Los mercados financieros de Argentina celebraron hoy la designación de un nuevo ministro de Economía, en medio de dudas sobre la capacidad para acabar con 30 meses de estancamiento de un hombre considerado fanático de la solvencia fiscal.
El nuevo ministro, Ricardo López Murphy, aseguró que la convertibilidad de la moneda se mantendrá, al igual que la paridad uno a uno entre el peso y el dólar.
También afirmó que seguirá adelante el programa de compromiso con los acreedores que inició su antecesor José Luis Machinea, respetando las restricciones del presupuesto ya aprobado.
La bolsa de valores tuvo una jornada signada por el alza de todas las acciones, en la misma tendencia del viernes, cuando se supo que Machinea presentaría su renuncia indeclinable al cargo que ocupaba desde el comienzo del gobierno de Fernando de la Rúa, en diciembre de 1999.
En suspenso quedó la eventual designación del ex ministro de Economía Domingo Cavallo, quien no pertenece a la coalición gobernante, como presidente del Banco Central en caso de que sea desplazado el actual titular, Pedro Pou, acusado de fracasar en el control del lavado de divisas.
De la Rúa tomó juramento este lunes a López Murphy, luego de agradecer el «enorme esfuerzo» de Machinea. Si bien en el corto plazo la política de restricción de gastos y ajuste fiscal se mantendrá de acuerdo con lo anticipado por el flamante ministro, los mercados reaccionaron muy favorablemente.
El ministro de Desarrollo, Industria y Comercio de Brasil, Alcides Tapias, se mostró preocupado por la defensa que hace López Murphy de una mayor apertura y de negociaciones directas con Estados Unidos. Brasil es el mayor socio del Mercado Común del Sur (Mercosur), bloque que también integran Argentina, Paraguay y Uruguay.
«A largo plazo perdemos todos», según Tapias, porque los países aislados carecen de capacidad para negociar con Washington. Brasil es, además, el principal socio comercial de Argentina.
Pero, en general, los expertos brasileños señalan que la designación de López Murphy es la salida natural, y que su gestión no dañará la economía del Mercosur, sino que, por el contrario, la fortalecerá por profundizar el ajuste y permite promover un crecimiento, aunque pequeño en los próximos años.
Este lunes, el uruguayo Enrique Iglesias, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, afirmó que De la Rúa «hizo una muy buena elección» con la designación de López Murphy.
Mientras, el ministro de Economía de Uruguay, Alberto Bensión, calificó a su nuevo par argentino de «gran técnico y profesional». «Es un gran amigo de Uruguay», dijo, al recordar su vínculo con el Banco Central de ese país en carácter de asesor.
Tras un año en que no logró el crecimiento de la economía ni la reducción del desempleo de 14 por ciento, Machinea obtuvo a fin de año un crédito de más de 40.000 millones de dólares de organismos financieros multilaterales y gobiernos, con el objeto de asegurar el pago de los compromisos externos de este año.
El hoy ex ministro pensaba dejar el cargo uan vez que el efecto político y económico del crédito se tradujera en una mejora de los indicadores económicos, pero el efecto esperado no llegó, aun con la reactivación mejorada y una baja de la recaudación.
Los analistas dedicados a interpretar los humores del mercado explicaban que el problema de Machinea era que no generaba confianza. Es decir, llevaba adelante el ajuste requerido pero no manifestaba creer suficientemente en él, y eso lo hacía blanco del descreimiento de inversores financieros y productivos.
«La pérdida de confianza influyó en él. La prensa preguntaba cuándo se iría, y eso influye», explicó el presidente De la Rúa tras la difusióne l domingo de una encuesta dela consultora Ibope según la cual siete de cada 10 argentinos consideraban la gestión de Machinea pésima, mala o regular.
En cambio, el nuevo ministro, un liberal considerado «fiscalista por excelencia», tuvo desde siempre el guiño de los mercados como eventual reemplazante de Machinea.
Pero De la Rúa necesitaba al asumir en diciembre de 1999 colocar en la cartera economica un ministro que satisficiera a los socios más progresistas de la coalición.
Los dirigentes del Frente País Solidario, que integran la Alianza gobernante, aceptaron con entusismo la designación de Machinea, pero su estrategia, limitada al ajuste, no consiguió generar confianza ni de los inversores ni de los consumidores.
Eso terminó por distanciarlo también de los políticos que lo habian catapultado al cargo.
Cuando la Alianza estrenaba la Presidencia, Lopez Murphy era rechazado por ortodoxo entre los dirigentes del Frente País Solidario. El ahora ministro había dicho en plena campaña electoral que el nuevo gobierno debía bajar entre 10 y 15 por ciento los salarios a fin de mejorar la competitividad.
