/Integración y Desarrollo/ AFRICA: Integración económica y política será realidad

Los mandatarios de Africa se reunirán en julio en Lusaka, la capital de Zambia, para ratificar finalmente la creación de la Unión Africana, que representará la integración económica y política de este continente.

La ratificación significará el cumplimiento del objetivo fijado por los miembros fundadores de la Organización para la Unidad Africana (OUA) en 1963.

«La Unión Africana es el fruto de los esfuerzos por cumplir con las decisiones adoptadas tras la independencia de muchos países africanos, que condujo al nacimiento de la OUA en 1963», declaró el presidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki.

Los mandatarios anunciaron el establecimiento de la Unión Africana tras una cumbre de la OUA realizada en la ciudad libia de Sirte a principios de este mes.

Hasta ahora, apenas 31 estados ratificaron el acuerdo, informó el secretario general de la OUA, Salim Ahmed Salim.

La Unión entrará en vigencia 30 días después de la ratificación de su Acta de Constitución por dos tercios de los 53 países miembros de la OUA y reemplazará a ésta, pero ambas coexistirán durante un período de transición de un año o más.

Si es ratificada, la Unión comenzará a funcionar en la cumbre de la OUA a realizarse el próximo año en Sudáfrica, según un cronograma acordado en Sirte. La reunión de 2002 será la última cumbre de la OUA, que será entonces sustituida por la Unión Africana.

«El fortalecimiento de la unidad africana está de acuerdo con la tendencia mundial hacia la formación de bloques regionales, como la Unión Europea y el Mercosur», señaló Mbeki.

«Todos esos bloques fueron impulsados por la determinación de alcanzar resultados prácticos de manera democrática, que aumenten el nivel de vida de la gente dentro y a través de las fronteras nacionales», añadió el presidente sudafricano.

La Unión Africana estará basada en el modelo de la Unión Europea (UE). Tendrá un parlamento panafricano, un banco central, un fondo monetario, un banco de inversión y un tribunal de justicia. Al igual que en el caso de la UE, su secretaría se llamará «Comisión».

Sin embargo, la Unión conservará algunos elementos de la OUA, dado que el máximo órgano de decisión será la conferencia de los jefes de Estados y cancilleres, agrupados en un consejo ejecutivo que determinará sus propias facultades.

Existen diferencias en la concepción de la Unión, basadas en el ritmo de su establecimiento y la extensión de sus poderes.

Estas discrepancias dividieron a los promotores de la Unión entre aquellos que, como Sudáfrica, desean establecer normas de defensa de la democracia y los derechos humanos en su carta fundacional, y los gobiernos contrarios a esa medida, entre ellos el de Libia.

Mbeki aspira a otorgar a la Unión facultades para intervenir en los países miembros donde se produzcan violaciones a los derechos humanos, pero el presidente libio Muammar Gadafi y sus partidarios pretenden establecer el bloque rápidamente y sin trabas.

En cambio, el mandatario sudafricano opina que los jefes de Estado no deben comprometerse unilateralmente a formar la Unión, sin consultar a sus respectivas ciudadanías.

Tanto Nigeria como Sudáfrica, los países más desarrollados de Africa, eran escépticos sobre la idea de la Unión Africana al principio.

Sin embargo, tras la reciente cumbre de Togo, el gobierno de Sudáfrica comenzó a respaldar firmemente la iniciativa y solicitó al parlamento que ratificara en forma rápida la ley sudafricana de fundación de la Unión antes de la reunión de Sirte.

Egipto y Marruecos también están escépticos, en especial por la prominencia de Gadafi en las primeras etapas de las deliberaciones sobre la creación del nuevo bloque.

No obstante, la mayoría de los diplomáticos africanos prevén que el proceso se acelerará ahora que Nigeria, Sudáfrica y Argelia se involucraron estrechamente en el proyecto.

La propuesta Unión Africana podría ser facultada para intervenir e incluso expulsar a estados miembros que actúen contrariamente a la democracia, el buen gobierno y los derechos humanos, explicó el vicepresidente sudafricano Jacob Zuma.

Esto marcaría un notable alejamiento de la política de «no intervención» de la OUA en los asuntos domésticos de sus países miembros.

Los presidentes de Sudáfrica, Nigeria y Argelia, que por mandato de la OUA elaboran un programa continental económico y de desarrollo llamado Plan de Renacimiento Africano del Milenio, han integrado el plan con el proceso de la Unión Africana. (FIN/IPS/tra-en/mn/mlm/ip-dv/01

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