(Arte y Cultura) MUSICA-KENIA: Músicos apenas sobreviven con su arte

Kenia posee gran cantidad de músicos talentosos, pero apenas logran sobrevivir con su trabajo debido a la escasa venta de discos, la piratería comercial de su obra y la preferencia de las emisoras de radio por los artistas extranjeros.

Hay iconos locales, —como el grupo de hip hop Kalamashaka, perseguidos por sus fanáticos cada vez que actúan—, pero su popularidad rara vez se traduce en la venta de discos.

En Kenia existen pocos comercios dedicados a la música, la distribución es escasa y la piratería es un fenómeno creciente. Tedd Josiah, el más exitoso productor de música joven y dueño de un estudio de grabación, ya está harto de la situación.

En su estudio Audiovault, este joven de 30 años se convierte en un hombre-orquesta.

«Es duro. Tengo que hacer la producción musical y luego buscar financiación. Ir al exterior para imprimir el álbum. Volver, venderlo y distribuirlo en los comercios. Debo vender el álbum, vender a los artistas y buscar repercusión en los medios. Pero uno es un ser humano, y no puede hacer todo eso».

La última producción de Josiah, «GidiGidiMajiMaji», del dúo Ismarwa, vendió menos de 1.000 copias pese a la aclamación general de la crítica y a la creciente popularidad del grupo de hip hop, que hace rap en idioma luo.

Si bien los músicos obtienen algo de dinero en las actuaciones en vivo en todo el país, Josiah se siente defraudado. «Los piratas hacen más dinero que yo», se lamenta.

Josiah considera que él y sus artistas merecen algo mejor. Sin embargo, está dando los toques finales del primer disco de Neccesary Noize, uno de los mejores grupos nuevos de Nairobi.

Luego el productor piensa cerrar su estudio durante dos meses para dedicarse enteramente a la promoción y venta del álbum. «Vamos a utilizar a Neccesary Noize como estandarte de venta de música. Por eso cerraremos el estudio y nos convertiremos en vendedores», explica.

Esto puede parecer desesperado, pero Josiah insiste en que es la única forma de vencer a los piratas. «Voy a tomar a este grupo como un producto. Se trata de crear un mercado y dar servicio a ese mercado al mismo tiempo. Durante los conciertos llevaremos una pequeña tienda donde venderemos los discos».

Pero además «nos aseguraremos de que el álbum esté en los comercios de música donde debe estar», explica.

En circunstancias ideales, Josiah afirma que le gustaría dedicarse a lo que mejor hace, es decir componer música. «Me encanta componer. Quiero que me recuerden como la persona que escribió 'Tafsiri Hii', 'Mungu Wangu Niokoe' o 'Songa Hapa' — grandes éxitos de Kalamashaka—, porque eso es lo que amo».

Pero los compositores no obtienen ese tipo de reconocimiento en Kenia, y menos el dinero que lo acompaña.

«En Estados Unidos los compositores hacen mucho dinero», señala Josiah. «Escriben la canción. Si a la compañía discográfica le gusta, la compra por unos 10.000 dólares por adelantado».

Antes de fundar su propio estudio en 1999, Josiah trabajaba como productor en los estudios Sync Sound, de Nairobi. El asegura que la explotación allí era aun peor. Josiah obtuvo regalías inferiores a los 200 dólares por producir cuatro albums.

La discográfica alemana Kelele Records era la encargada de vender los productos en el mundo, presentándolos en exposiciones internacionales, supervisando las ventas y recaudando las regalías. A cambio de estos servicios, recibía un porcentaje de las ventas y enviaba el resto a Kenia.

«Ellos hicieron dinero, pero nosotros no lo vimos», sostuvo Josiah, quien luego renunció a Sync Sound, frustrado por la situación.

Ahora Josiah tiene el control sobre la distribución de su obra, pero aún lucha para que las emisoras de radio del país den espacio al talento nacional.

La emisora más nueva y escuchada de Nairobi, Kiss FM, pasa casi exclusivamente música de Estados Unidos y Europa. Cuando Josiah les pidió que trasmitieran más música de Kenia, las autoridades de la radio se negaron.

«No puedo ir a una emisora en Nueva York, darles mi CD y esperar que lo pasen, porque yo no soy parte de su vida, no estoy allí. Pero no comprendo como la vida de Christina Aguilera me afecta a mí en la pequeña Nairobi con mi pequeña emisora», comentó Josiah.

«¿Por qué no tenemos estrellas en Kenia? Porque Kamau, que es muy talentoso, será marginado por los medios. Michael Jackson será quien aparezca en su lugar», agregó.

«Cuando Kamau aparezca en la radio, su música será pasada tres veces por semana, a diferencia de los artistas de Occidente que se escucharán unas cuatro veces por día. ¿A quién comprará usted? ¿A quién recordará más?»

Los artistas kenianos a menudo deben sobornar a las emisoras para que pasen su música. Josiah dice que es hora de que la prensa de Kenia comience a apoyar a los artistas del país.

Los kenianos deben sentir más orgullo por su cultura, exhorta. «Si todos compramos nuestra producción artística, eso creará una conciencia en todo el mundo y entonces lograremos vender mucho más», señaló. (FIN/IPS/tra-en/ks/mn/dc aq/cr/01

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