SALUD: Debate sobre sida está distorsionado, afirman expertos

La exclusión de los habitantes del medio rural de Africa subsahariana de los servicios de salud debilita el esfuerzo contra el sida y anularía los beneficios de una eventual rebaja del costo de los medicamentos.

«Se ha distorsionado» el debate sobre la disponibilidad de productos contra el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), que endilga «el papel de villano» a las empresas farmacéuticas, advirtió Ron Gray, un epidemiólogo de la Universidad John Hopkins, de Estados Unidos.

«El meollo del problema no es el costo de los medicamentos, sino su suministro en los países en desarrollo, especialmente en Africa subsahariana", la región más afectada, dijo Gray en la ciudad de Baltimore.

Las compañías farmacéuticas estan de acuerdo. "Se cree erróneamente que si renunciamos a las demandas judiciales sobre propiedad intelectual (de los medicamentod antisida), los problemas se resolverán", observó Mark Grayson, de Pharmaceutical Research and Manufacturers (PHARMA).

Grayson señaló que, aunque se entregaran millones de medicamentos a los países pobres, esos productos no llegarían a las mal atendidas áreas rurales, donde más se necesitan.

La provincia rural de Kagera, en Tanzania, parece ser un ejemplo. Fue una de las primeras zonas afectadas por el VIH (virus de inmunodeficiencia humana) hace 16 años. La mayoría de los 1,9 millones de personas que la habitan, entre las que se cuentan 200.000 huérfanos por sida, están fuera del alcance de los programas de prevención y tratamientos.

Kagera sólo dispone de una escasa cantidad de pequeños centros de atención de salud desprovistos de recursos. Las 10 organizaciones no gubernamentales (ONG) que brindan servicios contra el sida sólo atienden dos de los cinco distritos de la provincia, y los otros no están equipados para esa tarea.

Así mismo, las ONG solo llegan a cinco por ciento de la población de los dos distritos en que se desempeñan, según un estudio presentado al Foro de Desarrollo Africano, que se realizó el año pasado en Addis Abeba.

Grayson descargó la responsabilidad del caso en los gobernantes de los países pobres. «En muchas áreas en desarrollo hay falta de compromiso oficial» contra el sida.

«Zimbabwe, por ejemplo, que presenta uno de los mayores índices de infección, gasta millones con la guerra en Congo y casi nada en VIH, mientras su servicio de salud se derrumba", destacó.

"Se necesitan recursos y voluntad política para promover la cooperación internacional de todas las agencias de salud", dijo Gray, quien se desempeña en el seguimiento del virus con el grupo epidemiológico de referencia del Programa Conjunto de las Naciones sobre Sida (UNSIDA).

"Es preciso presionar al Banco Mundial, fuente de los miles de millones de dólares que se requieren", afirmó Gray, que ha trabajado en Uganda, otro país de gran incidencia del sida. "La epidemia va a aumentar en Africa subsahariana antes de lograrse el compromiso político y la financiación internacional" para detenerla, advirtió.

Sesenta millones de personas estarán a fines de 2002 infectadas por el VIH, frente a 36 millones en la actualidad, según ha calculado el UNSIDA.

El tratamiento de sólo la mitad de los 25 millones de infectados en Africa subsahariana tendría un costo anual entre 3.000 y 5.000 millones de dólares, de acuerdo con previsiones conservadoras.

El Banco Mundial otorgó desde 1986 hasta ahora 1.700 millones de dólares a países en desarrollo para combatir el sida.

Hay 64 medicamentos antisida aprobados y en uso en Estados Unidos y 100 están en elaboración. La mortalidad por sida en Estados Unidos cayó 80 por ciento desde mediados los años 90, cuando fueron fabricados los inhibidores proteásicos, una de las drogas que bloquean el desarrollo del virus.

Pero sólo 500.000 infectados reciben en el mundo en desarrollo el «cóctel» de tres medicamentos que ha abatido la mortalidad en los países ricos, señaló la Fundación Americana para el Estudio del Sida (AmFAR).

La triple terapia que emplea drogas antirretrovirales cuesta entre 10.000 y 15.000 dólares por persona y por año. Un laboratorio de India, Cipla, ofreció versiones genéricas a 350 dólares por persona y año a ONG que trabajan en Africa subsahariana, aumentando la presión sobre los laboratorios farmacétuicos multinacionales.

Las compañías farmacéuticas concertaron con tres países africanos un fuerte descuento por el triple cóctel, que llegaría a 90 por ciento, y se cree que reducirán los precios para todo cliente.

Tom Quinn, otro epidemiólogo de la Universidad John Hopkins, advirtió que los productos antirretrovirales son muy complejos y «no deben suministrarse sin supervisión adecuada".

Tienen severos efectos colaterales y pueden llevar al desarrollo de enfermedades hepáticas y cardiovasculares, y hay serios interrogantes acerca de su suministro a niños, comentó Quinn.

"Un régimen normal a menudo consiste en 17 tabletas, que deben ser ingeridas tres veces por día, la mayoría junto con comidas grasosas para que sean absorbidas mejor. Según la práctica estadounidense, los pacientes que reciben esos fármacos deben ser examinados cuatro veces por año», agregó.

En Kampala, la capital de Uganda, dos series de análisis de laboratorio para comprobar el contenido viral en la sangre del paciente tiene un costo de 140 dólares por persona.

"Para las drogas antirretrovirales, yo recomendaría una atenta terapia. Es necesario observar al paciente a medida que toma los medicamentos para asegurar su efecto y evitar la creación de resistencia a esos productos por mal uso", dijo Gray.

Una vez que se desarrolla la resistencia, la eficacia de las drogas se pierde, como ya ocurrió con la malaria. Además del VIH, los países en desarrollo deben afrontar otras epidemias causadas por la propagación de ese virus, como la tuberculosis y el herpes.

"La única manera eficaz de controlar la epidemia es el desarrollo de una vacuna", afirmó Kevin Robert Frost, de AmFAR, una ONG que apoya estudios de VIH/sida.

Pero prácticamente todas las vacunas en investigación se refieren al VIH de subtipo B, el que prevalece en América del Norte, en Europa y entre los consumnidores de estupefacientes en Tailandia.

Hay ocho subtipos conocidos del VIH-1: A, B, B', C,D, E,F y G. Se trata de distintas familias genéticas con un tronco común.

Si las vacunas en elaboración solo funcionan contra el subtipo B, se deberán desarrollar otras para el resto de los subtipos, como ya ocurrió con la gripe, que cada año requiere nuevos antídotos.

Los subtipos de VIH más comunes en Africa subsahariana son A, D y G, sobre los que no se concentra la investigación de vacunas. (FIN/IPS/trad-en/gm/da/ego-ff/he/01

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