ASIA CENTRAL: Suspensión de cumbre del Caspio expone diferencias

La suspensión de la cumbre de los cinco países con costas en el mar Caspio, prevista para el 14 y el 15 de este mes, puso de manifiesto los desacuerdos subsistentes acerca de la división jurisdiccional de sus ricas aguas.

El mayor mar interior del mundo posee ricos yacimientos de petróleo y gas natural, una biodiversidad casi única y es, además, un punto de interés geopolítico no sólo para los países de la región, sino también para Estados Unidos.

El mar Caspio, con una longitud de 1.127 kilómetros, es el objeto de intereses conflictivos por parte de los cinco países que comparten su litoral marítimo: Rusia, sus recién independizados vecinos Azarbaiján, Kazajistán y Turkmenistán, e Irán.

Por ser un mar interior, el Caspio jamás se rigió por la ley marítima internacional y sus aguas fueron compartidas por la ex Unión Soviética e Irán según dos tratados firmados en 1921 y 1940.

La desaparición del régimen soviético y el surgimiento de tres nuevos países dejó pendiente el problema de establecer nuevas jurisdicciones para compartir las ricas aguas y el lecho del mar Caspio.

Por esta razón, Rusia llamó a un acuerdo con los otros estados litoraleños sobre la división del mar, respetando los derechos de los cinco países.

Sin embargo, la decisión de posponer la cumbre de los estados del litoral caspio, prevista para los días 14 y 15 de abril en Turkmenistán, jugó en sentido contrario.

Esa reunión cumbre —que había sido planificada originalmente para noviembre o diciembre del año pasado— debía alcanzar un acuerdo multilateral que resolviera los derechos sobre el mar.

Pero la reunión fue cancelada, según la versión oficial, a pedido del líder de Azerbaiján, Geidar Aliyev, que debía asistir a conversaciones realizadas en Estados Unidos para resolver una disputa territorial con Armenia.

Sin embargo, las versiones extraoficiales sostienen que la reunión fue cancelada por los permanentes desacuerdos entre los cinco países. No habría, por otra parte, una cumbre similar antes de cinco o seis meses.

Los rusos parecen los más preocupados. «Las demoras para determinar el estatuto del mar Caspio pueden causar nuevas tensiones», advirtió Viktor Kalyuzhny, viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia y enviado especial al Caspio. Moscú intenta anticipar cualquier nuevo incidente, dijo.

Desde hace tiempo, la región del mar Caspio es considerada muy importante para los mercados mundiales debido a sus grandes reservas de petróleo y gas natural. Para muchos, la cuenca del Caspio será el Golfo del siglo XXI.

Las reservas comprobadas de petróleo en la región del Caspio están estimadas entre 20.000 y 30.000 millones de barriles, mientras que las reservas posibles podrían llegar hasta los 200.000 millones de barriles.

No obstante, en los últimos años el mito de las riquezas del Caspio empezó a decaer a medida que algunos campos de explotación no resultaban tan lucrativos como se esperaba.

Incluso la incertidumbre sobre el estatuto del Caspio frenó un proyecto de desarrollo petrolero por valor de 8.000 millones de dólares presentado por un consorcio internacional encabezado por la alianza BP Amoco-Statoil, que explota petróleo cerca de las costas de Azerbaiján.

A raíz del colapso de la Unión Soviética y la aparición de tres estados independientes, Irán sugirió que el Caspio fuera dividido en cinco partes iguales, de modo que cada estado litoraleño obtuviera el control de 20 por ciento del mar.

Según los tratados de 1921 y 1940, Irán controla sólo 13 por ciento del Caspio, por lo cual una división en partes iguales lo beneficiaría. Pero sus vecinos post-soviéticos no están de acuerdo con esa fórmula.

Al principio, Rusia apoyó la postura de Irán y se opuso a la división de las aguas en sectores nacionales según la longitud de la costa de cada país.

Rusia controla actualmente 19 por ciento del mar —según la longitud de su costa— y también ganaría de una división en partes iguales. Pero Kazajistán, que controla actualmente 29 por ciento del Caspio, y Azerbaiján, con 21 por ciento, se opusieron a la idea.

Rusia modificó su postura inicial. Su última propuesta es delinear los límites del lecho del mar, pero no las aguas.

Estas y la superficie seguirían siendo compartidas, mientras que el lecho debería dividirse según el principio de igual distancia o de línea media, básicamente de acuerdo con la longitud de la costa, explicó Kaluyzhny.

La propuesta rusa se basa en mantener el statu quo, ya que los tratados de 1921 y de 1940 también estipulaban una superficie marina compartida.

Rusia y Kazajistán —pese a su consenso general sobre la división del mar—- tuvieron un reciente desacuerdo sobre un depósito de petróleo en el norte del Caspio, que fue ofertado para su explotación por Rusia pese a que Kazajistán sostuvo que el mismo se encontraba parcialmente en la zona bajo su control.

Kaluyzhny admitió que las jurisdicciones sobre el Caspio no podrán determinarse pronto, pues cualquier acuerdo requiere el consenso de los cinco estados.

Esta es la razón por la cual, según los funcionarios rusos, este país ha sugerido acordar medidas conjuntas de preservación y uso de los recursos biológicos del mar Caspio sin esperar un acuerdo sobre su estatuto.

El problema ambiental más grave del Caspio es la preservación de las poblaciones de esturión, que representan dos tercios de las reservas mundiales. La captura oficial de esturión y caviar está cayendo, pero la pesca furtiva es entre cinco y 10 veces superior.

Además, la extracción del petróleo submarino y de las reservas de gas también amenaza al esturión y otras riquezas biológicas. Actualmente no existen mecanismos para enfrentar esos problemas comunes, situación que sólo beneficia a los pescadores furtivos.

Por otra parte, la región del mar Caspio es un área políticamente estratégica, por lo cual los países de la región ven como una amenaza los intentos de Estados Unidos de poner pie en la zona.

En marzo, el presidente ruso Vladimir Putin y su homólogo iraní, Mohammad Khatami, se pronunciaron contrarios a la política estadounidense en la región por medio de un comunicado conjunto.

Rusia e Irán no reconocen fronteras marítimas en el Caspio hasta que se establezca su estatuto, sostiene dicha declaración. «El régimen legal y los formas de uso de los recursos del mar Caspio son una cuestión de los estados litoraleños», sostiene el comunicado.

Ambos países también hicieron oír su oposición a los planes de instalar gasoductos u oleoductos subacuáticos en la región. Estados Unidos apoyó fuertemente la construcción de un oleoducto para exportar el petróleo del Caspio directamente hacia Turquía, eludiendo la participación de Rusia e Irán.

Por otra parte, la reciente aproximación de estos dos países encendió los rumores sobre una posible acción contraria a los otros estados del litoral caspio.

Pero Kaluyzhny negó especulaciones periodísticas que atribuían a Rusia e Irán la intención de bloquear un consenso multilateral, con el fin de restringir la influencia de Estados Unidos en la región.

Rusia no obtiene «ningún beneficio» en posponer la decisión, y cree que cuanto más pronto se celebre la cumbre, mejor, pero no será antes de septiembre, dijo el viceministro.

La cuestión es si las cinco naciones podrán resolver sus diferencias tan pronto. (FIN/IPS/tra-en/sb/js/dc/mlm/ip/01

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