(Arte y Cultura) CINE-CHINA: Todas las espadas contra «El tigre y el dragón»

«El tigre y el dragón» es la primera película hablada en mandarín, el idioma oficial chino, que gana un premio Oscar de Hollywood, pero ese éxito internacional es objeto de fuertes críticas en China.

El majestuoso drama de artes marciales, cuyo éxito hizo prever a muchos una inminente «fiebre china» en Occidente, es acusado aquí de ofrecer una visión distorsionada de las tradiciones orientales, creada sólo para satisfacer el gusto de los estadounidenses de clase media.

Luego de un débil desempeño en este país, «El tigre y el dragón», una coproducción entre China, Estados Unidos, Japón y Taiwan, filmada en China y dirigida por el taiwanés Ang Lee, rompió la barrera de los 100 millones de dólares en recaudaciones en Estados Unidos.

Es la primera película extranjera que bate esa marca en las salas estadounidenses, además de ganar cuatro premios Oscar de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos el mes pasado.

«El propio Ang Lee es un estadounidense de clase media», se burló su colega chino Zhang Ming, para quien ser de clase media está asociado a preferir películas comerciales que traicionan el verdadero arte.

«Ver 'El tigre y el dragón' es como ver una versión china de 'Sensatez y sentimientos', película británica de 1995, también dirigida por Ang Lee», dijo.

«Es un insulto que una película inspirada en las historias de caballeros chinos no haya sido filmada en este país. ¿Por qué? Las artes marciales se originaron en China, pero ni siquiera la famosa «Shaolin Monastery» (Monasterio shaolín) fue filmada aquí», recordó Zhang.

No es nada nuevo que los intelectuales chinos muestren desprecio por las preferencias de los críticos y los espectadores de Occidente.

Cuando Zhang Yimou, el director de cine más famoso de China, fue nominado dos veces para el Oscar a comienzos de la década de los 90, se convirtió en el objetivo favorito de las acusaciones de críticos y académicos chinos. Casi por unanimidad, acusaron a Zhang de haber traicionado el espíritu de su cultura.

Sus películas nominadas, «Ju Dou» y «La linterna roja» mostraban una China atrasada y tiránica, habitada por mujeres oprimidas sexualmente y ancianos impotentes, una sociedad feudal en la que la belleza y el amor estaban prohibidos.

Los críticos sostuvieron que Zhang le dio a los espectadores occidentales la antigua imagen oriental de China que les gusta, llena de experiencias exóticas. Nada en estas obras, aclamadas en Occidente por sus colores y su exquisita fotografía, acordes con la esencia de la estética china, se salvó de las críticas.

Una de los principales acusaciones a Zhang era que su enérgica forma de dirigir y su tendencia a poner énfasis en los mensajes se oponían a la tradición cultural china de la sugestión.

«Esas linternas rojas en las películas de Zhang Yimou son las banderas blancas de la rendición artística de China ante la cultura occidental», dijo en su momento un académico de la Universidad de Beijing.

Diez años después, cuando la primera película en mandarín de artes marciales llegó a los Oscar con 10 nominaciones y volvió con cuatro premios (mejor película extranjera, mejor dirección artística, mejor fotografía y mejor música original), poco parece haber cambiado la opinión de los críticos de cine chinos.

Los círculos especializados tienen el mismo discurso de desaprobación con Ang Lee que tuvieron con Zhang Yimou.

«¿Diez nominaciones al Oscar para la película de Ang Lee? Tal generosidad de la Academia demuestra que los que no saben nada sobre los caballeros chinos del pasado quedan deslumbrados con esas escenas de artes marciales», escribió el crítico Cheng Quingsong, del influyente Fin de Semana del Sur.

«La película fue una carta china que usó Hollywood. Después de 'Sensatez y sentimientos' y 'Ice Storm' (Tormenta de hielo), este es otro movimiento estratégico de Ang Lee para ganar el reconocimiento de Hollywood», aseguró el profesor Huan Shixian, de la Academia Cinematográfica de Beijing.

Sin embargo, la película de Ang Lee parece contener todo en cuanto estilo, idea y decoración que supuestamente Zhang Yimou «traicionó» en sus obras nominadas al Oscar.

La China de «El tigre y el dragón» es una tierra que combina magia, mito y romanticismo. Las escenas de batallas con espadachines voladores se mezclan con escenas de amor en serenos patios y bosques de bambú.

«Manuscrito animado y pintura taoísta», es como describió un crítico occidental el exquisito sentido del arte chino emanado de la elogiada película de Ang Lee.

Algunos periódicos de China, a pesar de la fría recepción que se le dio a la película en este país, admitieron que la obra reunía lo mejor de la «simplicidad y la elegancia» de la cultura china.

«Si 'Gladiador' (la ganadora del Oscar a mejor película) se parece a una antigua pintura de fuertes y ricos colores, entonces 'El tigre y el dragón' es como una pintura de tinta china, fresca y lúcida», escribió Chen Mo en Fin de Semana del Sur.

Entonces, ¿por qué el desaire? «Todos queremos el reconcimiento de Occidente, pero al mismo tiempo nos molesta que otros lo alcancen», explicó un investigador de la Universidad de Beijing.

«Esos argumentos quieren revivir el interminable debate sobre las diferencias culturales entre Occidente y Oriente y sobre cómo salvar esa brecha. Pero en el fondo de todo, es pura envidia», agregó.

El primer premio Nobel de Literatura de China, Gao Xingjian, fue objeto el año pasado de los mismos comentarios por parte de los críticos de su país. (FIN/IPS/tra-en/ab/js/rp/aq/cr/01

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