CHINA-EEUU: Venta de armas a Taiwan agita las aguas

Estados Unidos venderá a Taiwan casi todas las armas solicitadas por la isla, lo cual seguramente agravará las relaciones con China, ya deterioradas tras la colisión este mes de un caza chino y un avión estadounidense de reconocimiento.

El gobierno de George W. Bush decidió no incluir en la venta los destructores Arleigh-Burke equipados con radares Aegis, el equipo más objetado por China, pero de todas maneras venderá a Taiwan varias armas contra el deseo de Beijing.

Taiwan, considerada una provincia rebelde por China, recibirá ocho submarinos diesel, 12 aviones P-3C Orion antisubmarinos y cuatro destructores de clase Kidd, entre otras armas.

Así mismo, Bush acordó brindar capacitación técnica sobre un sistema avanzado de misiles Patriot que aún no ha sido desarrollado, ni siquiera para las Fuerzas Armadas estadounidenses.

«Eso implica una cooperación militar mayor» entre Washington y Taipei, comentó John Gershman, experto en China de la Universidad de Princeton. «Es un cambio importante frente al gobierno de (Bill) Clinton».

En su primera reacción oficial, la cancillería china señaló que la decisión de Bush es una «grosera interferencia en los asuntos internos» de China, y agregó que el país se «reserva el derecho absoluto de tomar medidas ulteriores».

Cuáles serían esas medidas es objeto de especulación. «China estará muy disgustada, pero no hasta el punto de llamar a su embajador», dijo Robert Manning, director de la sección de Estudios Asiáticos en el influyente Consejo de Relaciones Exteriores, de Washington.

«La relación irá en caída», opinó, y agregó que, en los próximos meses, hechos esperados como la visita a Washington del líder de Tibet, Dalai Lama, y escalas en Estados Unidos para reponer combustible del primer ministro taiwanés Chen Shui-bian, rumbo a América Central y el Caribe, echarán más leña al fuego.

La decisión de Bush no era inesperada, sobre todo después de la colisión aérea el 1 de abril sobre el mar del sur de China que causó la muerte del piloto chino y obligó al avión estadounidense a realizar un aterrizaje de emergencia sobre la isla Hainan.

Beijing liberó a la tripulación casi dos semanas después y sólo luego de que Washington expresara pesar por el incidente, que China tomó como una disculpa. El avión estadounidense sigue bajo control chino, a pesar de que Washington exige su devolución.

El incidente se resolvió diplomáticamente, pero fortaleció a aquellos en el gobierno de Bush que ven en China una rival decidida a limitar el poder de Estados Unidos y podría haber reforzado las fuerzas antiestadounidenses en Beijing.

Beijing considera a Taiwan una provincia rebelde que tendría un gobierno comunista de no ser por el apoyo naval que en 1949 diera Estados Unidos al gobierno nacionalista, derrotado en China y refugiado en la isla.

Durante gran parte de la guerra fría, Washington reconoció a Taiwan como el único gobierno legítimo chino, proporcionándole gran ayuda económica y militar.

Sólo fue a fines de los años 70 que normalizó sus relaciones con Beijing, reconociendo formalmente la existencia de sólo «una China», a la cual pertenecía Taiwan. Sin embargo, mantuvo relaciones «informales» con Taipei, incluso venta de armas.

Bajo presión de China, el gobierno de Ronald Reagan se comprometió en 1982 a reducir paulatinamente la venta de armas a Taiwan en los años siguientes.

A cambio, Beijing declaró que la «reunificación pacífica» era su «política fundamental» hacia la isla, pero no renunció a la posibilidad de usar la fuerza contra Taiwan.

China propuso a Taiwan en reiteradas ocasiones negociar la reunificaición, y aunque el comercio bilateral ha crecido, la isla se niega a reconocer la soberanía de Beijing.

En 1992, el entonces presidente George Bush autorizó la venta de cazas F-16 por 6.000 millones de dólares a Taiwan, lo cual Beijing consideró una violación del acuerdo de 1982.

El gobierno de Clinton siguió vendiéndole armas a Taipei en la década de 1990, pero rechazó muchos de los pedidos de la isla, como los submarinos.

El gobierno de Bush sostiene que todas las armas a vender tienen fines defensivos. «Creemos que no hay nada en este paquete que China deba temer», declaró un alto funcionario este martes a la prensa.

En el último año, China multiplicó el número de misiles a lo largo de la costa frente a Taiwan, y adquirió aviones y barcos de guerra rusos, incluso submarinos que podrían utilizarse en un ataque contra la isla.

A principios de 2000, un informe del gobierno chino manifestó la posibilidad de que China tome acciones militares si fracasan las negociaciones sobre reunificación.

Taiwan siempre tuvo el apoyo de la derecha republicana en Estados Unidos, pero ahora también recibe el apoyo del opositor Partido Demócrata, sobre todo desde que pasó de ser una dictadura unipartidaria a una democracia pluralista.

La victoria electoral de la oposición en Taiwan el año pasado sólo aumentó el apoyo popular a la isla en Estados Unidos, y aumentó la inquietud de China de que Taipei busque la independencia formal. (FIN/IPS/tra-en/jl/aq/ip/01

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