(Arte y Cultura) TEATRO-PERU: Un país en el espejo de Shakespeare

Perú tuvo la oportunidad de verse reflejado en el implacable espejo de William Shakespeare a través de una versión de «Macbeth», en la que el rey escocés blandía pistola y vestía traje y corbata.

«La historia de Macbeth, el ambicioso de poder que comete una cuádruple traición, que mata y sigue matando para encubrir sus crímenes, hasta acabar envuelto en ellos y ser destruido, se pudo leer en esta puesta en escena en clave contemporánea», señaló la crítica teatral Gabriela Wiener.

Difícilmente hubiera podido encontrarse otra oportunidad tan clara en Perú para que la tragedia cumbre de la ambición criminal apareciera como una trama contemporánea.

Roberto Angeles, director de la obra, respetó de manera escrupulosa el argumento y el texto de «Macbeth», pero el público limeño asoció lo que veía en escena con con los vertiginosos acontecimientos políticos peruanos.

«Me fascina la idea de ser un director peruano que pone en escena una obra en una época distinta y en otra latitud, pero al mismo tiempo hacer sentir como actuales las reflexiones sobre los abismos de la debilidad humana que describió Shakespeare hace más de 400 años», expresó Angeles.

Como lo hizo en 1995, cuando montó «Hamlet» en Lima, Angeles aproxima el drama a la época actual, tratando de no desvirtuarlo ni alterar la belleza de sus textos.

Sin embargo, Angeles admitió haber elegido «Macbeth» con la intención de aludir a la coyuntura política peruana.

Este país está estremecido por la revelación de la corrupción, traiciones y ambición de poder sin límites que encarnaban el ex presidente Alberto Fujimori y su asesor principal y socio en el gobierno, Vladimiro Montesinos.

Ambos están prófugos. El paradero de Montesinos es incierto. Fujimori fue destituido en noviembre por incapacidad moral después de escapar a Japón, la tierra de donde emigraron sus padres.

La fuga fue apenas el primer acto. El posterior descubrimiento y exhibición televisiva de algunos de los más de 1.000 vídeos registrados y almacenados en la sede del Servicio de Inteligencia Nacional permitió descorrer el velo de la corrupción política en Perú en una escala nunca antes vista.

Parlamentarios, alcaldes, banqueros, empresarios, dueños de diarios y televisoras y periodistas aparecen en los vídeos recibiendo dinero, promesas de favores judiciales y otras prebendas a cambio de apoyo a Fujimori.

«Mucha gente se pregunta qué efecto podrá tener en una población sometida a una dieta de encubrimiento la considerable cantidad de información (…) que se está develando en un plazo muy corto a través de los medios de comunicación masiva», opinó el psicoanalista Jorge Bruce.

En ese marco social y político se exhibió «Macbeth» en Lima, con singular acogida de público.

Sin embargo, Angeles no añadió ningún personaje, situación ni alusión al texto original. «Si le añado algo lo único que voy a hacer es malograrlo. Lo mejor que puedo hacer es guardar silencio. Shakespeare lo ha dicho todo», dijo el director al diario La República.

«Sería una grosería variarlo. Hay textos que dicen: 'A él la gente le obedece porque manda, pero no por afecto'. Otro personaje señala: 'Todos están huyendo apenas él se distrae, se fugan del palacio'. Son textos de hace 400 años. El público va a maravillarse a nivel de detalles tan precisos», agregó Angeles.

«Qué voy a añadir… que no tengo para nada del talento de Shakespeare. Simplemente soy técnico ejecutor de sus obras», sostuvo el director.

La obra fue estrenada en diciembre, en el Festival Internacional de Danza y Teatro organizado por la Municipalidad de Lima, y reestrenada en enero. En el elenco figuran Miguel Iza, Mónica Sánchez, Carlos Mesta, Paul Vega, Denisse Dibos, Carlos García-Rosell, Tomás Elizalde y Sergio Llusera.

«Hemos asistido a esta versión de Macbeth (…) buscando en cada escena y en cada frase una alusión a nuestra realidad política inmediata. Tratando de ver cuándo aparece el Fujimori de la tragedia y cuándo su Montesinos», comentó el escritor y director teatral Alonso Alegría.

«Saber más sobre la corrupción se convierte para nosotros en un asunto de urgencia. No basta decir que el poder corrompe y que el poder absoluto corrompe absolutamente. Es necesario entender cómo se arraiga la corrupción, cómo prospera», añadió.

«Estamos preparando nuestra participación en un acto electoral para reemplazar al dictador fugitivo. (…) Para poder controlar al futuro detentador del poder debemos conocer como el poder corrompe. Macbeth fue una buena forma de acercarnos a ese conocimiento», concluyó Alegría. (FIN/IPS/al/mj/ip cr/01

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