/Integración y Desarrollo/ AMERICA LATINA: En guardia ante aftosa y vacas locas

Los países de América Latina ponen en marcha diversos dispositivos de defensa ante el mal de las vacas locas y la probable expansión de la fiebre aftosa, enfermedades animales que provocaron un terremoto ganadero en Europa, con Gran Bretaña como epicentro.

Expertos de nueve países de América del Sur se reunieron en Santiago de Chile para analizar criterios de control de sanidad vegetal y ganadera, un frente en que hasta ahora no actúa plenamente la integración y donde más bien rigieron, hasta ahora, criterios de competencia comercial.

El comité técnico del Mercado Común del Sur (Mercosur) sobre Sanidad Animal y Vegetal, creado en Porto Alegre a fines del 2000, comenzó el miércoles su primera reunión en Asunción, con una agenda que tiene como eje neutralizar la fiebre aftosa en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

Julio López, encargado de Cooperación Internacional del Servicio Agrícola y Ganadero de Chile, organizador de la reunión celebrada los días 7, 8 y 9, dijo a IPS que los expertos sudamericanos estudiaron enfermedades emergentes como la encefalopatía espongiforme bovina (EEB).

La EEB, conocida como mal de las vacas locas, no se ha manifestado en América del Sur, pero en los mismos días de la reunión el gobierno chileno anunció el sacrificio de 64 bovinos importados en 1998 de Dinamarca, como medida preventiva ante la enfermedad.

Las autoridades indemnizaron a los propietarios de estos ejemplares de alta productividad láctea. Cada animal tenía un precio estimado de 3.200 dólares.

El día 8, el Instituto Colombiano Agropecuario puso en vigor una resolución gubernamental que prohibe el uso de harinas de carne y otras proteínas animales en la producción de alimento para ganado, práctica de amplio uso en los países industrializados y a la que se atribuye el origen de la EEB.

Este mal, detectada por primera vez en Gran Bretaña en 1986, se transmite a través del consumo de la carne a los humanos, en los cuales causa la enfermedad neurológica de Creutzfeldt-Jakob, que ha causado desde entonces la muerte de 80 personas.

Además, las medidas de prevención contra la EEB ocasionaron millonarios daños a los ganaderos británicos y de la Unión Europea en general.

Según la Oficina Internacional de Epizootias (OIE), en Gran Bretaña se detectaron 1.100 casos de EEB al finalizar 2000.

La misma OIE informó a comienzos de este mes que este año se detectaron 37 reses enfermas en Alemania, cuatro en Bélgica, una en Dinamarca, 30 en España, ocho en Francia, una en Italia, y el mismo número en Holanda y Suiza.

No obstante su peligrosidad, la EEB es visto en América Latina como una amenaza muy improbable y lejana por los ganaderos, al contrario de las aprensiones gubernamentales. Uno de los propietarios de los bovinos daneses sacrificados en Chile no dudó en calificar la medida de «disparate».

Muy distinta es la actitud en América Latina ante el rebrote de fiebre aftosa en Gran Bretaña, donde las autoridades habían dispuesto hasta el día 9 la incineración de 73.000 cabezas de ganado y se aprestaban a someter otras 27.000 al mismo procedimiento.

La fiebre aftosa ha estado presente históricamente en las explotaciones ganaderas de América Latina y está parcialmente erradicada tras sistemáticas campañas de vacunación.

Esta enfermedad de origen viral, que ataca preferentemente a los bovinos con ulceraciones (aftas) en el hocico y pezuñas, se presenta generalmente acompañada de la estomatitis vesicular.

Estas enfermedades rara vez se transmiten a los humanos, pero su presencia impide exportar productos cárnicos y lácteos a países que imponen altos requisitos de sanidad, higiene y calidad a los alimentos.

Figurar en los informes periódicos del Comité Internacional de la OIE como país libre de fiebre aftosa es una meta permanente para todos los gobiernos, pero en especial para los grandes productores ganaderos, como los cuatro estados del Mercosur en América Latina.

La crisis ganadera británica y, por extensión, europea, está causando alzas en los precios de la carne como consecuencia de la caída de la oferta y de las aprensiones de los consumidores de ese continente ante los sistemas de crianza industrializada de cerdos y bovinos.

La recuperación del mercado europeo con carne de bovinos alimentados con pasto natural en vastas praderas es una expectativa cierta para las economías sudamericanas, en especial las del Mercosur.

Pero esta esperanza choca con la presencia de la fiebre aftosa en varios territorios latinoamericanos, donde fue necesario mantener o restablecer sistemas de vacunación.

La última lista del Comité Internacional de la OIE, de febrero de este año, señala que Argentina fue suspendida de la lista de «país libre de aftosa» por cambios en su política de control de la enfermedad, lo cual obligó a las autoridades de ese país a establecer una zona de vacunación del ganado.

El plan, que incluye también la creación de una «zona tapón de frontera» y otra «zona de restricción», implicará la vacunación de 13 millones de cabezas de ganado con un costo de 22 millones de dólares, según informó Víctor Machinea, presidente del Servicio Nacional de Sanidad Animal.

La resolución de febrero de la OIE reintegró a Uruguay a la categoría de país libre de aftosa, mientras Brasil, considerado también en ese rango, debe mantener una zona de su territorio con vacunación, del mismo modo que Paraguay, donde las inmunización debe aplicarse en todo su territorio.

Fuera del Mercosur, el país sudamericano con más focos de la enfermedad es Colombia, según el último informe del Centro Panamericano de Fiebre Aftosa, de mediados de febrero.

Venezuela tiene un solo foco de aftosa, pero de considerable magnitud, en su frontera con Colombia, mientras el mapa de Ecuador muestra pequeños manchones de la enfermedad en áreas limítrofes con Colombia y Perú.

La aftosa está presente en territorio peruano, así como en Bolivia, que muestra focos de esta patología ganadera en las frontera con Perú y con Argentina. De acuerdo con el informe del centro Panamericano, el único país afectado por la aftosa en América del Norte y en América Central es El Salvador.

El ministro de Agricultura de Chile, Jaime Campos, subrayó que la gran preocupación del gobierno en este frente es mantener a este país en el estatus de país libre de aftosa frente a los rebrotes de la enfermedad en los países vecinos y especialmente en Argentina.

Campos recordó que Chile nunca le reconoció a su vecino la erradicación de la aftosa, pese a los informes de la OIE, y que en ese sentido prohibió tanto el ingreso de ganado argentino en pie, así como de productos cárneos argentinos con hueso, medidas que ahora se hacen más rígidas con una zona de exclusión en la cordillera de Los Andes.

No obstante la profundización de los controles y la vigilancia sanitaria ante la virtual emergencia, los contactos a nivel de expertos y de gobiernos indican que en América Latina se está abriendo cauce una nuevo esquema de cooperación ante un nuevo escenario mundial, originado por las crisis ganaderas en Europa. (FIN/IPS/ggr/mj/dv/01

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