DERECHOS HUMANOS: UE presta atención a niños de la guerra

La Unión Europea (UE) discute cómo atender las necesidades de los niños atrapados en conflictos armados para determinar su contribución a la asamblea especial sobre el caso que la ONU realizará en septiembre.

Suecia, actual titular de la presidencia rotativa de la UE, celebró esta semana en la localidad de Norrkoping un seminario sobre la suerte de esos niños para revisar la aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989 y ver qué medidas concretas puede tomar la comunidad internacional en el futuro.

La principal oradora, Graça Machel, autora de un destacado informe de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) sobre los niños en situaciones de conflicto armado, dijo que la comunidad internacional no cumplió la promesa de 1989 para proteger a los niños de la «violencia, la explotación y abusos de todo tipo».

«Es inaceptable que la soberanía nacional tenga precedencia sobre la seguridad de los niños y que aún no exista un organismo de la ONU con un mandato expreso o mundial para proteger a las personas desplazadas internamente», declaró.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) calculó que en la última década los conflictos armados provocaron la muerte a más de dos millones de niños y niñas, y dejaron huérfanos a un millón adicional.

Así mismo, se cree que unos seis millones fueron mutilados o heridos, mientras muchos de los sobrevivientes sufrieron daños psicológicos. Más de 300.000 niños participan en las guerras del mundo y dicha violencia obligó a más de 20 millones a huir de sus casas.

«El desplazamiento es especialmente peligroso para los niños. Los priva de la seguridad de su comunidad y los expone a múltiples peligros», dijo Machel.

«Los hace más vulnerables a la desnutrición, la enfermedad, la violencia, las violaciones y el reclutamiento forzoso», agregó.

Machel exhortó a la UE a tomar medidas más concretas para atender a las necesidades de los niños en esta situación y a cumplir con el objetivo internacional de aportar 0,7 por ciento del producto interno bruto a la ayuda oficial al desarrollo.

También subrayó la necesidad de mejorar la calidad y el alcance de la educación a los niños en situación de conflicto y refugio y destacó el vínculo entre el acceso a la educación y la recuperación psicológica.

Los participantes del seminario -funcionarios de la UE y la ONU y representantes de organizaciones no gubernamentales- dijeron que este tipo de problemas se agravó en la última década, ya que los niños son utilizados cada vez más como rehenes, combatientes y con fines de explotación sexual.

Los participantes coincidieron que es tan necesario atacar las causas de la guerra -la pobreza, desigualdad, enfrentamientos étnicos o raciales- como ayudar a paliar sus consecuencias.

Parte de la solución radica en asegurar que los «campos del asilo, la recepción de los refugiados y la migración, por una parte, y la cooperación para el desarrollo y la asistencia humanitaria, por otra», tomen en cuenta las necesidades especiales de los niños, dijeron en una declaración final.

Olara Otunnu, Representante Especial del Secretario General de la ONU para la Infancia y los Conflictos Armados, planteó la necesidad de un mecanismo independiente para supervisar e informar sobre la situación de los niños afectados por la guerra.

También hizo hincapié en la importancia de incluir las normas y valores locales a la protección de la infancia, y la necesidad de incluir a los jóvenes en programas de rehabilitación posteriores al conflicto.

Lars Loof, psicoterapeuta de la alianza internacional Salven a los Niños, destacó que los niños afectados por la guerra no sólo deben recibir educación de calidad y asesoramiento en los campos de refugiados, sino también la oportunidad de participar en la recuperación de sus derechos.

Cuando los niños experimentan hechos traumáticos en tiempos de guerra, sufren ansiedad por el temor a ser separados de sus familias y pueden recluirse en sí mismos o tener dificultades de concentración en la escuela, dijeron expertos en el seminario.

Cuatro niños refugiados de Bosnia, ahora estudiantes de secundaria en Norrkoping, realizaron varias intervenciones en el seminario para ayudar a los demás participantes a comprender mejor sus necesidades.

Mientras los 15 estados de la UE procuran armonizar sus políticas de asilo y migración, los 189 estados miembros de la ONU se reunirán del 19 al 21 de septiembre para revisar la aplicación de la Convención de los Derechos del Niño de 1989 y protocolos optativos sobre los niños combatientes.

La sesión especial sobre la infancia de la Asamblea General de la ONU sucederá así a la Cumbre Mundial para los Niños realizada en 1990. Desde entonces, el derecho internacional ha avanzado, declaró Poul Nielson, comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria.

El Consejo de Seguridad, por ejemplo, reconoce ahora que el impacto que tienen los conflictos armados en los niños constituye una amenaza a largo plazo para la paz y la seguridad, destacó Nielson.

El comisario europeo confirmó que la UE está comprometida en lo político y lo financiero a ayudar a los niños afectados por la guerra.

«Un número creciente de las peores emergencias humanitarias no refieren a las guerras tradicionales entre estados. En su lugar, son el resultado de conflictos internos, aunque con importantes consecuencias regionales, entre grupos armados que luchan por el poder nacional», señaló Nielson.

Estos conflictos armados son especialmente letales para los niños porque no distinguen entre combatientes ni civiles, sean niños o adultos, afirmó. (FIN/IPS/tra-en/bk/sm/aq/hd ip/01

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