MEXICO: Marcos, expuesto por fin al público escrutinio

El líder de la guerrilla zapatista de México, subcomandante Marcos, habló al público en las últimas tres semanas más que en siete años y agitó aguas de amor y odio.

Marcos, el único miembro no indígena de la jefatura del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), afirma que su protagonismo es un error que debe corregirse. No obstante, permanece ante los reflectores y siempre es el orador principal del grupo.

«El error fundamental de Marcos es no haber cuidado, no haber previsto esta personalización y protagonismo que muchas veces, si no es la mayoría, impide ver lo que está detrás», que es la lucha por los derechos indígenas, señaló él mismo.

Marcos y otros jefes del EZLN, que usan pasamontañas y esconden su verdadero nombre, salieron de las selvas del meridional estado de Chiapas en febrero y luego de dos semanas de viaje por 12 estados, llegaron el último domingo a la plaza principal de la capital para promover ante el Congreso legislativo una ley de derechos y cultura indígena.

«Nunca más un México sin nosotros (los indígenas)», es una de las principales arengas del grupo. Noventa por ciento de los 10 millones de indígenas de México son pobres.

«Se ha construido una imagen de Marcos que no corresponde a la realidad (…), que responde a expectativas románticas e idealistas», ha dicho el jefe rebelde, a quien los servicios de inteligencia identifican como Rafael Sebastián Guillén, un mexicano de más de 40 años.

La imagen de Marcos es la del «hombre blanco en el medio indígena, más cercano a lo que el inconsciente colectivo tiene como referencia: Robin Hood», comentó el subcomandante, al referirse al mito creado en torno de su figura y del EZLN.

«Somos mucho más mediocres de lo que la gente piensa, sobre todo no tan brillantes como la clase política nos concibe», añadió Marcos, que llegó a Chiapas en los años 80 con la idea de formar un grupo insurgente de corte marxista que luego devino en indigenista

Durante el trayecto de 3.000 kilómetros desde el sur y ya en la capital, el líder guerrillero dejó de lado su estrategia de alternar declaraciones con largos meses de silencio.

Su presencia en el corazón político de México, en el mundo de la política real, lo expone a un escrutinio del que aún no se sabe cómo saldrá librado, dijo el analista Humberto Musacchio.

A pesar de las duras críticas que se hacen al EZLN y a su jefe en TV Azteca y Televisa, las dos principales cadenas de televisión, Marcos aún tiene bonos para seguir adelante, aunque la pregunta es qué pasará después, advirtió Musacchio.

Cincuenta y dos por ciento de las 450 personas consultadas telefónicamente por el diario Reforma manifestaron simpatía ante la presencia de los jefes zapatistas en la capital, donde permanecerán hasta que se apruebe la ley indígena, lo que podría tomar meses.

Otra encuesta del mismo Reforma con igual metodología, arrojó 45 por ciento de respuestas favorables a Marcos.

El apoyo al líder del EZLN es envidiable para cualquier jefe guerrillero del mundo, observó Sergio Sarmiento, comentarista de TV Azteca.

Azteca y Televisa organizaron días antes de la llegada de los zapatistas un concierto de música «por la paz», pero cuando los jefes rebeldes ingresaron en la plaza central, el día 11, se mantuvieron en silencio.

El gobierno de Vicente Fox sostiene que la presencia de los zapatistas en la capital es un triunfo de la política y la democracia.

«Ya no se puede hablar propiamente de que el EZLN es un grupo guerrillero, pues ahora hace política y sin armas», declaró Adolfo Aguilar, consejero de seguridad del gobierno.

Apenas tres meses atrás hubiese sido imposible la presencia de Marcos en la ciudad de México, destacó el canciller Jorge Castañeda. En ese momento todavía gobernaba el Partido Revolucionario Institucional, que en agosto sufrió su primera derrota en elecciones presidenciales y en diciembre tuvo que ceder el mando a Fox, después de controlarlo durante 71 años. el

Fox, a diferencia de su predecesor, Ernesto Zedillo (1994- 2000), puso en el primer plano de su agenda la búsqueda de un acuerdo con el EZLN, cuyas demandas de justicia dice compartir.

Para Zedillo, los zapatistas eran un grupo violento, pero minúsculo y no merecían mucha atención.

Los guerrilleros atrajeron a miles de simpatizantes locales y extranjeros a su marcha hacia la capital, y en la plaza central de la ciudad los esperaban más de 100.000 personas en un ambiente festivo, incluso algunos con camisetas y cintillos con la foto de Marcos.

Mientras, sectores conservadores califican a Marcos de farsante y lo acusan de manipular a los indígenas. Además, algunos antiguos simpatizantes de la causa zapatista se manifestaron decepcionados con ciertas declaraciones del líder.

«Quien haya seguido los pasos de Marcos (…) en su viaje a la capital encontrará en la personalidad del 'Sub' elementos muy similares a la historia del doctor Jekill y del señor Hyde», dijo el escritor Germán Dehesa, quien se identifica con sectores progresistas.

Marcos pasó de las declaraciones y los comunicados con alta carga poética a los insultos, y de la exhortación a la tolerancia política a las amenazas y a la advertencia de que puede volver la hora de las armas.

Los guerrilleros se hospedan en una escuela de antropología del sur de la ciudad, donde decenas de indígenas y estudiantes realizan las tareas de seguridad. En las afueras del edificio, cientos de simpatizantes se mantienen la espera de la oportunidad de ver a Marcos. (FIN/IPS/dc/ff/ip/01

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