió esta semana de leucemia a los 78 años.

Nacido en Charleston, Virginia Occidental, Sullivan se codeó ya en su juventud con algunos de los líderes de los derechos civiles más importantes de aquellos tiempos, como el reverendo Adam Clayton Powell, de la Iglesia Bautista Abisinia de Nueva York.

Estudiante de teología en el Seminario Teológico de la Unión y luego de sociología en la Universidad de Columbia, Nueva York, pronto lanzó su carrera espiritual desde la Primera Iglesia Bautista de South Orange, en Nueva Jersey, y luego desde la Iglesia Bautista de Sion, en Filadelfia.

Allí, Sullivan y otros pastores negros, en vista del alto índice de desempleo entre sus parroquianos, promovieron un Programa de Patrocinio Selectivo para apoyar a aquellas empresas que contrataran negros y boicotear a las que no lo hicieran.

«No compres donde no trabajas», era la consigna del boicot.

La campaña abrió muchas puertas para los negros, entre ellas las de Pepsi-Cola Bottling Co., Tasty Baking Co. y Philadelphia Evening Bulletin. Fue un esfuerzo muy exitoso e imitado.

También fue el comienzo del creciente interés de Sullivan por utilizar modelos del sector privado para crear empleos y oportunidades de negocios para los afroestadounidenses.

El pastor protestante se ganó la admiración del sector empresarial, y luego de la publicación en 1969 de un artículo sobre él en Reader's Digest, fue invitado a integrar la junta directiva de General Motors Corp.

En 1977, cuando la cuestión del apartheid era candente y las empresas estadounidenses eran presionadas para retirar sus inversiones de Sudáfrica, Sullivan propuso pautas para que las compañías nacionales trataran a los trabajadores de ese país africano como si estuvieran en Estados Unidos.

Luego trabajó en las Naciones Unidas en la elaboración de un código de conducta ética para las empresas multinacionales.

Los llamados Principios Sullivan exhortaban a la no segregación racial en las plantas, comedores y lavatorios de las fábricas, prácticas equitativas de empleo, igual salario por igual trabajo, capacitación laboral para negros y otros «no blancos» y la promoción de miembros de esas minorías a cargos de supervisión.

Los principios también hacían mención a las políticas de vivienda, educación, recreación y salud para los trabajadores.

Sullivan prefirió esos principios a la desinversión hasta 1987, cuando la inflexibilidad y brutalidad del apartheid lo hizo incorporarse a los grupos que exigían el retiro total de las empresas estadounidenses de Sudáfrica.

Tras su retiro en 1988, Sullivan se mudó a Phoenix, Arizona, donde continuó promoviendo oportunidades laborales para los negros.

Para fortalecer los lazos entre la diáspora y la madre patria, organizó una serie de reuniones entre africanos y estadounidenses. La primera de ellas tuvo lugar en Abidján, Costa de Marfil, en 1991.

También elaboró una nueva serie de pautas llamadas Principios Mundiales Sullivan, que constituyen un código de ética de las empresas multinacionales en la economía globalizada. Muchas compañías estadounidenses lo han adoptado.

Wilson Goode, ex alcalde de Filadelfia, calificó de «gigantesco» el legado del activista de los derechos civiles.

«El demostró al mundo cómo la iglesia puede ir más allá de sus propias paredes», dijo. (FIN/IPS/tra-en/lv/da/mlm/hd/01

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