CHINA-EEUU: Diplomacia gana con acuerdo por avión espía

El acuerdo de hoy que permitirá el retorno a Estados Unidos de la tripulación de un avión espía retenida en China es una victoria para las fuerzas que favorecen la diplomacia constructiva entre los dos países.

Aunque Beijing y Washington allanaron el problema que amenazaba las relaciones bilaterales, aún abundan los obstáculos que pueden generar crisis en el futuro. Para empezar, el presidente George W. Bush deberá decidir este mes cuáles armas le venderá a Taiwan, considerada una provincia rebelde por China.

Incluso antes del incidente del avión espía Beijing había advertido que las relaciones sino-estadounidenses correrían «serio peligro» si Bush le vende a Taiwan cuatro destructores equipados con el moderno sistema de radares Aegis, como pretende Taipei para protegerse del poderío militar de China.

A pesar de que el retorno de los 24 miembros de la tripulación del avión EP-3 es inminente, la presión para que Bush apruebe la venta del Aegis es irresistible.

No obstante, el acuerdo de este miércoles es un «hecho muy positivo que detendrá el proceso… que podría haber dañado sensiblemente otras parte de la relación bilateral, sobre todo las relaciones económicas y comerciales», dijo John Ford, analista del Consejo Empresarial Estados Unidos-China.

El año pasado, el comercio bilateral entre los dos países superó los 110.000 millones de dólares.

La tripulación, detenida en una base militar en la isla de Hainan donde realizó un aterrizaje de emergencia tras chocar en el aire contra un caza chino F-8 sobre aguas internacionales el 1 de abril, volverá a Estados Unidos en un plazo de 24 horas.

El anuncio causó alivio a los funcionarios estadounidenses sometidos a la presión de fuerzas contrarias a China, concentradas en los legisladores del oficialista Partido Republicano.

El acuerdo sucedió a una carta en la que Estados Unidos expresaba su «profundo lamento» por la muerte del piloto chino y por el ingreso del avión estadounidense al espacio aéreo chino para realizar el aterrizaje de emergencia sin «autorización verbal».

La carta, entregada en Bejing por el embajador Joseph Prueher, fue objeto de arduas negociaciones en los últimos días. La misma también señaló que ambas partes acordaron reunirse a partir del día 18 para discutir el incidente, evitar estas colisiones en el futuro y negociar el futuro del avión EP-3 de Estados Unidos.

En la carta, Washington también «reconoce» el intento de Beijing de plantear el tema de las misiones de reconocimiento estadounidenses, en referencia al pedido reiterado de China de que Estados Unidos cese los vuelos espía próximos al territorio chino como parte del precio para devolver a la tripulación.

En una breve declaración para anunciar el acuerdo, el propio Bush manifestó su «pesar» por la muerte del piloto chino. «Nuestras oraciones incluirán a su esposa e hijo», agregó.

Beijing insistió en los últimos 10 días que Washington se «disculpara» por el incidente, algo rechazado desde el principio por el gobierno de Estados Unidos, que sostenía que no había evidencia de que el EP-3, un avión lento y a hélice, hubiera causado la colisión.

En los últimos meses, Estados Unidos había protestado formalmente ante China porque sus rápidos y ágiles F-8 se acercaban demasiado a sus aviones EP-3. El Pentágono (Departamento de Defensa) agregó que el piloto chino muerto era conocido por sus arriesgadas maniobras.

El Pentágono también reconoció haber incrementado los vuelos espías en los últimos seis meses a lo largo de la costa austral china, lo cual podría haber provocado tácticas chinas más agresivas, según analistas.

Esta situación reflejó la creciente tensión entre Washington y Beijing, sobre todo después de la elección de Bush, quien había calificado de ingenuo al anterior gobierno de Bill Clinton, que consideraba a China como un «socio estratégico» en lugar de un «competidor estratégico».

La intención de Bush de instalar un sistema nacional de defensa contra misiles (NMD), así como el apoyo a Taiwan de la mayoría republicana en el Congreso, y especialmente del vicepresidente Dick Cheney y el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld, también preocupan a China.

La actitud de Washington refuerza la postura de los radicales contrarios a China, centrados en las Fuerzas Armadas.

Durante los tres primeros días posteriores al incidente Bush exigió que China devolviera la tripulación y dejara de «intervenir» en el avión, lo cual reforzó la idea de que Washington había adoptado una actitud «arrogante» y beligerante.

En ese momento, Bush le entregó el control de las negociaciones al Secretario de Estado Colin Powell, quien expresó públicamente su «pesar» por la muerte del piloto chino.

Eso bastó para que Beijing reforzara las negociaciones sobre la carta que permitiría llegar a una solución.

La situación reforzó el papel de Powell dentro del gobierno ya que, hasta el momento, el ex general sufrió varias derrotas políticas ante los radicales del gobierno, sobre todo Rumsfeld y Cheney, con respecto a Corea del Norte, Iraq y el NMD.

«Es evidente que iba a quedar aislado si las cosas no salían bien», según John Gershman, especialista en China de la Universidad de Princeton, quien agregó que el gobierno recibió una lección importante. «Pruebe la diplomacia primero, en lugar de la hostilidad».

China «quiere ser tratada como una potencia emergente, y no quiere ser sermoneada», agregó. Washington debe reforzar los vínculos «militares entre ambos países», sostuvo.

Por eso, Gershman desea que Bush no apruebe la venta del Aegis a Taiwan, lo que provocaría que China suspendiera ese tipo de vínculos con Estados Unidos.

Pero quizá ya sea demasiado tarde. Fuentes cercanas al gobierno señalaron que, antes del incidente del avión espía, Washington se inclinaba por no venderle a Taiwan el sistema Aegis. Pero ahora, «no veo cómo pueden negárselo, desde el punto de vista político», dijo una fuente del Congreso.

El gobierno de Bush solicitó a los legisladores republicanos que se abstuvieran de criticar a China durante las negociaciones de los últimos días. «El precio mínimo por ese silencio será el Aegis», según la fuente legislativa. (FIN/IPS/tra-en/jl/aq/ip/01

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