AMERICA-COMERCIO: Mujeres piden participar en discusión del ALCA

Mujeres representantes de distintos sectores de la sociedad americana reclamaron en la capital argentina mayor transparencia en las negociaciones para la creación del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

La posición fue sintetizada por la activista brasileña Fátima Mello al señalar que «la polémica sobre el adelantamiento de los plazos de la puesta en marcha del ALCA es una cortina de humo que tapa temas sustanciales, como la falta de transparencia de un proceso en el que se define el futuro latinoamericano».

La advertencia de Mello fue una de las más aclamadas por las delegadas de distintos países del continente que asistieron el miércoles en Buenos Aires al seminario «Libre Comercio y Género. Los impactos del ALCA sobre las mujeres».

Mello, del grupo no gubernamental Fase que trabaja para promover los derechos económicos y sociales en Brasil, aludió así a la controversia suscitada por la propuesta de algunos países de adelantar el fin de las tratativas para concretar la integración continental de 2005 a 2003.

«América del Sur no es parte del proyecto geopolítico de Estados Unidos», declaró a su turno la economista Cecilia López Montaña, ex ministra de Planificación de Colombia.

López Montaña señaló que «el nuevo 'patio trasero' (de Estados Unidos) es el área que va de México hasta Panamá, y el desarrollo sudamericano no le interesa».

El seminario, al que asistieron funcionarias, legisladoras, economistas, ambientalistas y empresarias pequeñas y medianas, se realizó en forma paralela a las negociaciones que realizan también en Buenos Aires funcionarios de los 34 países miembros de la Organización de Estados Americanos.

El Comité de Negociaciones Comerciales de América discute desde el lunes un extenso borrador de un documento que intentarán aprobar los ministros responsables de comercio exterior entre este viernes y el sábado.

El documento que propone las bases de funcionamiento del ALCA será examinado en la III Cumbre de las Américas, a celebrarse entre los días 20 y 22 en la ciudad canadiense Québec.

Las organizadoras de la reunión femenina, el Equipo de Seguimiento, Investigación y Propuesta de Políticas para las Mujeres, la Red Internacional de Género y Comercio y la Alianza Social Continental, emitieron una declaración en la que señalan la «profunda preocupación» del sector, por su segregación de las discusiones del ALCA.

Las mujeres americanas coincidieron en que, así como la pobreza, el desempleo, y los déficit en salud y educación, que suelen ser parte de los programas de ajuste, afectan en mayor medida a las mujeres que a los hombres, lo mismo ocurrirá con la conformación de un área de libre comercio en el continente.

La directora del Equipo, Norma Sanchis, consideró fundamental debatir sobre el impacto diferenciado que tendría el ALCA sobre las mujeres.

También criticó a los negociadores por mantener ocultas las discusiones a la sociedad civil, con la única excepción de las grandes empresas que sí aportan a los debates.

Sanchis aludió así al Foro Empresarial de las Américas, que se reúne este jueves y el viernes, y que deliberará junto con los ministros en un plenario a concretarse un día antes del cierre de las discusiones.

Ningún otro sector de la sociedad civil tuvo ese privilegio, recalcó.

«Sabemos que es una iniciativa importante que acentuará las desigualdades ya existentes», lamentó Sanchis, quien advirtió además que el «librecomercio y la libre competencia no son iguales para grandes y pequeñas economías, ni para grandes o pequeñas empresas, ni para hombres y mujeres», puntualizó.

La dirigente aclaró que el movimiento de mujeres no es contrario a la integración sino que protesta por su falta de participación en el proceso a fin de garantizar la equidad de género.

Por su parte, la chilena Coral Pey, de la Red Internacional de Género y Comercio, dijo que a pesar de que cada nación tiene un voto en las negociaciones y que de 34 países hay 27 con economías pequeñas, la discusión es dominada por Estados Unidos en los nueve grupos en que se dividieron los funcionarios.

