India se rehúsa a dialogar con el régimen militar de Pakistán sobre la disputada región de Cachemira pese a los esfuerzos del secretario general de la ONU, Kofi Annan, durante su última gira por Asia meridional.
Nueva Delhi se mantuvo firme en su posición de que la clave para una solución sobre Cachemira radica en un diálogo bilateral precedido por el cese del supuesto apoyo de Pakistán al terrorismo transfronterizo.
Por su parte Annan, quien inició su gira por cuatro países el día 10, rechazó la solicitud de Pakistán de intervención de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en el conflicto, a menos que India estuviera de acuerdo.
La clave para la paz en Cachemira no radica en la aplicación de las resoluciones de la ONU de 1948, sino en acuerdos bilaterales como el de Shimla (1972) y el de Lahore (1999), dijo Annan.
El acuerdo de Shimla estableció la Línea de Control, que divide a la región de Cachemira entre India y Pakistán. La parte controlada por Nueva Delhi constituye el único estado indio de mayoría musulmana, y ya fue causa de tres guerras entre ambos países.
La Declaración de Lahore fue firmada luego de que el primer ministro indio Atal Bihari Vajpayee hiciera un simbólico viaje en autobús hasta la ciudad paquistaní de Lahore para impulsar una iniciativa de paz con el ex mandatario paquistaní Nawaz Sharif, derrocado en octubre de 1999 por el general Pervez Musharraf.
En una conferencia de prensa realizada el viernes en Nueva Delhi tras una reunión con el canciller indio Jaswant Singh, Annan manifestó su confianza en que ambas partes se abran al diálogo.
En su reunión en Islamabad con Musharraf, éste se comprometió a impulsar un pronto retorno a la democracia de modo que para octubre de 2002 esté instaurado un gobierno civil. La ONU trabajará para acelerar el proceso, dijo el secretario general.
«Para que el diálogo sea exitoso, debemos preparar primero una atmósfera propicia», declaró el canciller indio Singh, quien actualmente ocupa también la cartera de Defensa.
Singh, un ex oficial del ejército, responsabilizó a Musharraf por una guerra no declarada que estalló en 1999 en la zona de Kargil, cuando mujaidines paquistaníes cruzaron la Línea de Control, aunque Islamabad sostiene que fueron militantes separatistas cachemiros.
La guerra terminó con la intervención del entonces presidente estadounidense Bill Clinton, quien pidió el retiro de los invasores del territorio indio y exhortó a ambos países a retomar el espíritu de la Declaración de Lahore, firmada en febrero de 1999.
Pero aquella iniciativa de Vajpayee y Sharif se había ido a pique con el conflicto de Kargil, y se hundió todavía más con el golpe militar de octubre de ese año, que envió a Sharif a la cárcel y luego al exilio en Arabia Saudita.
El golpe de Musharraf redujo aún más las probabilidades de negociación diplomática, y Vajpayee evitó toda posibilidad de encuentro con su par paquistaní en reuniones internacionales.
India incluso vetó la última cumbre programada de la Asociación de Asia Meridional para la Cooperación Regional (SAARC) en diciembre de 1999 con el argumento de que Pakistán, por estar bajo una dictadura militar, no podía participar.
El Comité Permanente de SAARC, integrado por los cancilleres de los paíes miembros, decidirá en mayo dónde y cuándo tendrá lugar la próxima reunión.
También en mayo terminará la tregua en Cachemira, vigente desde el pasado noviembre. Los analistas consideran que el futuro de SAARC está inextricablemente ligado a la cuestión de Cachemira.
Annan ofreció la ayuda de la ONU para destrabar las negociaciones. «Este es el momento adecuado para que India y Pakistán reanuden el diálogo», dijo.
«Estoy dispuesto a respaldar el diálogo de cualquier manera. Mis oficios estarán a disposición si las dos partes desean los auspicios de las Naciones Unidas», añadió el secretario general. (FIN/IPS/tra-en/rdr/js/mlm/ip/01
