ECONOMIA-BRASIL: Industria confirma expectativas de crecimiento

La producción industrial de Brasil aumentó 11,2 por ciento en enero en comparación con igual mes del año pasado, fortaleciendo las expectativas de un crecimiento económico superior a cuatro por ciento este año, pese a influencias negativas del exterior.

«No será ninguna sorpresa» si la actividad industrial supera este año el crecimiento de 6,5 por ciento de 2000, auguró Silvio Sales, del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), al divulgar este martes los resultados de enero.

La economía brasileña, que hasta la devaluación del real de enero de 1999 fue el motor del crecimiento de los países del Mercosur (Mercado Común del Sur), tuvo una expansión de 4,2 por ciento el año pasado, impulsado por la fuerte recuperación industrial.

El ritmo se mantuvo en enero, sugiriendo la consolidación de un nuevo nivel de producción, más equilibrado por el aumento de 7,8 por ciento del sector de bienes no durables, dijo Sales.

El mejor desempeño de áreas industriales vinculadas a la agricultura y a la producción de bienes de consumo corriente indica la entrada de nuevos consumidores en el mercado, explicaron economistas del IBGE.

Además, la industria de bienes de capital se destacó con una expansión de 24,7 por ciento. La fuerte demanda de máquinas y equipos ampliará la capacidad de producción de todos los sectores.

Diecisés de las 20 ramas industriales consideradas en el informe del IBGE mejoraron respecto de enero de 2000. A la cabeza se encuentran las industrias de material eléctrico y de comunicaciones, con un crecimiento de 27,6 por ciento, y las siguen las de alimentos, con 16,7 por ciento.

En relación a diciembre, el producto industrial de enero cayó 2,7 por ciento, pero se trata de un resultado habitual, ya que el último mes del año es el de mayor consumo, debido a las fiestas tradicionales y al pago del aguinaldo a los trabajadores.

La Confederación Nacional de la Industria confirmó la tendencia con sus propios registros de actividad en enero, que señalan un aumento de 15,81 por ciento de las ventas, 7,14 por ciento de los salarios netos y 2,28 por ciento del empleo, en comparación con igual mes del año pasado.

El incremento de los trabajadores ocupados, de salarios y ventas en el comienzo del año parece anunciar un crecimiento sostenido de la industria, especialmente a partir de este mes de marzo, dijo Roberto Faldini, director de Estudios de la Federación de las Industrias de Sao Paulo, el estado más industrializado del país.

Los bienes de consumo durable, especialmente alimentos, tendrán otro empuje a partir de abril, cuando el salario mínimo aumentará 19,2 por ciento, hasta 180 reales (cerca de 90 dólares).

Las previsiones alentadoras contrastan, sin embargo, con el desempeño negativo de las bolsas de valores en los últimos días y con el comportamiento del real, que cayó casi seis por ciento en relación con el dólar en lo que va de este año.

Tales resultados son atribuídos a factores externos, como la crisis argentina y los temores de recesión en Estados Unidos y Japón.

También, a los problemas políticos que enfrenta el gobierno brasileño, acosado por denuncias de corrupción de dirigentes de la coalición oficial, que ya determinaron la sustitución de dos ministros.

La desaceleración del crecimiento de Estados Unidos no afectará la economía brasileña, según creen las autoridades y muchos economistas locales. Puede incluso ser favorable a Brasil, al determinar la reducción de tasas de interés en Estados Unidos y elevar la cotización del euro respecto del dólar, observó el presidente del Banco Central, Arminio Fraga.

Tales cambios llevarán inversiones externas adicionales a países en desarrollo y un euro fortalecido estimulará las exportaciones a la Unión Europea, el principal mercado fuera del Mercosur tanto para Brasil como para Argentina.

Así mismo, el crecimiento de Brasil puede ayudar a Argentina a superar tanto su estancamiento de más de 30 meses como la crisis de confianza que afecta su gobierno, esperan dirigentes brasileños.

El persistente déficit comercial, que pese a la depreciación del real ya suma 556 millones de dólares este año, poco preocupa a Fraga, pues es compensado por un elevado volumen de inversiones extranjeras. (FIN/IPS/mo/ff/if/01

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