López Montaño, quien fue asesora del Banco Interamericano de Desarrollo, planteó la necesidad de atreverse a pensar en «un nuevo paradigma macroeconómico», en lugar de seguir retocando el esquema de reformas neoliberales «como hace la mayoría de los economistas latinoamericanos».

La experta colombiana comentó que se acabó la época en que se creía que la macroeconomía tenía un impacto neutral, e inclusive se negaban las especificidades de género.

Además, señaló que es necesario diferenciar la globalización, que es un proceso cultural, de la apertura económica, que es sólo una opción de subirse a ese proceso de mundialización.

López Montaño entiende que el ALCA es una iniciativa de Estados Unidos, seguida por los demás países del hemisferio, pero que dista de ser un acuerdo de integración en el que todos intervienen en una discusión entre iguales.

En este sentido, remarcó que existe una enorme diferencia entre los países de América Central, que recibieron inversiones directas para generar activos nuevos y tecnología de avanzada, y América del Sur, donde el capital externo sólo llegó para comprar empresas ya existentes sin incrementar la riqueza.

«No nos ayudaron en la reconversión productiva y por eso seguimos exportando productos agrícolas y alimentos», advirtió López Montaño.

A su vez, la abogada argentina Haydé Birgin, especialista en políticas públicas y de género, alertó sobre la necesidad urgente de que el movimiento de mujeres «salga del cenáculo», en el que debate en paralelo a las negociaciones formales.

«Actuamos de una manera que nos hace funcionales a esa negociación», criticó la experta, también del Equipo que organizó el seminario.

El secretario ejecutivo de la Alianza Social Continental, el mexicano Héctor de la Cueva, se refirió a los supuestos beneficios del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), del que forma parte su país junto a Estados Unidos y Canadá.

De la Cueva dijo que el TLCAN, que se pone de modelo para el ALCA, «no le conviene a ningún país», porque se crean empleos precarios, en los que no se respetan las leyes laborales ni la protección a la salud.

Agregó que ese acuerdo es mucho peor para las mujeres, a las que se les exige en las maquilas (fábricas instaladas en zonas francas) una prueba de embarazo para ser aceptadas.

Sin embargo, numerosos economistas y funcionarios siguen creyendo que a México le va bien porque su economía crece a un ritmo de siete u ocho por ciento anual, explicó De la Cueva.

El dirigente mexicano aseguró que las negociaciones del ALCA son cerradas, antidemocráticas, en las que «hasta los parlamentos están excluidos».

De la Cueva entiende que esta falta de transparencia responde a la sustancia de un proyecto que, se sabe «profundizará la exclusión social», como ocurrió en su país con el TLCAN.

También la brasileña Mello coincidió en que el único Congreso que interviene con influencia en estas negociaciones es el de Estados Unidos, que amenaza con no otorgarle al presidente George W. Bush la llamada vía rápida (fast track) para negociar acuerdos de libre comercio cerrados con cada nación del hemisferio.

Mello sostuvo además que en Brasil los ministros del área exterior hablan sin pudor de que las ventajas comparativas de su país en el ALCA son los bajos salarios y la escasa protección ambiental.

«Nuestras democracias son muy frágiles y el ALCA no hará más que aumentar esa fragilidad, nuestros parlamentos sólo existen para ratificar lo acordado a puertas cerradas, y los llamados 'intereses nacionales' son en verdad los de las elites empresariales, representados en cancilleres y ministros», dijo.

Mello coincidió con De la Cueva en que el ALCA es una continuación del TLCAN, proyecto que, a su juicio, es mucho más que un acuerdo comercial, y muestra la hegemonía de Estados Unidos sobre la región, a través de la entrega de todo el poder a sus empresas transnacionales.

Nosotras «no sólo queremos negociaciones transparentes para informarnos, sino que queremos participar activamente en la sustancia de las tratativas para transformar el sistema y llevar realmente los compromisos de los gobiernos en materia de equidad de género al interior del ALCA», añadió. (FIN/IPS/mv/dm/if/01

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