AFRICA OCCIDENTAL: Integración regional bajo fuego

A medida que se agrava el enfrentamiento armado en las fronteras comunes de Guinea, Liberia y Sierra Leona, languidece la Unión del Río Mano (URM), una organización creada hace más de 20 años con el fin de profundizar los lazos económicos, sociales y culturales de los tres vecinos.

El Mano es el río más importante que cruza los territorios de los tres estados. En los últimos diez años las guerras civiles y las actividades transfronterizas de grupos insurgentes sumieron a la región en la violencia y la inseguridad, y a la URM en una parálisis casi total.

En los últimos años, Liberia y Guinea se acusaron mutuamente de apoyar a grupos disidentes armados que atacaban a cada uno de los gobiernos, mientras Sierra Leona responsabilizaba a Liberia por su propio y cruento conflicto civil que destrozó al país.

Si bien se había anunciado que la URM se encargaría de resolver los contenciosos fronterizos, sus funciones pasaron a manos de la Comunidad de Africa Occidental (ECOWAS), que ya implementó varios intentos de prevención y resolución de conflictos.

El mes pasado, Liberia expulsó a los embajadores de Guinea y Sierra Leona por «actos reñidos con su condición de diplomáticos», a lo cual contestó Sierra Leona despidiendo al encargado de negocios liberiano. Rápidamente, el gobierno de Liberia cerró sus fronteras y desplegó tropas en el área.

Más de 150.000 refugiados de Liberia y Sierra Leona permanecen en Guinea, estacionados en la frontera y atrapados entre grupos armados. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) describió la situación como «la peor crisis de refugiados en todo el mundo».

Si bien unos 100.000 refugiados fueron repatriados por ACNUR, mientras permanecían cercados eran perseguidos, golpeados, violados o enviados a la cárcel por parte de las fuerzas de seguridad guineanas, según el relato de quienes volvieron a sus hogares.

Algunos murieron al caer en el fuego cruzado, y los que pudieron escapar ingresaron a los territorios bajo control del Frente Revolucionario Unido (FRU), grupo insurgente de Sierra Leona, o a las aldeas liberianas envueltas en las disputas fronterizas.

Un trabajador de una institución humanitaria dijo a IPS que «estos refugiados son un gran problema porque van de una situación de crisis a otra».

Las autoridades de Guinea no ocultan su disgusto con las de Liberia, cuyo presidente, Charles Taylor, es responsabilizado de crear la campaña desestabilizadora en la subregión.

«¿Cómo podríamos hablar de unión con ese criminal (Taylor) quien persiste en fomentar problemas en la región?», se preguntó un colaborador del presidente guineano Lansana Conté. El portavoz agregó que la unión solo podrá revitalizarse «cuando Liberia cuente con un líder sensato».

Por su parte, los gobernantes de Sierra Leona no han hablado sobre la moribunda URM. «Estamos preocupados por la guerra y por la situación de inseguridad como para pensar en la URM. Si los demás miembros se deciden, entonces apoyaremos la Unión», dijo a IPS el asesor del presidente Ahmed Tejan Kabbah.

La URM está completamente desfinanciada y le sería difícil obtener algún compromiso económico de sus integrantes. Los tres países están empobrecidos por la violencia.

La primera irrupción de la violencia en la URM se produjo en 1989 en Liberia, cuando el entonces Frente Patriótico Nacional, de Taylor, se rebeló contra el gobierno civil. La guerra se prolongó siete años y causó la muerte de 150.000 personas, así como una gran destrucción de la economía.

El conflicto se extendió a Sierra Leona cuando un ex cabo del ejército —el entonces poco conocido Foday Sankoh— invadió el país con el FRU, un grupo rebelde conocido por amputar brazos y piernas a los civiles, incluyendo a los niños.

La guerra en Sierra Leona causó 50.000 muertes y desplazó a más de un millón de personas, un cuarto de la población del país, que huyeron a los países vecinos. Pese a que Taylor fue electo presidente de Liberia en 1997, el conflicto está lejos de finalizar.

Un nuevo grupo rebelde, Liberianos Unidos por la Reconciliación y el Desarrollo (LURD), inició otro levantamiento contra el gobierno de Taylor, que además enfrenta las consecuencias de las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas.

Desde septiembre, los rebeldes del LURD lanzan sus ataques desde el territorio de la vecina Guinea y están ganando terreno. Incluso se adjudican la muerte de uno de los ministros del gabinete de Taylor.

En Guinea, mientras tanto, las actividades disidentes en sus zonas fronterizas ya causaron cientos de muertes y provocaron la huida de miles de personas.

Tal como sostuvo un analista político, «la resurrección de la URM podría ayudar a resolver la crisis en la región y a reunir a los tres vecinos enemistados». Sin embargo, los obstáculos para esta reunión aún son enormes. (FIN/IPS/tra-en/lf/mn/dc/ip/01

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