El Frente vetó entonces su designación como ministro de Economía, pero De la Rúa, que lo tenía entre sus personas de confianza, lo incorporó al gabinete como ministro de Defensa. Allí se desempeñó con discreción hasta este fin de semana, cuando Machinea presentó su renuncia.
«Esto es como reeditar el plan de Machinea, pero con alguien más confiable, lo que asegura un empuje inicial», explicó este lunes el economista Eduardo Blasco, de la consultora financiera Maxinver.com.
«Machinea no tenía credibilidad porque pertenece a un sector de la Alianza que no cree en el capitalismo, en los mercados, en la economía abierta y en la reducción del Estado. Por eso se tuvo que ir», interpretó, a su vez, el economista Carlos Rodríguez, presidente del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina.
Pero el perfil ortodoxo de López Murphy, avalado por los mercados, causa temor entre productores industriales y rurales, sindicatos y dirigentes del Frente, que el domingo recordaron en un comunicado la necesidad de reactivar el mercado interno, impulsar el crecimiento y crear nuevos empleos.
La Unión Industrial Argentina, a través de su presidente Osvaldo Rial, advirtió que «el ajuste no es suficiente» para poner en marcha la economía. «La renuncia de Machinea sobrevino por el fracaso del ajuste. Ahora es necesario un cambio para conseguir la reactivación económica y del mercado interno», dijo.
Del mismo modo se expresó en un comunicado la Confederación General Empresaria. Tras manifestar su respaldo al nuevo ministro, el grupo reclamó «medidas inmediatas para reactivar el mercado interno».
A su turno, los dirigentes sindicales también expresaron su temor por nuevos ajustes de salario. La dirigente de maestros y profesores Marta Maffei dijo que López Murphy «tiene una posición dura» respecto del gasto, y que esa cualidad, considerada una garantía para los mercados, es «una amenaza» para la educación publica.
Maffei se puso en alerta ante los proyectos de López Murphy cuando era miembro de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas y pugnaba por el empleo más eficiente del gasto en las universidades estatales, que encerraba la eventualidad de cobrar aranceles.
Pero las advertencias más claras se originaron dentro del propio gobierno.
Los dirigentes del Frente País Solidario, emitieron este domingo un comunicado en que reiteraron su respaldo a la continuidad de la Alianza, y manifestaron su respeto al derecho del presidente para decidir el nombre de sus colaboradores.
No obstante, en el mismo comunicado advirtieron: «Ya quedó demostrado que si el compromiso con la solvencia fiscal no va acompañado con un fuerte estímulo a los sectores productivos y con nuevas políticas activas, el esfuerzo que viene haciendo desde hace años el conjunto de la sociedad se perderá».
«Un cambio de nombres sin la definición de la política puede llevar alivios y recrear expectativas en los mercados en el corto plazo, pero se podría volver a tropezar con la misma piedra, luego de transcurridos los primeros meses de gestión si no se establece un plan estratégico de crecimiento con equidad», remarcaron.
El presidente del Frente País Solidario, Carlos Alvarez, señaló este lunes que la clase media y los sectores productivos no pueden seguir haciendo todos los esfuerzos si el gobierno no consigue controlar la evasión impositiva ni poner en marcha la economía.
Alvarez abandono su cargo de vicepresidente en octubre, desatando una crisis política que estuvo cerca de quebrar la Alianza formada por el Frente País Solidario y la Unión Civica Radical, a la que pertenecen De la Rúa, Machinea y López Murphy.
La renuncia respondió a lo que consideró como una falta de respaldo a su campaña para combatir la corrupción en el Senado.
La coalición sigue unida, pero la falta de reactivación de la economía, que retrocedió cuatro por ciento en 1999 y tuvo un crecimiento prácticamente nulo en 2000, no contribuyen al acercamiento entre los dirigentes del Frente y los radicales, que se ubican más a la derecha en el espectro ideológico.
No obstante, Alvarez aclaro que no se opone a ningún nombre, pues su apoyo no es a personas sino a políticas. En este sentido, tampoco vetó la posibilidad de que, en el mediano plazo, también Cavallo se incorpore a la administración de De la Rúa.
Los diarios económicos destacaron este lunes que con López Murphy se inicia una nueva etapa. Y si bien muchos consideraron su llegada «un giro conservador», no faltaron quienes señalaron que el nuevo ministro es un economista «pragmático» que, si bien cree en la solvencia fiscal, podría adoptar medidas activas.
Para el rotativo Buenos Aires Económico, el problema no es la designación de un técnico en economía sino en la falta de liderazgo presidencial y en la lentitud para tomar decisiones, falencias que habrían marcado el desgaste precipitado de Machinea y que podrían operar igual sobre su sucesor. (FIN/IPS/mv/mj/ip if/01
