/Día Internacional de la Mujer/ DERECHOS HUMANOS: Mujeres deben participar en diálogos de paz

Las mujeres deben integrar las mesas de negociación de paz en las conflagraciones bélicas, propuso hoy Carmen Magallón, analista del Centro de Investigación para la Paz, un observatorio de conflictos radicado en la capital española.

Magallón mencionó en ese sentido la labor de organizaciones femeninas como la Red de Mujeres de Angola y de la Ruta Pacífica, de Colombia, así como Mujeres de Negro y Bat Shalom, dedicadas a impulsar la paz entre árabes e israelíes.

Pero ese trabajo no es reconocido por las partes en conflicto a la hora de sentarse a la mesa de las negociaciones. Es necesario que la participación femenina no se limiten a los niveles de base, de desarrollo de la conciencia y de la reconciliación, advirtió.

Magallón se refirió en especial a los conflictos bélicos en América Central, donde una nueva esperanza para la reconstrucción de esos países son movimientos de mujeres «con una fuerte influencia feminista no siempre reconocida, por el prejuicio de la izquierda y de la derecha».

Esos movimientos femeninos «pueden afrontar el reto de reconstruir la memoria histórica de la guerra desde la perspectiva femenina y mostrar los dolores invisibles de quienes, en apariencia, nunca realizaron grandes actos de heroísmo», sostuvo.

Pero eso sólo será imposible si las organizaciones de mujeres reciben apoyo, incluso financiero, «de quienes tanto pregonan el importante papel que ellas desarrollan desde las instituciones de ayuda de emergencia y cooperación para el desarrollo», agregó.

La directora ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas, Thoraya Ahmed Obaid, coincidió con esta posición. «Las mujeres tienen un papel esencial en la prevención de conflictos y en su finalización», dijo, en su mensaje con ocasión del Día Internacional de la Mujer, que se celebra este jueves.

«Las mujeres, que junto con los niños constituyen la gran mayoría de los afectados» por la guerra, «son especialmente vulnerables y tienen derecho a que se las proteja más y se las apoye mejor», sostuvo Obaid.

El Día Internacional de la Mujer, que se conmemora todos los 8 de marzo, será recordado en España con actos, manifestaciones, presentación de libros, páginas web y revistas, así como en ediciones especiales en radio y televisión.

En algunas provincias españolas se realizará una paralización de actividades en los lugares de trabajo durante cinco minutos, convocada convocados por la Confederación General de Comisiones Obreras, una de las dos centrales sindicales mayoritarias.

Estos actos fueron programados con el fin de reclamar un avance más rápido en el reconocimiento efectivo de la igualdad de género y el cese de la discriminación laboral y social.

También se exigirá el fin del maltrato y la tortura contra las mujeres, que constituyen una práctica cotidiana en todo el mundo, sostuvo el martes la organización de derechos humanos Amnistía Internacional.

Angeles Alvarez, coordinadora del español Fondo para la Prevención de la Violencia de Género, opinó que no corresponde utilizar el término «violencia doméstica», sino «terrorismo doméstico», «una acepción más política y que identifica mejor la violencia de género».

El informe de Amnistía señaló también que el hogar es, en muchos casos, «un lugar de terror», pues «la violencia doméstica es un fenómeno auténticamente global».

Ese tipo de violencia también se aprecia en la explotación de la prostitución, sector en el que campean las mafias organizadas. En España frecuentemente se descubren bandas que engañan a mujeres de países en desarrollo con promesas de trabajo y que son obligadas a prostituirse.

Esa actividad «es la tercera fuente de ingresos de la delincuencia organizada internacional, después del tráfico de drogas y de armas», añade el informe de Amnistía, presentado el martes en Madrid.

Ese comercio, los malos tratos y la violencia «tienen sus raíces en una cultura global que niega a la mujer los mismos derechos que al hombre y que legitima la apropiación violenta del cuerpo de la mujer para satisfacer deseos individuales o para alcanzar fines políticos».

La Comisión Europea calculó que las mujeres ganan un salario promedio 28 por ciento inferior al de los hombres. Esa diferencia se aprecia también en el acceso a los puestos directivos de las empresas y de la administración pública, donde es notoria la mayoría masculina.

No obstante, en ese panorama crítico se apuntan algunas acciones positivas. Por ejemplo, las Cámaras de Comercio de España contribuyeron el año pasado a la creación de 708 nuevas empresas gestionadas por mujeres, tras asesorar a 6.765 empresarias y emprendedoras.

Pero son escasos los círculos de mujeres que logran beneficiarse con semejantes acciones. (FIN/IPS/af/mj/hd/01

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