/BOLETIN-DD HH/ AFGANISTAN: Massoud logra apoyo europeo contra Talibán

El comandante militar de la oposición afgana, Ahmed Shah Massoud, logró en el Parlamento Europeo amplias muestras de apoyo en su lucha contra Talibán, la milicia islámica que controla la mayor parte del territorio de su país.

Massoud, que pretende establecer en Pakistán un estado islámico moderado, pidió el jueves a la Unión Europea que presione a Pakistán para que cese su apoyo a Talibán.

El líder de la opositora Alianza del Norte viajó a Estrasburgo invitado por el Parlamento Europeo, en una clara señal de creciente exasperación del bloque con el régimen talibán, acusado de graves violaciones de derechos humanos, entre ellas una severa represión contra las mujeres.

«El pueblo de Afganistán está preparado para resistir y defender nuestra tierra, pero eso requiere apoyo», dijo Massoud en una conferencia de prensa en la sede del órgano legislativo de la Unión Europea.

«El fortalecimiento de la resistencia mejorará las perspectivas de alcanzar un acuerdo pacífico y obligará a los talibanes a pensar sobre la paz más que en continuar la guerra», agregó.

Los talibanes crearon su milicia durante la ocupación soviética (1980-1989), desde el exilio paquistaní, y desde entonces luchan por el dominio total de Afganistán. Su régimen sólo es reconocido por Arabia Saudita, Emiratos Arabes Unidos y Pakistán.

En su primera visita a Occidente, Massoud se reunió con Nicole Fontaine, presidenta del Parlamento Europeo, y se entrevistó el viernes con el comisario europeo para Relaciones Exteriores, Javier Solana.

Massoud fue ministro de Defensa del ex presidente Burhanuddin Rabbani, derrocado en 1996. Se estima que las fuerzas opositoras controlan apenas cinco por ciento de territorio afgano, en el norte del país, pero el líder militar aseguró que se acercaban a ocupar 50 por ciento.

El comandante reclamó ayuda en la lucha contra la milicia islámica, dominado por musulmanes sunnitas y de la etnia pashtun (patanes), mayoritaria en Afganistán.

Massoud sostuvo que haría todo lo que estuviera a su alcance para llegar a una solución política, y aseguró que no pediría una intervención militar extranjera. De todos modos, dijo que aceptaría ayuda en equipamiento militar.

El régimen talibán prohibe a las mujeres y niñas el acceso a la educación y al trabajo. Además, instauró la pena de muerte, las flagelaciones y las amputaciones como castigo para los transgresores a su interpretación del Corán, el libro sagrado del Islam.

Semanas atrás, destruyeron, entre otras reliquias, dos gigantescas estatuas de Buda esculpidas en los siglos II y V en la roca en Bamiyán, 130 kilómetros al norte de Kabul, consideradas una afrenta al Islam.

Fontaine consideró que ese acto fue la gota que derramó el vaso, y urgió al Parlamento Europeo a respaldar a Massoud en su lucha por constituir un estado islámico moderado.

Massoud dijo en la conferencia de prensa que pretendía la celebración de elecciones libres, con derecho al sufragio femenino, y con plena vigencia de los derechos humanos.

Fontaine anunció que reclamará a Pakistán el retiro de su respaldo a Talibán, cuyos dirigentes se formaron durante la ocupación soviética en escuelas religiosas islámicas del norte de ese país.

Los talibanes son «una amenaza para la sociedad internacional» y «para la estabilidad regional», agregó la legisladora europea.

Pakistán niega haber brindado asistencia militar a Talibán, pero Fontaine dijo estar segura de que sin su apoyo la milicia islámica «no hubiera resistido ni siquiera un año».

El embajador paquistaní ante los órganos de la Unión Europea en Bruselas, Saidulla Jan Delhavi, sostuvo en una carta a Fontaine que el problema afgano sólo podría resolverse si la comunidad internacional atendía a todos los bandos en pugna y «mantenía un grado esencial de neutralidad».

Informes de inteligencia estadounidense aseguran que Pakistán suministró municiones y asistencia técnica a Talibán para renovar sus tanques y aviones, que datan de la ocupación soviética.

Mientras, según Washington, Rusia, Irán e India —que pretenden neutralizar al fundamentalismo sunnita en Asia central y meridional— ayudaron con armas y municiones a la Alianza del Norte, la milicia que lidera Massoud.

Massoud, perteneciente a la etnia tayik, afirma contar con un ejército de 20.000 efectivos. Su primera participación en actos de insurgencia datan de los años 70, cuando tomó las armas para combatir al gobierno del presidente Sardar Mohammad Daud.

Su visita a Europa causó enojo entre los talibanes, quienes acusaron a la UE de promover el conflicto.

El viceministro del Interior del régimen talibán, Haji Mullah Jaksar, dijo el jueves a la emisora británica BBC que «haber invitado (a Massoud) es un acto de tiranía contra el pueblo afgano», y que el Parlamento Europeo «le ordenará combatir más». (FIN/IPS/tra-eng/bk/da/mj/ip hd/01

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