DESARROLLO: La ayuda financiera no compra reformas

La modalidad de brindar asistencia financiera a países en desarrollo a cambio de reformas económicas estructurales no es efectiva, concluyó un nuevo estudio del Banco Mundial sobre Africa.

El informe «Asistencia y reforma: Lecciones de 10 casos estudiados», hecho público el martes, confirma la idea cada vez más generalizada dentro del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) de que las complejas condiciones de préstamo no obtienen los resultados buscados.

«El estudio demuestra que la asistencia financiera no puede comprar las reformas en los países pobres que están abiertamente en contra a ellas», dijo Shanta Devarajan, economista jefe de la Red de Desarrollo Humano del Banco, editora del estudio.

«Aun el paquete de ayuda financiera más generoso y bien intencionado carecerá de impacto en la vida de la población, si el país no cuenta con una estrategia propia para el desarrollo», agregó.

El estudio examina cómo la ayuda para el desarrollo influyó en las políticas económicas de Africa, y toma como base los casos de Costa de Marfil, Etiopía, Ghana, Kenia, Malí, Nigeria, República Democrática de Congo, Tanzania, Uganda y Zambia.

El trabajo brinda nuevos argumentos a aquellos que piden una revisión de las prácticas de préstamos del Banco Mundial y del FMI, instituciones creadas en la localidad estadounidense de Bretton Woods poco después de la segunda guerra mundial.

Kenia recibió un total de 3.000 millones de dólares de ayuda a cambio de una serie de reformas económicas estructurales entre 1976 y 1996. Pero muchos de esos programas fueron diseñados cuando el país afrontaba una severa crisis y necesitaba de forma urgente el rescate financiero.

El gobierno acordó de inmediato las reformas, pero nunca las implementó.

«A veces, se otorgaron los préstamos aun cuando las probabilidades de que se aplicaran las reformas eran pocas. En otras ocasiones, los prestamistas se contactaron con técnicos bien intencionados, pero que tenían poco respaldo político», señala el informe.

Las instituciones de Bretton Woods presentaron en 1999 sus Documentos de Estrategia para la Reducción de la Pobreza, que establecen las pautas de los préstamos para naciones pobres, en un intento porque éstas tengan más participación en el diseño de las reformas estructurales a las que se comprometen.

Las pautas de los Documentos de Estrategia en teoría permiten a los países pobres establecer sus propias prioridades sociales y económicas a través del diálogo entre el gobierno, el sector privado y la sociedad civil con las instituciones financieras internacionales.

Sin embargo, aun esta estrategia establece estrictas condiciones, pues recompensa con nuevos préstamos a los países que logran avances en las reformas económicas y recorta el financiamiento a aquellos que no las implementan.

«Sólo habrá verdaderas políticas de reducción de la pobreza locales si el FMI y el Banco Mundial dejan de condicionar su apoyo a estos gobiernos tan vulnerables», sostuvo Fantu Cheru, profesor en la Universidad de Washington.

Este condicionamiento impide que los gobiernos consulten a amplios sectores de la población, ya que están obligados a satisfacer los deseos de los prestamistas antes que buscar medidas eficaces contra la pobreza, dijo Cheru en un informe para la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Muchos gobiernos africanos debieron cumplir en parte con las condiciones, ya que los préstamos eran su única fuente de financiamiento, a través de la Asociación para el Desarrollo Internacional.

El Banco asegura que el proceso de otorgamiento de préstamos es cada vez más participativo, pero la realidad parece no haber cambiado demasiado.

«La experiencia en varios países donde se aplicaron los Documentos de Estrategia demostró que lo que en realidad se busca es obtener consenso para aplicar las reformas», dijo Cheru.

El experto estudió la aplicación de los Documentos en Benín, Chad, Ghana, Kenia, Mozambique, Senegal, Tanzania, Zambia y Uganda.

El número promedio de condiciones que establece el Banco Mundial para préstamos a los países subsaharianos aumentaron de 32 entre 1980 y 1982 a 56 a fines de esa década, de acuerdo con estudios independientes aprobados por el organismo.

En 1999, el Banco Mundial y el FMI impusieron un promedio de 144 condiciones a 13 nacionas subsaharianas. Tanzania, con 150 condiciones, fue la que encabezó la lista, según datos de la organización no gubernamental Globalisation Challenge Initiative.

Algunas de estas condiciones son sumamente detalladas, intervienen en el presupuesto local y dan números precisos de despidos en sectores particulares.

Las condiciones de préstamo aumentaron notoriamente desde los 80, cuando eran utilizadas sólo para asegurar que los créditos serían luego pagados. Ahora son parte de una estrategia para reformar la economía mundial, exigiéndole a los gobiernos cada vez más apertura de sus mercados.

«Siempre le dije a mis colegas que si uno tiene 67 condiciones, entonces no tiene condiciones. ¿Por qué no reducirlas a tres o sólo a las más importantes?», afirmó David Dollar, del Grupo de Investigación para el Desarrollo, integrante del equipo que elaboró el informe.

El aumento de las condiciones de préstamo ocurre en momentos en que escasea la asistencia extranjera para el desarrollo en Africa subsahariana. La ayuda cayó de 32 dólares por habitante en 1990 a 19 dólares en 1998, lo que obligó a los países de la región a acudir a los préstamos del FMI y del Banco Mundial.

Todavía está por verse si el informe tendrá algún efecto en la política de préstamos de las instituciones financieras. El estudio forma parte de una serie de documentos que serán discutidos en la reunión anual del FMI y del Banco Mundial prevista para abril. (FIN/IPS/tra-en/gm/da/rp/mlm/dv/01

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