COMERCIO-AMERICA LATINA: México, modelo de liberalización

El equipaje que llevará México esta semana a la Cumbre de las Américas en Québec, Canadá, incluye numerosos acuerdos firmados por su cuenta que lo elevan a la categoría de potencia comercial continental.

Este país juega por su ubicación geográfica, entre otros factores, un papel clave en las negociaciones del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

México es considerado puerta de ingreso de la producción latinoamericana al mayor mercado del continente: Estados Unidos, cuyo presidente, George W. Bush, aspira además a liderar la liberalización del comercio americano. Entre ambos países hay unos 3.000 kilómetros de frontera terrestre.

Federico Nobelo, investigador del Departamento de Producción Económica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), dijo a IPS que el gobierno de Vicente Fox se sumará sin resistencia a los esfuerzos de su mayor socio comercial por acelerar la puesta en marcha el ALCA.

Los líderes de 34 países —todos los de América excepto Cuba— establecieron el 1 de enero de 2005 como fecha límite para fijar los términos del acuerdo dirigido a crear la mayor zona de libre comercio del mundo. Washington pretende anticipar la fecha al 2003.

Bush llegará a la cita en Québec desprovisto de la facultad de la «vía rápida» (fast track), la cual le permitiría negociar el acuerdo con independencia del Congreso legislativo, que sólo podría aprobarlo o rechazarlo en bloque al cabo del diálogo multilateral.

México, Estados Unidos y Canadá mantienen un intercambio comercial superior a 600.000 millones de dólares en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que en vigencia desde 1994.

En la última década, las exportaciones mexicanas crecieron más de 400 por ciento al pasar de 41.000 millones en 1990 a 166.000 millones el año pasado.

En el mismo periodo, las importaciones aumentaron más de 310 por ciento, de 42.000 millones de dólares a 174.000 millones.

El libre comercio es una bandera del gobierno Fox, del Partido Acción Nacional, así como lo fue para los anteriores, a cargo del Partido Revolucionario Institucional, en el poder durante 71 años.

Pero, más que el ALCA, a Fox «le interesa impulsar el Plan Puebla-Panamá (PPP)», programa con el que el mandatario prevé integrar al sudeste de este país con América Central, afirmó Carlos Gómez Chiña, experto del Departamento de Economía de la UAM.

Con el PPP, Fox pretende «dar un sello personal a los principios de libre comercio que rigen la política económica para el logro del desarrollo nacional», añadió el investigador.

El PPP fue diseñado por el nuevo gobierno sobre la base de que el sudeste mexicano y los países centroamericanos poseen el potencial para convertirse en un polo económico de América Latina.

Considerando que ese proyecto representa una prioridad para los responsables del comercio en México, este país no se ha mostrado como el más entusiasta en la creación de un gigantesco mercado de 800 millones de personas mediante el ALCA, destacó Gómez Chiña.

«Aunque con cierta frialdad frente al proceso de integración del ALCA, México no es de ninguna manera un simple espectador, si se considera que en la última década trazó su propio camino para construir acuerdos comerciales en la región», añadió.

Además del TLCAN, México firmó tratados bilaterales de libre comercio con Bolivia, Chile, Costa Rica y Nicaragua.

Con Colombia y Venezuela estableció el Tratado de Libre Comercio del Grupo de los Tres, y otro más con el denominado Triángulo del Norte, que forman Guatemala, Honduras y El Salvador.

Para México, que concentra cada vez más su comercio con Estados Unidos, un acceso preferente en 33 países facilitaría un aumento de sus exportaciones, señaló Nobelo.

La creación del ALCA permitiría también al país cambiar la «multimembresía actual por un esquema único», en el marco de una «armonización de las economías regionales», dijo el experto.

Al plegarse a las intenciones de Estados Unidos, México contrarresta a Brasil, que se resiste a adelantar los plazos del ALCA, señaló Gómez Chiña.

Brasil duda de que Estados Unidos esté dispuesto a dar pasos decisivos hacia reglas comerciales más justas y a permitir el ingreso a su mercado de productos textiles o de calzados brasileños.

Pero Brasil cuestiona, sobre todo, el carácter limitado del ALCA, en virtud de que ese país apuesta a propuestas de integración más radicales que no se queden sólo en el terreno comercial, estimó Gómez Chiña.

México no propone iniciativas nuevas, sino que llega a Québec para ir al ritmo de sus socios del TLCAN en la construcción de una comunidad económica, afirmó, por su parte, el canciller mexicano, Jorge Castañeda.

México aspira a captar este año unos 14.000 millones de dólares por concepto de inversión extranjera directa, ante los 13.162 millones del año pasado. (FIN/IPS/pf/mj/if/01

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