CUBA-ESTADOS UNIDOS: Litigio telefónico llega a Internet

Un litigio entre Cuba y Estados Unidos que llevó a la suspensión de las telecomunicaciones directas el año pasado se extendió a Internet, con el bloqueo por la parte cubana de varios sitios de transmisión de voz.

El ministro de Informática y Comunicaciones cubano, Ignacio González Planas, confirmó este miércoles el cierre del acceso cubano a unos «seis o siete sitios» de la red mundial de computadoras dedicados a la transmisión de voz.

Estos sitios, según González, serían los «más activos», de los más de 30 existentes, y que se usan como alternativa electrónica a las llamadas telefónicas que, desde el 15 de diciembre pasado, se realizan a través de terceros países.

El funcionario del gobierno de Fidel Castro defendió el uso masivo de Internet y de la transmisión de voz por esa vía, siempre y cuando no se use para burlar las leyes cubanas o evadir el pago de impuestos.

«Hay muchas trampas andando», dijo González, quien afirmó que las restricciones terminarán el día en que Estados Unidos autorice a sus operadoras pagar el impuesto establecido por Cuba y que éstas lo hagan.

Entre los principales afectados con la nueva medida figuran los trabajadores de empresas extranjeras que necesitan mantener un contacto fluido con Estados Unidos, como es el caso de corresponsales de la prensa de ese país.

También, un número importante de personas con acceso a Internet en sus centros de estudio o trabajos usaban esa vía para hablar con sus familiares exiliados en Estados Unidos, luego del corte de las llamadas directas.

Estudios especializados aseguran que a finales de los años 90, alrededor de 1,5 millones de cubanos y sus descendientes residían en el extranjero, 1,2 millones en Estados Unidos.

La mayoría de los exiliados mantienen estrechas relaciones con sus familiares en la isla, mediante visitas, llamadas telefónicas, y envío de remesas y paquetes de productos de primera necesidad, como medicinas.

«Mi madre estuvo de visita en Miami siete meses y casi todos los días conversamos por Internet», comentó a IPS un funcionario de un organismo central del Estado cubano. «Lo hacía a escondidas» y «se oía muy mal», admitió.

Pero, añadió, «no queda más remedio que acudir a esa vía pues desde que se suspendieron las llamadas directas se hace muy difícil comunicarse por teléfono».

El corte de las telecomunicaciones directas fue una decisión unilateral La Habana, luego de que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos recomendó a las compañías telefónicas de ese país el no pago de un impuesto establecido por Cuba.

El pago de 10 por ciento sobre la tarifa básica establecida para las llamadas telefónicas entre ambos países significaría un ingreso adicional para Cuba de 24,5 centavos de dólar estadounidense por cada minuto de conexión.

La decisión, sustentada en el Decreto Ley 213 del 23 de octubre de 2000, fue la respuesta oficial al uso de más de 90 millones de dólares de fondos cubanos congelados en Estados Unidos para compensar a «víctimas del terrorismo».

La Ley de Protección a las Víctimas del Contrabando Humano, firmada en octubre por el ex presidente Bill Clinton, permitió usar para esos fines parte de una cuenta congelada por concepto de servicios telefónicos entre 1969 y 1992.

Los beneficiados son los familiares de tres pilotos que murieron a bordo de dos avionetas derribadas en 1996 por fuerzas aéreas cubanas cuando, según La Habana, violaban el espacio aéreo de la isla.

La familia de un cuarto piloto no fue amparada por la ley pues el fallecido no era ciudadano estadounidense.

El ministro de Informática y Comunicaciones aseguró en conferencia con la prensa extranjera acreditada que, si Estados Unidos se atribuye el derecho de usar los fondos cubanos, igual derecho tiene la isla a exigir el pago del impuesto estipulado.

La decisión cubana generó controversia desde su anuncio porque el gobierno de Castro estaría imponiendo un impuesto extraterritorial y porque violaría el contrato de tarifas telefónicas vigentes entre ambos países.

Los términos de ese acuerdo, autorizado por la Oficina de Ciontrol de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro estadounidense, establecen una tarifa de 1,20 centavos de dólar por minuto. De esa cantidad, Cuba recibe 50 por ciento.

En cualquier caso, Estados Unidos prohibió el pago del impuesto, pero aceptó que unas siete operadoras de ese país negociaran de manera privada con empresas de otros países para redirigir las comunicaciones con Cuba.

Por su parte, Cuba estudió el aumento del flujo de llamadas por encima de lo previsto para este año desde terceros países y ha comenzado a negociar con diversas empresas para lograr el cobro del impuesto establecido.

Según González Planas, como resultado de las negociaciones Cuba logró el cobro parcial de las deudas.

El tráfico telefónico bilateral alcanza unos 14 millones de minutos al mes, más de 80 por ciento de las cuales se realizan desde Estados Unidos a Cuba, según el funcionario cubano.

«La gente está pasando mucho trabajo para comunicarse», reconoció González Planas y advirtió que «la situación puede ponerse más tensa» si Estados Unidos «se encapricha» en su negativa al pago de los impuestos sobre las tarifas. (FIN/IPS/da/mj/ip cr/01

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