DERECHOS HUMANOS-CONGO: Polémica sobre tumbas colectivas

El Observatorio Congoleño por los Derechos Humanos (OCDH) denunció la existencia de tumbas colectivas en una aldea al sur de Congo, justo cuando el gobierno inició un diálogo nacional destinado a pacificar el país.

Lumiere, el boletín del OCDH, afirmó que los pobladores de la aldea Mbanza-Ndounga, en la región de Pool, 80 kilómetros al sur de la capital, relataron a la organización la existencia de tumbas colectivas donde se enterraron los cuerpos de personas ejecutadas en forma sumaria.

Mbanza-Ndounga fue la base más importante de los grupos armados del ex primer ministro Bernard Kolelas, actualmente en el exilio. En diciembre de 1998, el sur del territorio de Congo vivió los violentos choques de las fuerzas gubernamentales, los grupos paramilitares Cobras y la ex milicia Ninja de Kolelas.

Pero desde comienzos de la década de 1990, luego de la instauración del multipartidismo en la ex colonia francesa, el ejército y diversos grupos armados se enfrentaron reiteradas veces, cada vez con más violencia.

Los choques de 1998 forzaron a huir a miles de personas de la zona de Pool a los bosques cercanos.

Según el OCDH, las ejecuciones extrajudiciales fueron responsabilidad de los soldados apostados en el área, tras la derrota de las milicias de Kolelas.

De acuerdo al OCDH, el control gubernamental en la zona no salvó a muchos de ser sacrificados.

«No bien los Cobras (milicia leal al actual presidente Denis Sassou Nguesso) ingresaron como invasores, en junio de 1999, la gente desplazada comenzó a ser perseguida, ejecutada arbitrarimente y enterrada sin más trámite», dice el último boletín del OCDH.

Según la organización no gubernamental (ONG), hay tumbas colectivas detrás de las oficinas de la Inspección de Enseñanza Primaria y Secundaria del distrito de Mbanza-Ndounga.

Las denuncias señalan que al menos 80 personas fueron muertas y sus cuerpos ubicados en una pila en ese lugar. En el camino de Dimba, detrás de esta oficina, fueron asesinadas decenas de personas y sus cuerpos dejados en zanjas cavadas para el drenaje de la lluvia.

Testigos independientes que hablaron en una iglesia local corroboraron la existencia de las tumbas.

El OCDH afirmó que en cada sitio donde se sospecha que hay tumbas «existe una presencia militar que impide el acceso a esos lugares».

«El hecho de que el césped crezca allí prueba que no mucha gente atraviesa esos lugares, antes muy concurridos. Y cuando llueve, emana del suelo un olor nauseabundo procedente de la descomposición de materia orgánica», afirma el boletín.

«En esas ocasiones, es posible ver huesos humanos arrastrados por el agua», sostuvo el OCDH.

Estas denuncias se produjeron luego de iniciados una serie de debates descentralizados, el 17 de marzo, que forman parte de una iniciativa gubernamental de diálogo nacional.

Luego de conocidas las denuncias, los debates se suspendieron y una delegación viajó a la aldea, encabezada por el ministro de Justicia y fiscal general, Martin Mbemba, e integrada por funcionarios militares y policiales, representantes de la región de Pool en el diálogo nacional y periodistas.

Los resultados de esa visita no fueron concluyentes. Algunos periodistas ratificaron la existencia de tumbas, mientras el gobierno la negó rotundamente.

«Nos llevaron desde la sede policial al sitio indicado por el OCDH. Vimos huesos humanos desparramados en varios lugares», sostuvo Romuald Mbepa, director de la publicación semanal Le Choc e integrante de la delegación.

Mbepa agregó que «cerca de la sede policial había dos tumbas. En una estaban enterrados tres soldados muertos por los Ninjas. En la otra, 18 personas acusadas de brujería habían sido enterradas vivas».

El director de Le Choc sostuvo que según testimonios reunidos en la zona, cualquier sospechoso de haber tenido contactos con las fuerzas de seguridad pública o con las autoridades de la capital era automáticamente ejecutado por alguna de las milicias.

Otro testigo, un anciano de la aldea, Pierre Mayila, confirmó la información reunida en la zona por los periodistas. «Yo vi a la gente que fue asesinada. Eran los Ninjas que querían matar civiles», dijo Mayila.

«Vi matar a cuatro personas. Tres fueron enterradas en el mismo lugar y la otra fue llevada por la carretera cercana a la aldea. Los pozos en los que enterraron a los muertos eran los más grandes que he visto en mi vida», sostuvo Mayila.

«Desde que nuestra aldea pasó al control de las fuerzas gubernamentales, la gente se sintió segura y volvió a sus tareas habituales», agregó.

Sin embargo, un periodista del diario La Nouvelle Republic, Raoul Toualakissa, sostuvo que «todas las personas con quienes hablamos por separado nos dijeron lo mismo, lo cual no puede ser coincidencia: nunca hubo tumbas colectivas allí».

Por su parte, los delegados al diálogo nacional de la región de Pool denunciaron al OCDH de «prácticas vergonzosamente partidistas, que solamente servirán para empujar al Congo a otro círculo de violencia».

«Hemos pedido al gobierno que tome medidas para inmpedir este discurso que amenaza la unidad del país. Nunca hubo ninguna tumba colectiva en Mbanza-Ndounga, sólo en la mente de quienes pergeñan estas cosas», dijo un delegado en un comunicado de prensa publicado esta semana en Brazzaville.

El ministro Mbemba, al expresar su malestar por «las acusaciones falsas y sin fundamento del OCDH», se sorprendió de que «ciertas ONG nunca parecen buscar hechos que ayuden a la paz, sino al revés, siempre persiguen información para desacreditar los intentos pacificadores».

«Visitamos el lugar y no vimos nada. Esta organización hace afirmaciones sobre situaciones que desconoce por completo. Hay que creer que le irritan las semillas de paz que están plantando los líderes de este país», dijo el ministro de Justicia.

Esta opinión es compartida por el presidente Sassou Nguesso, para quien el OCDH es portavoz de los enemigos del país en el exterior, quienes «pierden su tiempo ideando campañas de desinformación».

«Esta historia de las tumbas colectivas está diseñada para manipular y desinformar. No es casual que estas mentiras aparezcan cuando comienza el diálogo nacional. Es una provocación. No hay tumbas colectivas de ningún tipo en el Congo», sostuvo el presidente.

Nguesso sugirió, sin embargo, que los crímenes cometidos durante años de violencia política serían investigados.

«El Congo estuvo envuelto en guerras civiles desde 1993. Se produjeron todo tipo de crímenes. Creo que lo más apropiado sería investigar qué pasó en cada uno de esos períodos, en lugar de buscar hechos aislados y errores desafortunados e inflarlos sin medida», explicó.

El OCDH, por su parte, exigió «una investigación internacional para evitar la manipulación, la represión y otras violaciones tan frecuentes en este tipo de asuntos. No hay 'errores desafortunados' sin las tumbas que los prueben», dijo la ONG en un comunicado.

«Es responsabilidad del gobierno arrojar luz sobre el motivo de esas ejecuciones, identificar a quienes las ordenaron y a quienes las cometieron, y llevar a esos individuos ante la justicia», finalizó el OCDH. (FIN/IPS/tra-en/lm/sz/da/dc/aq/hd/01

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